Cazadores de Bestias

De cómo, explorando te puedes meter en problemas


“Soy un joven Amini, es decir parte de un grupo de muchachos que hacemos actividades para la vida, tengo nivel de Tlanecui y quiero llegar a ser Yolkamini, para eso debo hacer el viaje de mi vida y visitar tres reinos.
Vivo en Iliamdar, en la región LATAM y mi primer reino a visitar es Taragorth, por ser el reino de los sueños, pero se ha convertido, en el reino de mis pesadillas.

Anoche llegué al puerto, pero no me quise quedar ahí, por lo que alquilé una carreta con caballos, dejando un depósito y me dirigía hacia Gortia para llegar de ser posible por la mañana.

Iba tranquilo y sin ninguna pena por el camino, cuando a lo lejos vi una luz y al doblar la curva los vi pelear con las bestias y me quedé paralizado, detuve el caballo, lo amarré a un árbol y me acerqué.

Llegué justo cuando picaban al grandote y luego al viejito y quedaste tu sola enfrentándote a los monstruos.
Fue increíble cuando mataste a la araña pequeña, pero fuiste herida por la grande y entonces fue que decidí sacar mi arma y disparar, después vi como mataste a la araña grande, pero caíste sobre ella, qué asco, casi te ahogas en su sangre o tripas, no sé qué era eso, así que corrí para halarte de los pies y sacarte del estómago de la bestia que todavía agitaba sus horribles patas.

Te lavé la cara y la cabeza, creí que estabas muerta, pero habías quedado con los ojos abiertos y respirabas, pero no te movías, así que pensé que estabas paralizada y te ibas a morir.

Fui donde los otros y también respiraban, estaban como dormido, como soy Amini siempre debo ayudar a los que lo necesitan, por eso me fui a la carreta y acerqué al caballo que no quería estar cerca de las arañas, tomé uno de los postes de luz, que son muy interesantes y alumbré a un lado del camino y vi que ahí podía dejarlos ocultos, hice un arnés, para arrastrar a los hombres, saqué la lona grande que andaba y la puse en el suelo para acostarlos ahí, luego los fui arrastrando con arnés usando al caballo.

El tipo grande pesa tanto como un oso, pero el caballo era fuerte y lo haló sin problemas, logré ponerlo sobre la lona, los demás me costaron menos y luego los cubrí bien con la lona para que no se los comieran otros animales.

Revisé las alforjas y encontré una hamaca muy bonita en la bolsa del grandote y la puse, para subirlas a ustedes saqué mi polea y fue fácil armar un de camilla colgarlas con la polea y subirlas a la hamaca.
Luego recogí sus armas, que estaban regadas en el suelo, las metí en una bolsa que estaba en la carreta y las dejé escondidas cerca de ustedes. 

Como todos seguían respirando y tenían pulso, no tuve que aplicarles primeras ayudas, de todas formas, no sabía qué hacer.

Me puse los guantes gruesos y con una de sus espadas, corté las patas delanteras a las arañas y las subí a la carreta, les dejé clavados cerca de ustedes, los postes de luz y me fui para Gortia.”

-    ¡Espera! ¿Qué es eso de Mini, Taculi, Yomini?

-    ¿Qué arma es la que usaste?

-    ¿Qué nudos son esos que dices que hiciste?

-    ¿Qué es una kolea?

-    ¿Qué demonios significa ese pañuelo que tienes en el cuello?

-    ¿Por qué te llevaste las patas?

-    ¿A dónde fuiste?

-    ¿Por qué vienes con los soldados del Rey?

-    ¿Por qué nos quiere ver el rey?

-    ¿Dónde está tu arma, tu kolea y todas tus malditas cosas?

-    ¿Quién o qué demonios eres?

Ante la nueva andanada de preguntas, Nemo miraba a una y a la otra alternativamente y les dijo, estallando muy enojada.

-    Pero ¿Es que no pueden dejar de preguntarme cosas? ¡Les estoy explicando! ¡Déjenme hablar!

Se quedaron mirándolo divertidas y Bilmah le dijo.

-    Bien, sigue y no digas mentiras

-    ¡No digo mentiras! ¡Un Amini siempre dice la verdad! Bueno… casi siempre

-    ¡Sigue!

“Ya les dije que soy un Amini, soy parte de un grupo de jóvenes que aprendemos a valernos por nosotros mismos, practicando habilidades y técnicas para sobrevivir, adquirimos conocimientos y ayudamos a los demás, este pañuelo identifica a mi grupo y lo que uso es mi uniforme.”

-    ¿Nunca han visto ni saben lo que es un Amini?

-    ¡No! Y ahora que nos lo explicas, no nos importa, sigue con el relato y ya no hables de los minis.
Nemo, puso los ojos en blanco, suspiró otra vez y continuó con su relato.

“Los nudos que les dije, los aprendemos los Amini para resolver diferentes situaciones, creí que jamás los iba a usar en mi vida, pero me sirvieron mucho para poder arrastrarlos.

La Polea… Polea, es un aparato que distribuye fuerzas y me permite levantar cosas pesadas con poco esfuerzo.”

-    ¿Dónde tienes esa Polea Polea?

-    Solo una vez Polea

-    Escondida junto con mis cosas

-    ¡Maldita sea! ¿Y dónde tienes tus putas cosas?

-    Cerca de donde estaban ustedes

-    ¿Y por qué no las sacaste?

-    Porque me las pueden quitar los señores soldados

-    Muy listo – Dijo Bilmah y añadió – ¡Continúa!

“Bueno me llevé las patas para enseñarlas a la autoridad y que supieran que unos guerreros habían matado a las arañas, pero al encontrar unos soldados y mostrarles las patas me apresaron, me golpearon, ataron y me llevaron amarrado en la carreta junto con las horribles partes de las arañas ante el rey, que al tenerme frente a él me dijo con cara de querer matarme.

¿Tienes el descaro de venir a cobrar el resto de la paga miserable rata?

¿Dónde está ese tal Kupar?

¿Quién más está contigo?

¡Me lo vas a decir ahora!

Yo no sabía nada, le dije, le conté lo que vi, que ustedes las habían matado pero que todos estaban picados y dormidos, no sé por qué  no me creyó y les dijo a los guardias que me sacaran la verdad y ya me llevaban cuando un viejo con cara de sabio se le acercó al rey y le habló al oído, el rey puso cara de susto y le preguntó otra cosa, el viejo le contestó algo más y ordenó a los guardias que esperaran.




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