Cebo [kaisoo]

Capítulo Tres

Lo que ambos querían era obvio y Jongin ni siquiera se molestó en regresar al club. Llegó hasta la puerta de uno de los hoteles de lujo más bonitos de la zona y arrojó las llaves al aparcacoches. Kyungsoo estuvo deslumbrado cuando el multimillonario le llevó a través del deslumbrante vestíbulo. Jongin se inclinó delante suyo y presionó el botón del último piso del hotel. Sus ojos se encontraron y Kyungsoo se sintió como si alguien le hubiese dado un golpe en la cabeza. El calor que pasaba entre ellos era abrasador. En cuanto el ascensor cerró las puertas, Jongin le atacó como si se estuviese muriendo de hambre y Kyung fuese la última barra de Klondike(6) en la tierra.

Los labios se inclinaron sobre los suyos, atrapando el chillido de sorpresa y amortiguándolo con su propia boca. Presionó a Kyungsoo contra la pared del ascensor con un “ruido sordo”.

Fuertes brazos se apretaron a su alrededor, moldeando la completa longitud de su cuerpo contra la musculosa construcción del otro hombre. Kyungsoo suspiró de placer. Normalmente sus objetivos eran viejos con cabello gris, papada y dedos gruesos como salchichas. Tenían ese viejo olor a naftalina y aliento a cigarro rancio. Generalmente era todo lo que podía hacer para evitar las náuseas cuando le besaban y frotaban su vientre gordo contra él. Inspiró el limpio y masculino aroma del otro hombre mientras sus labios acariciaban suavemente los de Kyungsoo.

Jongin comenzó a presionarles juntos de manera más insistente, sus enormes y cálidas manos flotando en el cuello de Kyungsoo, trazando la suave piel con las palmas de sus manos. Sus ojos se encontraron, inocente azul y caliente dorado, y por un momento sólo se miraron fijamente con fascinación.

El ascensor sonó y les despertó a ambos de su neblina sexual.

Jongin sonrió y Kyungsoo fue arrojado de manera brusca sobre el hombro de Jongin. Chilló y pateó, pero todo lo que ganó fue un buen golpe en el culo.

El mundo giró sobre sí mismo una vez más y Kyungsoo aterrizó con un fuerte grito en la parte superior de la cama, las piernas abiertas de par en par. Jongin se alzó sobre él como un depredador, quitándose la corbata y comenzando a desabrocharse la camisa. La boca de Kyungsoo se secó cuando el enorme pecho fue revelado, sus ondulados hombros, su cincelado paquete de seis y luego más abajo. Apretó las piernas juntándolas de manera inconsciente cuando el calor en su estómago casi abrumó sus sentidos. Jongin se había quitado la ropa hasta llegar a sus bóxer y ahora se estaba moviendo para cubrirlo. Era ahora o nunca.

Rodó ágilmente desde abajo cuando el hombre grande tocó la cama. Se escurrió hacia el otro lado de la habitación como un ratón intentando evitar al gato. El valor líquido se había evaporado de su sistema y estaba asustado.

Kyungsoo retorció las manos nerviosamente. Una bebida. Necesitaba hacerle una bebida a Jongin. Si no dejaba inconsciente al gigante, realmente iba a terminar haciendo lo que sólo había pretendido hacer con los otros y nunca antes había hecho eso.

Tan irónico como era, realmente era virgen.

El chico se agachó detrás de la barra, poniéndola entre él y Jongin.

—¿Te sirvo una copa? —Kyungsoo intentó sonreír de manera casual, sexy, aun cuando su estómago estaba atado en nudos. Jongin era tan diferente de cualquiera de sus otros objetivos. Se sentía completamente fuera de su elemento, pero era hora de tomar de nuevo el control. Tenía un trabajo que hacer.

El hermoso jovencito tragó saliva e intentó no mostrar el nerviosismo en su rostro cuando Jongin se levantó de la cama y comenzó a merodear hacia él de nuevo como depredador.

Kyungsoo mantuvo las manos abajo detrás de la barra. Agarró rápidamente el decantador de whisky y sirvió un poco en un chupito, dejando caer las roofies de su bolsillo en la bebida. Casi había terminado de burbujear cuando lo levantó y fingió tomar un trago. Los dorados ojos de Jongin parecían estar a punto de reír cuando se lo entregó. Lo sostuvo en su mano, pero no tomó un trago. Kyungsoo se masticó el labio con nerviosismo. Los ojos azules se fijaron en el ambarino dorado mientras Jongin caminaba lentamente alrededor de la barra y Kyungsoo se dirigía en la otra dirección. Ambos rodearon la barra mientras Kyungsoo intentaba mantenerla entre ellos. El hombre se veía como un león hambriento y Kyungsoo se sentía como una gacela. De repente Jongin se lanzó hacia él y salió pitando a través de la habitación, retrocediendo hasta que sus rodillas golpearon la cama.

—Um, ¿no estás sediento? —preguntó con nerviosismo, retorciendo sus dedos. Jongin sacudió la cabeza sus ojos dorados fijos en él. Puso el whisky tranquilamente a un lado de la mesa. Agarró la corbata del suelo y deslizó la seda entre sus dedos con una lasciva sonrisa.

Los ojos de Kyungsoo se abrieron de par en par de terror cuando el enorme hombre se abalanzó sobre él, tirándole de espaldas sobre la cama y al mismo tiempo forzando su boca. Besar a Jongin era como ser golpeado por un rayo. Todo su cuerpo respondió al instante. Cuando finalmente liberó sus labios, Kyungsoo aspiró aire frenéticamente.

La sonrisa de Jongin era salvaje cuando lo mantuvo bajo él, su voz ronroneando en el oído. —Creo que es hora de ese viaje que me prometiste.

Kyung ahora estaba muy preocupado. Obviamente Jongin pensaba que tenía mucha más experiencia de la que realmente tenía y el brillo en los ojos decía que no tenía intención de ir despacio con él.



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En el texto hay: robos y autos

Editado: 11.05.2023

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