Cebo [kaisoo]

Capítulo Dos

Kyungsoo miró la dirección que había garabateado de arriba abajo en el letrero, luego hacia abajo a la dirección y luego hacia el letrero de nuevo.

Se maldijo a sí mismo en su cabeza.

Club Break Down. Era el club más exclusivo para “solamente miembros” en el centro de Hondae. ¿Cómo se suponía que iba a recoger allí a un hombre, mucho menos incluso entrar en el exclusivo club? Sacudió la cabeza. Estaba desesperado. Su jefe iba a enojarse con él si al menos no intentaba entrar. Kyungsoo decidió darle una oportunidad y de esa manera, si los matones de la mafia estuviesen cerca, podrían respaldar su historia de que había intentado y no había podido entrar en el club. Se alisó el cabello rubio hacia atrás con manos nerviosas y luego enderezó su camisa de vestir negra y sus ajustados vaqueros azules.

Estaba llevando la mejor ropa que tenía, pero aún estaba irremediablemente mal vestido para un lugar como el Club Break Down. Puso su mejor cara de póker y caminó hacia el gorila como si fuese el dueño del lugar.

Intentó no parecer intimidado cuando el gorila le frunció el ceño. El hombre parecía un gorila de espalda plateada listo para arrancarle los miembros por invadir su territorio.

—Youngjae Yoo —recitó Kyungsoo uno de sus alias y metió los pulgares en las presillas de su cinturón. Estaba intentando verse genial y desinteresado, como si perteneciese a este sitio, en lugar de estar temblando en sus zapatos como el niño que realmente era.

El gorila hojeó algunos papeles antes de detenerse en uno. —Estás en la lista. Entra.

—Soltó la cuerda de terciopelo y la sostuvo para que Kyungsoo pasara.

Kyung jadeó durante un momento, incapaz de esconder su sorpresa.

—¿ESTOY?

Se recuperó rápidamente. —Ah, por supuesto que estoy. Muchas gracias, señor.

Saludó de manera casual y salió pitando hacia el interior del club antes de que el hombre pudiese cambiar de idea. Mentalmente, se golpeó a sí mismo. ¿En serio había dicho eso? Gah. Miró alrededor del resplandeciente club sintiéndose irremediablemente fuera de su elemento. Sacó la foto de su objetivo y la miró de nuevo. El empresario era moreno, muy guapo y mucho más joven que el objetivo habitual. Su nombre era Jongin Kim, y debería estar en algún lugar por aquí si la información de su jefe era buena.

Kyungsoo escaneó el interior del club. Estaba lleno de trajes; la crème de la crème de la élite de negocios de Hondae. Muchos estaban hablando entre sí con hermosas mujeres jóvenes de aspecto aburrido en sus brazos. El club estaba dividido en múltiples habitaciones más pequeñas, con mesas y sofás esparcidos. Realmente apestaba a dinero.

Se decepcionó al ver que no había pista de baile. Eso seriamente iba a ser un problema. Bailar era el 90% de su técnica de seducción; desde luego no lo era su don con las palabras. Kyungsoo suspiró considerablemente. También podría conseguir una bebida y echar una mirada alrededor. El hermoso joven se acercó sigilosamente al bar y echó un vistazo a la carta de bebidas. La miró con incredulidad. No había precios. Aparentemente estas personas eran tan ricas que no necesitaban preocuparse sobre cosas tan insignificantes como los precios como los comunes mortales. Hizo una alocada conjetura y pidió lo que sonaba como una cerveza barata.

El camarero asintió con la cabeza. —¿Carnet de socio, señor? Kyungsoo sacudió la cabeza. —Pagaré en efectivo.

Las oscuras cejas se elevaron un poco, pero el camarero no se opuso y Kyungsoo estuvo aliviado, hasta que le deslizó la cerveza y pidió 25.0007 wons. Kyungsoo intentó no hacer una mueca de dolor. Apenas tenía lo suficiente para cubrirlo y una pequeña propina.

Tomó su cerveza y decidió deambular por el club. Era horriblemente obvio que no pertenecía aquí por las extrañas miradas que la gente le estaba dando. Finalmente, se metió en un tranquilo rincón y decidió esperar hasta que llegase su objetivo. No pasó mucho tiempo.

Respiró hondo cuando un hombre con un traje oscuro de tres piezas entró en el club rodeado por un séquito de personal de seguridad. Cada ojo se giró hacia él. Hermosas mujeres acudieron a él. Era sorprendentemente guapo, pero Kyung sabía que era más que eso. Tenía un aura de poder y prestigio que era prácticamente magnética. Muchos de los empresarios de mayor edad inclinaron la cabeza en señal de respeto. Kyungsoo se preguntó cuán rico era realmente este hombre.

El hombre de cabello oscuro bajó la cabeza cuando una mujer le susurró en la oreja. Tenía labios rojos carmesí y un vestido rojo brillante que se moldeaba ajustándose a sus perfectas curvas. Se veía como si hubiese salido de la portada de una revista. Era increíblemente hermosa.

Viendo eso, Kyungsoo se bebió el resto de su cerveza y se preparó para terminar la noche. Esto fue una pérdida de tiempo. Seguro, podría hacer que un gordo de mediana edad que tenía una crisis de identidad sexual regresara a un hotel con él sin problemas, ¿pero este hombre? Jongin podría tener a cualquiera que quisiera en el club curvando un elegante dedo. Por otra parte, era obviamente hetero.

Jung iba a tener que probar un cebo diferente en el anzuelo; algo en una minifalda y wonderbra.

Secretamente, Kyungsoo estaba aliviado de no ser el cebo. Se encogió de hombros y arrojó la botella de cerveza en la papelera más cercana. Caminó hacia la salida con las manos en los bolsillos.



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En el texto hay: robos y autos

Editado: 11.05.2023

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