Cazadores Nocturnos

Fragilidad

Verano del año 1600

 

 

 

Klaus Stoica

Desperté en una cueva, con dolor en la sien; no sabía lo que había sucedido en medio de aquella fiesta, solo recordaba pequeños fragmentos donde aparecían dos sujetos que nunca en mi vida había visto. Pero que tenían que ver con todo lo que había sucedido con la fiesta de aniversario del pueblo, donde todos los pueblerinos celebraban cada año por una tradición antigua.

Permanecí sentado en la oscuridad de aquella cueva, agudizando mis sentidos, para lograr idear un plan y salir con vida de esa tenebrosa experiencia, «Sigo vivo». Pensé, aun así, sentía que me iba a morir si no encontraba una solución rápida.

Entonces escuche una voz lejana, aquella que había escuchado la noche anterior.

-Vladimir, el chico está vivo.

Uno de los sospechosos apareció al frente, me quedé petrificado; no podía mover ningún músculo.

A menos de tres metros se encontraba el acompañante que se hacía llamar Vladimir, la imponente imagen que mostraba hacía alusión a una fachada para que no descubrieran el terrible secreto que guardaban, pero aun así con pequeños errores revelaban su cruel realidad.

Eran altos y corpulentos, la tez blanca y pálida, uno era cabello castaño y el otro con cabello negro. Tenían el iris rosada y las pupilas de un rojo intenso. El chico de la cabellera negra saco algo de su bolsillo, una bolsa de sangre espesa y estiró la mano ofreciéndome la bolsa de sangre.

-No deberías, pasar hambre. -Era difícil de entender lo que me quería hacer saber con esas palabras-. Ahora dime, te sientes diferente en estos momentos.

-Te podría decir que sí o no, pero la realidad es que no se ni que siento. -Balbucee sintiéndome confundido con todas las emociones que me arremetan.

-Mientes. -Sabía que algo andaba mal con aquellos tipos. -Ahora dime lo que sabes de nuestro secreto.

-Ya se lo he dicho -Murmuré hacia el chico del cual aún no se su identidad-. No sé de qué me habla.

-Sabes muy bien lo que viste la noche anterior, somos vampiros que acechan a sus presas y atacan para conseguir sangre de los asquerosos humanos. -Murmuraba el tal Vladimir.

Stoica sintió terror, «¿Cómo saber eso?».

-Esta noche serás parte de nosotros. -Aún seguía sin comprender lo que decían. ­- ¿Está dispuesto a ser uno de nosotros? Aunque ya no tienes opción; la sangre de vampiro ya corre por tus venas.

«La verdad». De súbito Klaus comprendió lo terrible de la situación. «Si muero, realmente ni siquiera importaría mi existencia».

-Te soy sincero, realmente no entiendo de lo que me quieres hablar. No entiendo de que secreto me hablas. -Murmuré a los dos hombres que se encontraban observándome.

-Te explicaremos, cuando lleguemos a nuestro clan. -Expresa el chico que se llama Vladimir

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Minutos más tarde.

Nos encontrábamos a las afueras del bosque Polovragi, en una aldea; donde habitan muchas personas con características singulares.

-Klaus, te preguntaras que es aquello que queremos contarte. -Murmuró Dimitri.

-Claro que sí.

-Crees en las leyendas sobre criaturas nocturnas que asechan a su presa, para devorarla. -Habla Vladimir de una forma que me da miedo.

-Sí, existen criaturas peligrosas durante la noche.

-Claro, pero los humanos también se transforman en criaturas desagradables en búsqueda de alimentos, siendo sádicas con sus presas. -Expresa Dimitri y luego muestra una sonrisa lobuna. - Lo que te queremos decir, es que nosotros formamos parte de esas criaturas, pero no de una raza cualquiera; somos aquellos sedientos de sangre, no de cualquiera sino de humanos.

-¿Me dices que sobreviví, porqué mi sistema cambio al de un animal? -Cada vez entendía menos.

«Estos chicos están dementes, un vampiro; ya no podría vivir entre los humanos. Había leído sobre criaturas que han matado a un pueblo entero».

-Exacto, eres un vampiro. Ahora debemos enseñarte todos los beneficios que tenemos. -Zanjo el tema Vladimir

Un momento estaba celebrando con mi pueblo el aniversario y horas después estaba sentado frente a dos chicos que creía locos, pero al final todo tenía sentido; dejaría todo atrás. Debía aprender a vivir con mi nueva naturaleza, tratando de no hacer daño a los humanos.

Aunque de la sangre de ellos vivimos, según nos alimentamos de ellos; matan para sobrevivir. Consta de una sobrevivencia sin ser descubiertos de los humanos, viven en las sombras en grupos para subsistir. Enemigos de los hombres lobos, aborrecen a los humanos, pero también son castigados al ser emparejados con algunos humanos.


 

Hola queridos lectores; espero se encuentren bien de salud.




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