Cazadores de Bestias

De como una lágrima te puede liberar

Cuando Junio pudo recuperar la consciencia abrió los ojos e intentó mover su pie derecho, en un movimiento espasmódico pero la falta de respuesta de sus músculos le crispo todos los nervios, se encontraba dentro de una especie de hamaca colgada entre dos árboles dentro del bosque a escasos metros de donde había sido la pelea, pero ella no tenía idea de dónde estaba, porque sentía que estaba colgada sobre algo suave y ocasionalmente sentía viento y un leve balanceo.
Tenía un terrible dolor de cabeza y el horror de estar consciente sin poder moverse como en una pesadilla, sola, con los ojos abiertos y en total oscuridad, pensando que estaba enterrada en vida, al principio, pues lo último que recordaba era que la espantosa cara de la gran araña había estallado frente a ella y que herida del hombro derecho, había logrado abrir la panza de la bestia pero al momento sintió un doloroso pinchazo en su pie y recordó cómo caía de espaldas aterrada sobre la araña, pensando que iba a morir.
Después de eso no sabía qué era lo que había pasado, cuando despertó abriendo los ojos y no vio nada, entonces fue que pensó que estaba muerta, se quiso mover, pero ningún músculo le respondió, pero su respiración no se agitó, ni su corazón se aceleró, seguía respirando normalmente y su corazón latiendo, pero ella sentía como que no los tenía, como que era su mente la única que estaba despierta y lo único que podía hacer era abrir o cerrar los ojos sin percibir diferencia, solo la sensación de sus párpados moviéndose.
Intentó mover algún otro músculo de la cara, las cejas, la boca, pero nada, solo los párpados le respondían, aunque no le servía de nada, pues la oscuridad más negra la envolvía.
Se puso a pensar de que quizá la araña se la había comido y su alma había quedado atrapada dentro de ella, pensó que se iba a quedar siempre así en ese infierno, pensó que estaba muerta y que eso era el infierno, pensó en muchas cosas, que estaba viva pero que la araña se las estaba comiendo a pedazos, sin embargo, recordaba que la maldita bestia seguramente estaba tan muerta como ella, pues con la herida que hizo explotar su cabeza con todo y ojos, más su enorme abdomen abierto por su certero tajo, con las tripas saliéndole a borbollones, no podría sobrevivir y mucho menos comérsela.
Se percató de que el hombro derecho le dolía muchísimo, el pánico inicial había amortiguado el dolor pero estaba presente, lo que la hizo recapacitar en el hecho de que si sentía dolor, no se la podrían estar comiendo viva, solo estaba paralizada y recordó que eso es lo que hacía el veneno de su aguijón, paralizar para dejar a la víctima totalmente indefensa, de alguna manera había sobrevivido, pero no sentía que estaba sobre el suelo duro, ni sobre las vísceras de la araña,.
Algo o alguien la había movido para el lugar en donde se encontraba en estos momentos.
Su vista no funcionaba, pero su tacto si, quizá el veneno causaba ceguera, intento con otro sentido y se enfocó en escuchar, dándose cuenta de que si alcanzaba a percibir el sonido del viento en las hojas de los árboles, lo que le indujo a pensar de que se encontraba en un bosque o cerca de donde habían árboles, se tranquilizó cuando escuchó muy a lo lejos, el canto de un gallo y se dio cuenta de que era de madrugada y estaba amaneciendo.
Esta posibilidad la tranquilizó y deseó muy en lo profundo de su alma que pronto amaneciera para poder saber si había quedado ciega o no.
Sus otros sentidos parecían no estar funcionando, pues no sentía gusto ni olfato, sería porque sus músculos seguían paralizados, intentó oler, pero realmente no controlaba su respiración, pues esta seguía pausada y constante, solamente insuflando oxígeno a sus pulmones como una máquina totalmente independiente de su voluntad, realmente solo controlaba sus párpados, lo demás estaba totalmente paralizado, a excepción de pulmones, corazón, cerebro y párpados.
Recordó que Bilmah había dicho que el efecto duraba varios días, pero que, si la araña no inyectaba sus jugos gástricos para comer, entonces era posible que viviera.
-    ¿Bilmah?
-    ¿Andorak?
-    ¿Los demás?
Recordó a sus amigos y deseó con toda su alma que estuvieran en la misma situación que ella, le preocupaba sobre todo Andorak, que había sido ensartado dos veces por el aguijón de la araña, a ella solo le había rasgado el pie, su herida en el hombro se la había hecho con la pata aguijón delantera que no era venenosa, pero a decir verdad, el pie realmente no le dolía pese a que había sentido el intenso ardor del pinchazo antes de desmayarse, seguramente era parte del efecto de la ponzoña paralizante, inhibía el dolor.
Se puso a pensar en lo que debieron sentir las víctimas, despertándose envueltos en una mortaja de gruesa seda pegajosa y sintiendo la dolorosa mordida en su cuerpo inyectando los jugos que seguramente deshacían músculos y vísceras con un dolor inmenso, sin poder moverse, sintiendo cómo después les chupaban sus órganos deshechos y su vida les era arrancada con total consciencia.
-    ¡Dios mío! ¡Pobres víctimas!
Pensó totalmente conmovida y si hubiera podido se hubiera estremecido de pavor, pero no podía, solo mentalmente se puso en el lugar de las víctimas y sintió una lágrima rodar por su mejilla, de modo que también podía llorar y esto desató algo que no se había esperado, se puso a llorar, de rabia por el sufrimiento que las bestias habían causado a tanta gente, de pena por las pobres víctimas y de agradecimiento por haber podido enviar a las dos bestias al infierno, lloró como no recordaba haber llorado nunca en toda su vida, ni en los momentos de mayor sufrimiento, ni en sus momentos más felices junto a Andorak, lloró agobiada por una multitud inmensa de sentimientos que se le habían atascado en algún lugar muy dentro de ella, durante toda su vida pasada y que en ese momento se liberaban saliendo desbocados en esas abundantes lágrimas que le estaban lavando el alma y que al dejarlas salir, le hicieron mucho bien.
En ese instante, escuchó nuevamente cantar al gallo y pudo percibir un poco de luz que le hizo dar gracias a Dios y seguir llorando hasta quedar dormida y totalmente en paz con ella misma.




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