Te acecha entre las sombras, esperando el momento perfecto para salir a la luz y hacerte ver las cosas de la manera más perversa posible.
No se percató, pero el monstruo que arrastró con ella fue creciendo, analizando, aprendió a ser persuasivo, aprendió a jugar de la misma forma como lo hicieron con ella. O...tal vez peor.
Y cuando ese monstruo estuvo listo, reclamó el dominio de su víctima, renaciendo y dando la cara.
Los esfuerzos fueron en vano. Ella caerá en sus garras, la chica que creía vulnerable, se transformará en su más macabra copia, o incluso, peor que ella.