Cebo [kaisoo]

Capítulo Seis

1 año después

—Feliz Aniversario, bastardo.

Jongin estaba reclinado en su sillón con un cigarrillo en la mano. Esperaba obedientemente donde Kyungsoo le había sentado justo después de su cena de sushi y luego corrió a buscar algo.

Observó con diversión mientras una enorme caja rectangular con piernas se movía torpemente hacia él. Estaba claro que Kyung había envuelto el regalo. La enorme caja estaba cubierta un poco desastrosamente con papel de regalo azul y verde con un lazo amarillo brillante en la parte superior. Finalmente, se movió hacia un lado y Jongin pudo ver el hermoso aunque algo gruñón rostro de su adorable y joven amante.

Era su vista favorita en todo el mundo.

Desde el momento en que divisó ese hermoso rostro desde el oscuro bar lleno de humo del Club Break Down, ni una sola vez se había cansado de verlo. Le había llevado mucho tiempo entender sus intensos sentimientos por el dulce joven que no podía mentir ni para salvar su propia vida. Nadie había despertado tanto instinto posesivo y protector dentro de él.

Tal vez fuese el hecho de que Jongin supiese que podía confiar en Kyungsoo de manera incondicional. A pesar de su inusual comienzo, el chico había resultado ser la persona más honesta que había conocido. Sus preciosos y cristalinos ojos transmitían cada pensamiento, emoción y esperanza. Era brillante, amable, infaliblemente desinteresado, divertido, travieso e increíble, increíblemente hermoso. Y sus apetitos sexuales eran casi tan ilimitados como los del propio Jongin.

Jongin amaba a Kyungsoo y al pequeño Sungmin total y completamente.

Antes de ellos, había sido un hombre frío y duro y el amor era una emoción que nunca antes había experimentado.

El pasado año había sido el mejor año de su vida mientras había llegado a ver a su joven amante crecer y florecer lentamente en la red de seguridad que Jongin les había proporcionado a él y a su hermano.

Los dos huérfanos se habían convertido en su familia. En su todo.

Se inclinó hacia adelante y apagó el cigarrillo en el cenicero, de manera que pudiese darle a su magnífico amante toda su atención.

Kyungsoo colocó la amplia caja delante de Jongin con un pequeño puchero en sus hermosos labios y luego tocó el suelo con la punta del pie de una manera tímida y entrañable.

—Tengo para ti lo que pediste —murmuró.

Jongin ya lo sabía desde que vio la cámara de seguridad en el garaje subterráneo y ese era el por qué estaba deseando tanto abrir su regalo de aniversario. Cortó con cuidado el papel de regalo, y luego lo retiró para revelar su regalo. Aunque Jongin había sabido lo que había debajo del papel de brillantes colores, su respiración aún quedó atrapada en su pecho ante la vista.

Era un enorme lienzo de galería envuelta (7) de su Lamborghini Reventón plateado visto desde el guardabarros del lado del conductor. Pero eso no fue lo que atrajo su atención y le dejó paralizado. Fue el hermoso chico que lo cubría. Bueno, ‘chicos’ para ser preciso. Obviamente la imagen había sido alterada de manera digital, pero increíblemente bien hecho.

Las pupilas de Jongin se oscurecieron por la lujuria. Había tres Kyungsoo en el cuadro. Uno rubio estaba en el techo de perfil, su espalda arqueada de manera seductora con sus largos y pálidos brazos y piernas caídos lánguidamente sobre los laterales.

Su cabeza caía hacia atrás mostrando su elegante garganta. El gris opaco enmarcaba su suave carne blanca a la perfección. Otro Kyungsoo tenía su regordete trasero apoyado en el capó, sus piernas abiertas de manera lasciva, exponiendo sus suaves muslos internos y todo lo que estaba en medio. Su mirada estaba fija en la cámara de manera desafiante. El Kyungsoo más cercano estaba inclinado con los codos apoyados en el borde de la ventanilla del lado del conductor, su desnuda parte trasera apuntaba hacia el lado de la cámara. Las luces brillaban en su suave y tensa piel, las redondeadas curvas de su hermoso y sedoso trasero. Sus exóticos ojos mirando sobre su delicado hombro tímidamente. Era el retrato perfecto de la personalidad multifacética de su amante. Kyungsoo podía pasar de ser un sonrojado virgen a un gato salvaje y convertirse en un gatito sexual y Jongin descubrió que cada versión era igual de sexy. Cuanto más miraba el cuadro, más amenazaba su pene con hacer un agujero en sus pantalones Armani.

—Oh, Kyung, nene —dijo, luego silbó bajo y lascivamente. Jongin disfrutaba la manera en que ese hermoso sonrojo se convertía en un rosa oscuro. A Kyungsoo le gustaba burlarse de él por gastar millones de wons en un coche, pero por lo que respectaba a Jongin, el Reventón se pagaba solo cada vez que miraba el hermoso rostro de su chico.

—¿Te gusta?

Kyungsoo retorció los dedos detrás de la espalda de esa encantadora manera que hacía cuando estaba nervioso. Jongin decidió dejar de torturarle. Puso el asombroso cuadro a un lado y envolvió sus manos alrededor de las caderas de Kyungsoo.

—Absolutamente lo amo. Es hermoso. TÚ eres hermoso. Gracias, nene —dijo de manera sincera. Jongin atrajo a su chico sobre su regazo y capturó la parte posterior de su cuello con una enorme mano antes de saquear su suave boca. No se detuvo hasta que Kyungsoo estuvo sin aliento y tan excitado como él. Mordisqueó el cuello y esos delgados dedos se aferraron a sus hombros, animándole.



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En el texto hay: robos y autos

Editado: 11.05.2023

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