Celestia: Las Reliquias Del Poder

Capítulo XXXII: La Promesa Del Relicario

Al aproximarse a los salones de entrenamiento Luka advirtió que la luz del salón al que se dirigía estaba encendida por lo que no dudo en acercarse. Estaba por llamar a la puerta cuando decidió detenerse, desde el ataque de los tornados él y sus compañeros de escuadrón no habían visto al general pues había limitado su contacto a mensajes, siendo este medio la manera en que asignaba los deberes. El joven se preguntaba si el general estaría molesto con él por irse precipitadamente al finalizar el ataque, exhaló lentamente dispuesto a conocer la respuesta y llamó a la puerta, “¡Entre!” Bramaron desde el otro lado, temerosamente abrió la puerta y entró. Paul se encontraba sentado en su sillón ubicado al otro extremo del salón, leía unos expedientes y a sus pies había un par de botellas vacías.

—Ah, así que eres tu muchacho, qué coincidencia justo está por pedirte que vinieras, ven acércate — señaló con buen humor.

—¿En serio? — Preguntó acatando la indicación, estaba bastante intrigado tanto por su actitud como por el motivo por el cual iba a solicitar su presencia — ¿Qué sucede?

—Tu primero, si has venido es por algo.

—De acuerdo, antes que nada ¿Cómo se encuentra?

—Bastante bien en realidad considerando el hecho de que un jovencito me arrastró a un tornado para ejecutar un precipitado plan de alto riego y luego irse dejándome a mi suerte.

—Ay, general no sabe cuánto lo siento — dijo cubriéndose la mitad de la cara por la vergüenza— ,yo no quise…

—¡Ja! Solo te molesto no te apures, entiendo que debías buscar a tus hermanos, por cierto, ¿Están bien?

Luka se reincorporo desconcertado.— Eh...sí lo están, gracias por preguntar.

—Me alegra oírlo ¿Solo venías a pedir disculpas?

—No, necesito su ayuda ¿Podría decirme en qué albergue puedo encontrar al señor Nerón?

Paul empezó escuchando sonrientemente al chico pero al terminar su oración su sonrisa se esfumó para dar paso a una expresión de completa desorientación. — ¿Quién?

La confusión y frustración que el joven guardaba en su interior se elevó a su límite.— ¡¿Cómo que quién?! El hombre con trastorno nervioso o algo así, el que le avisó sobre el espectáculo de magia callejero del Elían.

El hombre lo miró preocupado. — Recuerdo que ese día llegue por mi cuenta y los regañe — puntualizó.

—¡No fue así! ¿¡Por qué nadie parece recordarlo!?

—Wow, tranquilo hijo — mencionó abandonando su asiento, tomó al joven por los hombros y lo guió al sillón — anda siéntate y cálmate.

Luka al sentarse frotó sus frente con ambas manos. — Ah...listo.

—De acuerdo, dime ¿Por qué buscas a ese señor?

—Porque sabe algo de mi papá, lo escuche diciendo su nombre.

Paul continuaba sin comprender la situación.—Entiendo, sabe algo de tu padre ¿Y que con eso? Pregúntale directamente a tu padre.

Luka observó al general estupefacto.—Mi papá está desaparecido.

—Oh, lo lamento.

La desesperación terminó por apoderarse de él, súbitamente se puso de pie.— ¿¡Pero qué está diciendo!? ¡Fueron amigos, usted los dijo! — A cada palabra sus ojos se volvían cristalinos.

—Oye, tranquilízate — pidió levantando ambas manos a la altura del pecho y haciendo un suave movimiento hacia abajo. — A ver ¿Cuál es el nombre de tu padre?

—¡Heller Stellan!

—Heller Stellan...Heller — pronunció detenidamente el nombre— ¡Claro, Heller! Un gran sujeto.

—¡No esté jugando!

—¡No lo estoy! Siéntate y escúchame, puedo explicarlo.

Luka se tiró pesadamente al sillón, se sentía demasiado frustrado y confundido. Toda información vinculada a su padre parecía ser inexistente, deseaba de corazón encontrarlo pero el proceso que ello implicaba lo estaba acabando, no podría soportarlo por más tiempo.—. Lo siento, jamas grito es solo que hay tantas ideas confusas en mi cabeza en este momento...cada que me aproximo a averiguar lo que le sucedió a mi papá la pista se desvanece entre mis manos y no puedo hacer nada.

—Comprendo — dijo agachándose frente al chico —, me siento exactamente igual aunque no lo creas. Sabes, hay días en los que me olvido completamente de la existencia de Heller y otros en los que me despierto acordándome de que el único amigo verdadero que he tenido está desaparecido, y no entiendo por qué me sucede esto.

—Suena bastante horrible — opinó con voz entrecortada.

—Lo es, y lo peor es que tengo más recuerdos que van y vienen...justo ahora me parece recordar que Nerón era otro amigo de tu padre, uno de cuándo cambiamos de escuadrón, la verdad no lo tengo claro.

Luka empatizó con el hombre, sin embargo, únicamente podía mirar al piso.—Lamento mucho su situación general.

—Descuida, puedo manejarlo… Ven, despejemos la mente dando un recorrido entre los pasillos, te contaré algunas cosas sobre tu padre mientras pueda recordarlo — dijo arrastrándolo fuera del salón.

Era la hora de la cena por lo que los pasillos se encontraban prácticamente despejados, Luka miraba al hombre a su lado sorprendido, la primera impresión que se había llevado del general era la de un hombre cascarrabias y con problemas de bebida, pero, en realidad podía ser bastante amigable si se lo proponía, incluso parecía tener cientos de vivencias y experiencias que compartir, al igual que un padre, se preguntaba si tendría hijos.



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En el texto hay: poderes magicos, fantasia magia, revolucion

Editado: 26.03.2024

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