Ceresa (en proceso)

Capítulo 2 : La novia

Teresa

If I was your boyfriend I’d never let you go, keep you on my arm girl, you’d never be alone, I can be a gentleman, anything you want, if I was your boyfriend I d never let you go.

Mientras cantaba a todo pulmón de camino a la universidad, me entró una llamada, puse el manos libres y contesté.

— ¡Buenos días!

—Hola Teresa, llamó para avisarte que tienes varias tutorías hoy.

— ¿Cómo que varías?

—Tu compañera se desapareció y las vas a tener que cubrir.

—Está bien, pero que no se le haga costumbre, yo tengo una vida también.  

—Lo sé Tere, pero te favorece, te pagan más, te estaré enviando los datos por Whatsapp.

—Cuídate.

—Disfruta tu día.

Volví a subir la radio y seguí cantando hasta llegar a la universidad, ni bien me bajé del carro lo vi caminando hacia mí como todos los días.

—Hola fea.

—Hola feo—me dio un beso en la mejilla, mientras rodeaba mi cintura, terminé de cerrar el auto para después tomarnos de la mano y caminar hacia el salón— ¿Cuéntame como va tu día?

—Hasta ahora todo bien, tengo tutoría hoy.

—Cool, ¿Qué materia?

—Química.

—Diviértete, recuerda que hoy tienes que ir a mi casa a cenar.

—Ay no, popo, ¿Cómo que otra cena?

—Lo sé, es fastidioso, pero así es mi madre y tú, monjita no me puedes fallar.

—Lo sé—llegamos a frente del edificio.

—Nos vemos en un rato—nos abrazamos, me iba a ir pero él me haló del brazo—no tan rápido, beso.

Rodé los ojos y le di un pico—Eres un fastidio.

—Yo también te quiero.

Llegué a mi primera clase y me senté no muy lejos de la puerta.

—Buenos días Teresa—dijeron el trío dinámico al unísono.

Me volteé y sonreí—Buenos días chicas.

— ¿Cómo te va con el fulano aquel? —preguntó Mónica, una de las integrantes del trío. 

Volví a voltear—Bien.

—Mmmm, ese bien no me convence—dijo Rebeca.

—Me perdí, estamos hablando del que yo creo que hablamos—dijo Arely entrando a la conversación.

— ¡Buenos días! —dijo el profesor entrando al aula, dejando sus cosas en el escritorio y copiando el título del tema en la pizarra.

Hoy sería un día largo.

—Entonces multiplicas la raíz cuadrada de 16 por el cubo de 2 y le resta el resultado anterior, ¿Entendiste? 

Mateo asintió y siguió llenando solo.

Me encantaba ser tutora, ayudar a los demás a poner entender mejor las cosas es mi pasión, ver las sonrisas en sus caras cuando logran resolver y entender solos lo que tanto trabajo le costaba antes me encanta, pero aún así la educación no es lo mío prefiero psiquiatría.

— ¡Lo hice! —exclamó Mateo sonriendo.

—Buen trabajo,  chócalas —Mateo chocó mi mano y volvió la vista al cuaderno.

Antes de irme le dejé una nota en el cuaderno, sabía que ya podía entender el siguiente tema por si solo así que no me iba a necesitar más.

—Teresa, ¿estás libre?

—Voy de camino a la universidad, tengo una clase de 1 hora y media, luego estoy libre por hoy.

— Recuerda que te falta una estudiante.  

 —Tengo una cena hoy, pero creo que sí puedo.

—Gracias, en serio vales oro.

—Solo estoy haciendo mi trabajo.

 

Al llegar me recibió el papá de la estudiante

Encontré muy extraño que dejara a su hija sola con una extraña que acababa de conocer, pero trate de ser lo más gentil posible.

Sabía que la situación le incomodaba, pero yo tenía que cumplir con mi trabajo.

— ¿Entendiste?

—Sí.

— ¿Segura? No pasa nada si no, puedo repetir las veces que quieras.

—Segura.

Celine era una chica de pocos palabras, algo en mi me decía que tenía un potencial grandísimo que le daba pena mostrar.

—Bueno, ¿Qué otro ejercicio no entiendes?

—Ninguno, es decir entiendo todo el problema es a la hora del examen me bloqueo.

—Entonces tu problema no es tanto los ejercicios, es el examen en sí.

—Hay veces que tampoco entiendo los ejercicios pero en serio me esfuerzo—dijo Celine haciendo un puchero mientras recostaba su cabeza en la mesa.

La tengo que ayudar.

****************

Cuando terminó la tutoría me fui a la casa a alistarme para la cena.

—Hola mamá.

— ¿Cómo te fue hoy?

—Muy bien—le di un abrazo y besé su mejilla

— ¿y a ti?

—Mejor ahora que te veo.

— ¿Dónde está Mare?

—Dormida…estoy esperando que despierte.

—Entiendo ¿y papá?

—Fue ayudar a tu tío con algo, en un rato vuelve.

—Hoy no cenaré con ustedes.

— ¿Qué? ¿Por qué?

—Cena con mis suegros, yeii— nótese el sarcasmo.

Mami Jessica rodó los ojos.

—Si lo sé, pero sabes que no puedo sacarlo yo.

—Ya van 6 meses Teresa, tienes que hacerle entender que no estarán así para siempre.

—Es divertido y por ahora no tengo a nadie.

—Pero él sí.

—No, aún no es oficial.

—Tú y tus líos.

—Nuestros líos. 

—A mi no me metas en eso preciosa.

Puse mi barbilla sobre su cabeza y la abracé—Ya lo estas mamita, ya lo estás.    

—Te quiero.

—Yo más—le di un beso en la mejilla y caminé hacia mi habitación.

Amo a mi mamá.

Me quité la ropa, cogí una toalla y me fui a bañar.

El agua cayendo encima de mí, el vapor saliendo de la ducha, los pensamientos que venían de pronto.

Definidamente el baño era mi momento favorito del día. 

Salí de mi habitación, y me puse una camisa blanca, unos jeans y unas zapatillas con un pequeño tacón, peiné mi cabello en una cola alta y me puse una pulsera que me regaló Fabián.

 —Hola hermosa—dijo Papá entrando sin tocar.        

—Hola papá.

— ¿Vas a salir?

—Cena con los padres de Fabi.

—Entiendo, ¿quieres que te lleve?




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