Cazadores de Bestias

De cómo es posible hacer negocio de los negocios

Pasaron la tarde viendo ir y venir a los soldados que infructuosamente los buscaron por todos los caminos de arriba hacia abajo, a nadie se le ocurrió entrar a los bosques.
En realidad, casi todos sabían lo de la gente que desaparecía y por lo tanto temían a los bosques, por lo que simplemente cumplían la orden primordial de perseguir por los caminos y atrapar al sospechoso, ignoraban que fueran varios.

Mientras pasaba la tarde, sentados en círculo a la sombra de frondosos árboles Kulthar les narró lo sucedido.

“El posadero me contó la historia del hijo del rey, el guapo joven príncipe era en realidad un malnacido degenerado y cruel, que cada fin de semana tomaba como concubina a la hija más bonita de cada casa para vivir en el palacio, pero la chica nunca regresaba a su casa, ni se volvía a comunicar con su familia, pese a las peticiones de todo mundo que llegaban preguntando por sus hijas y siempre salían con la respuesta de que ella estaba muy bien, pero en esos momentos estaba ocupada en una actividad con su príncipe y los despedían con un par de monedas de oro, nadie había vuelto a ver a ninguna de las jóvenes, una vez entraba al palacio.

Llevan casi un año en eso y corren horripilantes rumores de carretas que los lunes por la madrugada, salían del castillo rumbo al cementerio, nadie puede preguntar nada bajo pena de ser encarcelado y morir en las oscuras mazmorras del reino ubicadas en un infame castillo prisión que se alzaba en lo alto de una colina.

Esta semana se habían llevado a la hija del Posadero y el pobre viejo, me ofreció dos mil monedas de oro adicionales si la sacaba con vida.

Le dije que lo iba a intentar, pero que no podía asegurarlo ya que, siendo hoy domingo, en ese momento era posible que ya las hubiera matado, le dije que si podía la liberaría, pero que no la ayudaría a escapar.

Según la población, el rey era una buena persona, pero su hijo era un monstruo y no lo podía controlar, se decía que había matado de diversas formas a todos sus hermanos varones para ser el único heredero, el temor de que semejante animal heredara el trono tenía a la ciudad aterrada y poco a poco se organizaron para buscar acabar con él reuniendo el dinero que fuera necesario y fue cuando supieron que yo era un cazador de bestias que en la boca del posadero me ofrecieron el negocio de matarlo y tenían listos cinco mil monedas de oro, pero les pedí solo mil, que eran las que terminaban de pagar el trabajo original, además no habría mayor peligro en matar a un simple loco y lo haría yo mismo.

Llegué donde el rey y mientras lo esperaba, pasó el joven príncipe con dos bellas y asustadas chicas, las llevaba a una habitación, escoltados por dos taciturnos e inexpresivos guardias, se encerraron y al poco rato comencé a escuchar ahogados alaridos de una de las chicas, a decir verdad, el joven príncipe era muy agraciado, alto, esbelto pero musculoso, de piel blanca, ojos azules con pestañas muy rizadas, una nariz de niña, pelo rubio ensortijado, casi parecía tener la cara de esos angelitos que se ven en los cuadros de la catedral revoloteando en torno al señor, ya me estaba animando a cortejarlo cuando llegó el rey y haciendo caso omiso de los tenues pero audibles gritos que salían de la habitación, me saludó y me llevó a un amplia y acogedor salón, que estaba un poco más allá del pasillo y pidió que nos sirvieran algo de beber y un criado llegó con un excelente vino para poder hablar del negocio.

El Rey me contó los detalles de la bestia que quiere que nosotros aniquilemos, efectivamente se trata de una Jorōgumo como dijo Bilmah, por todo lo que me contó el rey.

Dijo que la bestia seguramente se encuentra en el bosque azul cerca de las cataratas de perlas, el bosque es cruzado por un amplio camino que conecta Gortia con el puerto de Las Brisas y a raíz de los últimos sucesos se ha vuelto un lugar de temor para los viajeros que evitan cruzarlo solos o incluso acompañados.

Esto afecta el comercio pues a veces los barcos llegan al atardecer y se van temprano, siendo necesario el transporte entre la capital y el puerto, lo peor es que ya no solo de noche han resultado víctimas sino que aún de día, pero siempre se trata de personas que viajan solas, todos son hombres jóvenes y fuertes, el pueblo teme y eso afecta al puerto y al reino, las últimas víctimas son visitantes que arriban al puerto y se dirigen a la ciudad y no saben del peligro pues a los residentes del puerto les han prohibido mencionarlo, pero los rumores corren y ya está llegando gente que no quiere ni salir de los barcos.

Discutimos el precio y convino en la cantidad que les dije, me pagó el anticipo y le pedí además una gran hogaza del excelente pan que habíamos comido con el vino para el camino, le dije, y amablemente accedió, pidió una gran bolsa para colocar ahí la hogaza y me la entregó, diciéndome que lo disculpara, que terminara tranquilo mi vino y me dejó solo con un guardia.

Apenas se retiró, apuré el último trago de vino, tomé la bolsa con el pan, al salir maté al pobre guardia que no esperaba un ataque de mi parte, afuera cerca de la puerta estaba otro guardia de posta y asegurándome de que nadie más estuviera a la vista, lo noqueé, lo arrastré a la habitación y le corté el cuello al pobre.

Entré a la habitación donde se encontraba el príncipe en su diversión, como quien abre una puerta por accidente y ahí estaba el muy cerdo totalmente desnudo parado en un charco de sangre, riendo desquiciadamente mientras torturaba a una de las chicas atada de pies y manos a una cama gritando horrorizada ante la mirada impasible de los guardias, mientras la otra chica estaba sentada en una gran silla, también atada y amordazada viendo la horrible escena.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.