Celestia: Las Reliquias Del Poder

Capítulo LVI: El planeta entre aguas “Aztlán”

El comienzo del viaje fue silencioso, pero gracias al buen humor de Elián poco a poco surgieron las palabras y una conversación fluida. Entonces, Luka sintió la necesidad de explicar claramente a sus amigos lo sucedido entre él y Alain. Lo contó todo desde el día que dijeron «Te quiero» hasta el amargo encuentro semanas atrás. Sorpresivamente, se sintió cómodo y libre compartiendo sus verdaderos sentimientos, como si dejara una pesada carga atrás.

—Así que… «te quiero» un día, ruptura dramática al siguiente —declaró Elián mirando al techo como si acomodara las piezas de información en su mente.

—No lo digas así —se quejó levemente Luka—, no es cómo si realmente hubiéramos estado saliendo o algo… Además, ni siquiera podría llamarlo una «discusión» si solo fue Alain quién reclamó cosas.

—Bueno, a como yo lo veo eso fue lo que literalmente pasó —replicó con media sonrisa.

Luka se quedó en silencio con la mirada baja y un leve temblor en los labios.

—Eli, creo que no estás ayudando mucho —expresó Metztli con tono de advertencia.

—Perdón, no soy experto en asuntos amorosos —aclaró encogiéndose de hombros—. Aunque ya lo sospechaba desde que vi a Alain tomar tu mano durante nuestra exploración en los calabozos, pero escucharlo de ti… wow. No pensé que Alain fuera un buen actor.

—Durante la «discusión» yo también creí que estaba actuando, esas palabras tan hirientes no podían ser ciertas, pero … —su voz se quebró un poco— Ahora siento que las decía en serio, ni siquiera me mira.

—Eso sientes tú —intervino Metztli—, pero desde mi percepción tanto tú te mueres por él como él por ti.

—Y mientras, nosotros tenemos que aguantar el silencio incómodo —resopló el piloto con ambas manos en el volante.

—Lo siento…

—Oye, tranquilo —continúo Elián mirándolo por encima del hombro—, no lo dije como reproche. Solo necesitan tiempo y espacio… Aunque en nuestra situación no tenemos mucho de eso, pero parte de este viaje es para arreglar las cosas. Tú tranquilo yo nervioso, ¿de acuerdo?

Como un pequeño destello, Luka dejó escapar una sonrisa. La conversación se apagó poco a poco, quedándose cada uno con sus pensamientos, hasta que una melodía sonó y uno de los botones del tablero se iluminó en señal de proximidad a su destino.

—A esto llamó un viaje exitoso, ¿Emocionada por volver a casa, Mel? —cuestionó Elián volteando hacía su amiga.

Para sorpresa de Luka, y temor de Elián, la chica parecía más bien afligida.

—Mel, ¿Estás bien? —preguntó Luka preocupado.

—Sí… Bueno, más o menos para ser honesta —dijo mirando bajo a la par que jugueteaba con sus dedos.

—¿Por lo el problema con tus padres? —sugirió Elián, obteniendo por respuesta un gesto afirmativo—. Eso temía.

Metztli se dirigió a Luka al notar desconcierto en su cara.

—Verás, Luka. Un día me colé en una de las reuniones del Consejo, del cuál mi papá es miembro, porque sabía que iban a hablar sobre la guerra y tenía curiosidad, pues desde que todo empezó nos cerramos al resto de la galaxia… Ahí observé las imágenes más horribles que haya visto en mi vida —mencionó con voz entrecortada y cerrando los ojos con fuerza—. Entonces, decidí unirme a la guerra como personal médico. No podía quedarme como si nada tras saber que sucedía realmente afuera… Hablé con mis padres y la idea no les agrado en lo absoluto, discutimos. Salí de Aztlán con la ayuda de uno de los miembros del Consejo, el más anciano, quién apoyó mi decisión bajo la condición de alistarme al Imperio para evitar problemas políticos. Me fui sin la aprobación de mis padres, y eso me pasa mucho, siento que los he decepcionado… —Metztli limpió sus ojos con un pañuelo— Y ni siquiera he podido escribir a casa o recibir cartas porque la comunicación con el exterior está prohibida. Así que, sí, tengo miedo.

Con cuidado, tanto Luka como Elián desabrocharon sus cinturones de seguridad y caminaron hasta ella para formar un abrazo suave.

—Estoy seguro de que tus padres se alegrarán de verte —susurró Elián—. Ya han pasado dos años, el enojo debió pasarles.

—Todo saldrá bien, Mel —agregó Luka—. Pase lo que pase estaremos contigo.

El cuerpo de Metztli se relajó un poco.

—Muchas gracias, chicos.

El abrazo duró unos segundos más hasta que fueron interrumpidos nuevamente por la melodía y el botón brillante.

—Ya estamos por llegar —señaló Elián volviendo a la silla del piloto—. No quiero ser yo quién lo diga, pero alguien tiene que avisarle al pelirrojo melodramático.

Con movimientos nerviosos, Luka se reincorporó dispuesto a salir de la cabina. Sin embargo, Metztli lo retuvo por el brazo.

—Espera, iré yo —declaró con semblante repuesto—. Déjame intentar hablar primero con él, quizás logré algo aunque no prometo nada.

Luka la miró con indecisión, pero sus temores se sobrepusieron. Asintió y regresó a su asiento con una mezcla de frustración y expectativa.

En el momento que Metztli entró a la bodega encontró a Alain sentado en una de las esquinas al fondo. Claramente incómodo de ajustar su cuerpo a tan reducido espacio. En las manos sostenía un libro del que no había podido pasar de las primeras líneas.



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En el texto hay: poderes magicos, fantasia magia, revolucion

Editado: 17.08.2025

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