Celestia: Las Reliquias Del Poder

Capítulo IX: Una Nueva Pista

Un par de semanas pasaron desde la llegada de Luka a la Metrópoli, y aunque el inesperado cambio en su vida todavía lo mantenía intranquilo y consternado se había acostumbrado a su nueva rutina diaria, por el momento todo era relativamente pacífico, no obstante, era consciente de que tarde o temprano tendría que participar en misiones y batallas de alto riesgo e importancia y eso lo inquietaba. Prueba de ello era el nuevo entrenamiento que empezaban aquel día, aprenderían a usar y luchar con armas blancas, todo el escuadrón, con excepción de él, estaba entusiasmado con la nueva fase de su entrenamiento, sin embargo, tenían un pequeño problema, el general Paul Waytt llevaba 40 minutos de retraso.

— ¡Ah!, hace casi una hora que debimos comenzar el entrenamiento, ¿quién se cree el general? - espetó furiosa Diana.

— Probablemente tuvo un contratiempo respondió uno de sus compañeros.

— ¿Llamas contratiempo a despertar con resaca?

— Eh, no… pero quizás salió a una misión o algo así.

— Si así fuera ya nos hubieran informado y enviado a un suplente.

— Alguien debería ir a preguntar por él o buscarlo.- medito el mismo chico-. Luka, ¿por qué no vas tú?

— ¿Yo? -contestó estupefacto- ¿Po-or qué debería ir yo?

— Eres el líder, ¿no?

— ¿¡Qué!? -exclamaron Luka y Diana al mismo tiempo.

— Claro que no, es no es… ¿Por qué lo dices? - preguntó nervioso.

— Bueno, eres el único hechicero entre nosotros y supongo que eso te coloca en un rango superior, ¿o alguien piensa lo contrario? -ninguno de los soldados refutó la observación, incluso Diana al pensar en ello la aceptó a regañadientes.

— Yo no… de acuerdo, iré a buscarlo pero no significa que sea el líder. - dijo mientras se dirigía a la puerta. Al momento de abrirla, Luka fue sorprendido por un tambaleante Paul que entraba al salón mediante pasos torpes. Los soldados se levantaron con apuro de las colchonetas en las que se encontraban sentados y formaron una fila vertical.

— General, ¿se encuentra bien? -preguntó Luka quien seguía pasmado por la repentina aparición del general -. No debería dar el entrenamiento en esa condición .-comentó en voz baja.

— No tiene importancia niño, solo vete a formar. -ordenó mientras se sostenía de la puerta y masajeaba su entrecejo, Luka obedeció sin involucrarse más en la situación. Una vez recobrada su fuerza se paseó delante de la fila en dirección a su silla al otro lado del salón.

— Disculpen el retraso, se presentó un… ouah -dío un gran bostezo- inconveniente. Hoy empezamos el entrenamiento con armas así que después del calentamiento les asignare la más adecuada según sus cualidades y...ouah, le enseñaré lo básico, al final deben devolver las armas ¿de acuerdo? .- señaló a la vez que llegaba a su silla y se sentaba pesadamente sobre ella.- Bien, ¿que están esperando? comiencen el calentamiento.

El entrenamiento de aquella ocasión no fue novedoso para el escuadrón, pese a que llevaban poco tiempo dentro del ejército Imperial, no era la primera ocasión en la que Paul se presentaba en tales condiciones al entrenamiento. Ese día pasó la mayor parte del tiempo dormido en la silla y solo despertó para asignarles sus respectivas armas y soltar gritos ocasionales. Para su primera intervención sacó una larga caja metálica del armario ubicado al fondo del salón, la cual contenida todo tipo de armas, los llamó de uno en uno para realizar la asignación.

— Stellan, tu turno.

Luka se acercó cohibidamente, el hecho de usar un arma no le agradaba en lo absoluto. Al estar frente al general fue analizado detenidamente por él.

— Tú usarás, mmh, veamos… -mencionó revolviendo los objetos dentro de la caja- ah, lo tengo, una daga.- manifestó poniéndose de pie y extendiendo el objeto punzo cortante hacía Luka quien lo agarró sin tener otra alternativa.

— Bien…- comentó el joven carente de ánimo a la par que observaba el arma entre sus manos, la empuñadura era de color negro con una pequeña amatista incrustada en el pomo, la hoja era plateada, una daga sencilla pero con clase.

— Un arma pequeña para alguien pequeño, ¿no crees?.- dijo en tono de broma, aunque claramente no causó gracia alguna, Luka incómodamente regresó a su lugar no sin antes ser hostigado por Diana quien se encontraba a un lado suyo.

— ¿Por qué esa cara?, ¿deseabas algo más extravagante? oh por favor, tú haces magia ¿qué más quieres? - cuestionó enfadada.

Esas ideas claramente eran erróneas, no obstante, Luka no se molestó en hablar y explicar sus razones, lo veía innecesario. El resto del entrenamiento no presentó algo relevante, después de dar algunas indicaciones Paul volvió a quedarse dormido en la silla. Acabada la hora asignada al entrenamiento él continuaba dormido, lo que provocó comentarios negativos entre los soldados, principalmente por parte de Diana.



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En el texto hay: poderes magicos, fantasia magia, revolucion

Editado: 26.03.2024

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