Cazadores Nocturnos

Negación

«El problema de confiar, es que pueden llegar a conocer tus secretos, tus sueños e incluso tus miedos».

~Stefan Salvatore

Invierno del año 1600

Klaus Stoica

No me reconocía al mirarme en el espejo, el reflejo mostraba a un monstruo a aquel que le quedaban restos de sangre en la barbilla. El que iba detrás de cada humano que se cruzara en el camino y ni siquiera me importaba la muerte tan lenta que les daba a esas escorias que dicen ser humanos.

Dimitri y Vladimir siempre estaban presentes durante cada episodio de arrebatos por histeria, luego de cada situación debíamos de cubrir las escenas de cada crimen. También viajamos a pueblos cercanos para alimentarnos y no levantar sospecha acerca de nuestra naturaleza.

—Klaus, deberías de parar...-Murmuró Vladimir.

—¿Es que no lo ves? Vinimos a divertirnos, no para que te lamentes por las escorias. –Le dije.

—¡No los llames así! –Me contradijo Dimitri.

Yo era la reencarnación del Diablo, perdición en persona. Soy letal ante los ojos humanos y aun así se rinden a mis pies.

—Recuerden que no debemos desvelar pistas sobre nuestra naturaleza. –Murmuró Dimitri.

—¿Tú crees? ¿Te refieres a lo que soy, un monstruo sin sentimientos? –Murmure con enojo.

—No sigas por ahí... -Habló Vladimir.

—¿O qué? ¿Me matarás? ¿Te pondrás a contarles a la humanidad lo que somos?

Me acerco unos pasos hacia Vladimir y empiezo a hablar notando el bombardeo de mi sangre en mi interior.

—Tú, Vladimir, uno de los que se descontrolaba cuando te convirtieron, nadie más que ustedes saben el descontrol que siente nuestro sistema cuando escuchan la circulación de la sangre en los humanos.

—Deberíamos de parar esta discusión. –Murmuró Dimitri.

—Me lastimas el corazón, Klaus. –Dice Vladimir.

—¿El corazón? Amigo, nosotros no tenemos sentimientos.

—Carajo

—¿Me reprochas? –Solté y le mostré mi mejor sonrisa de burla.

Se aleja un poco y se pone a reír.

—No. Somos vampiros y no tenemos sentimientos hacia nada.

—Oh. Dios del universo, gracias por iluminarlo. ­–Murmuró con sorna Dimitri.

—Dimitri, no te burles del anciano. ­ –Dije riéndome de Vladimir.

—Claro que sí, es un anciano. -Respondió Dimitri.

Me negaba a ser un monstruo que asesinaba para subsistir, durante un año había sentido que es tener descontrol total de las emociones primarias del cuerpo humano; al ser un animal sediento de sangre mi mente no controlaba los instintos que nacían cada que sentía olor de sangre a kilómetros.

La presencia de los humanos me era repugnante, no podía controlar ese sentimiento que me abarcaba; cada vez que estaba a metros de un humano. Pero nunca tuve la culpa de convertirme en lo que soy ahora, ni si quiera porque tengo poderes que me sacan de los problemas en los que me meto.

 

Espero se encuentren bien.

Criaturitas del señor, espero también les guste este pequeño capítulo luego de 5 semanas sin actualizar Cazadores Nocturnos.😊❤




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