El cielo estaba hermoso, adornado de hermosas estrellas, el aire estaba perfecto, se puede decir que ese momento en sí era inolvidable. Siendo realmente sincera creí que ese momento sería capaz de marcar un antes y un después en toda esta historia; pero, a veces las cosas no suceden como las planeamos, sino que suceden como deben ser.
Él no me miró en ningún momento, su vista estaba fija en el frente, parecía no parpadear y sé que estaba buscando la manera de decirme las palabras que podrían hacer que mi corazón se rompiese en mil pedazos, ver como se planteaba decirme todo aquello era abrumador.
-Dime algo-digo al notar que él no parece reaccionar.
Él se gira para verme, intento entender qué es lo que trata de decirme su mirada, pero no hay nada, está completamente vacío.
-Voy a casarme-suelta de repente, inmediatamente mi cara se transforma en asombro, estoy casi que aturdida por aquellas palabras que quedan suspendidas en el aire. Trato de asimilar lo que acaba de decir y tras notar que él no parece estar bromeando me obligó a recuperar el habla.
-Felicidades.
Editado: 07.10.2024