Capítulo 3 : Nana

Celine

13 de 20, me quedé un momento analizando el resultado, ¿acaso es real?

¡Sí! ¡Saqué 13 de 20 en el examen!

— ¿Cómo te fue Celine? —Preguntó mi amiga Fanny.

—Saqué un 13—dije aún sin creerlo.

Para una niña que está acostumbrada a sacer 5, 3, y 7 esto es la gloria.

— ¡Felicidades! Al parecer la tutora si te ayudó.

—Sí.

He estado pensando mucho en Teresa estos días, la pequeña frase que me dejó antes de irse en serio me ayudó mucho, en el examen solo podía pensar en sus palabras.

—Celine.

— ¿sí?

—Te fuiste lejos, ven que ya es hora de salir.

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Al llegar a casa encontré una nota de papá en la nevera.

Llegaré tarde hoy, perdón, nana irá a cuidarte. 

Saqué la comida de a nevera y la puse a calentar en el microondas.

De pronto Teresa me vino a la mente, el tema que viene es difícil,  ¿Debería llamarla?

Pero no tengo su número.

El ruido del microondas me trajo de vuelta a la realidad.

Me paré y saqué los fideos del microondas, mientras lo servía en el plato Nana entró por la puerta.

— ¡Hey!

—Hola Nana.

— ¿Cómo estuvo tu día?

—Muy bien, me fue bien en el examen, saqué un 13.

—Felicidades, linda, por fin.

—Sí. 

— ¿Quieres ir de compras?

Nana, es la prima de mi papá, tiene 30 y ama con su vida ir de compras.

—Hoy no Nana.

—Ándale, vamos quiero regalarte algo.

—Está bien, ¿termino los fideos?

—Claro que no, hay que ir por pizza.

Subí rápidamente a mi habitación a cambiarme  y luego nos fuimos.

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— ¿y los novios como están?

Rodé los ojos.

—Y vuelves con lo mismo Nana.

—Sabes que es en broma, pero en serio, ¿no te gusta nadie?

—Realmente no.

— ¿y qué pasó con Brian?

Un recuerdo vino a mí y el calor subió a mis mejillas.

—Uyyyy, ¿Qué hiciste? Traviesa.

Me puse las manos en el rostro.

—Dime.

—Nos besamos, pero no se lo digas a papá.

—Oh my God, y a eso es que vas a la escuela.

—No, por Dios no.                             

—Es broma, cuéntamelo todo.

—Nada, estábamos en casa de una amiga en un fiesta, solo quedábamos él y yo y fuimos al balcón a hablar, él dijo, que probabilidad hay de que nos besáramos, dijimos el mismo número y simplemente sucedió.

—Cuéntame más.

—Se sintió bien, pero no sé, dejó de gustarme después de eso.

—No superó tus expectativas al parecer.

—No sé, tal vez confundí amistad con amor.

—A mi me pasa seguido, pero no importa siempre vendrán alguien nuevo.

—Lo sé.

Llegamos a la plaza y fuimos directo a la pizzería.

— ¿De qué la vas a querer?

—Piña.

—Celine te he dicho que esa combinación no debería de existir.

—Pero es lo máximo.

—Tú eres tan rara en verdad.

—Soy tu sobrina obviamente tengo que ser rara.

Nana fue a pedir la pizza entonces la vi.   

Teresa estaba en la otra mesa con un grupo de amigas, las tres chicas que estaban alrededor se veían tan eufóricas hablando pero ella estaba tan tranquila.

 —Celine…tierra llamándote.

—Dime.

— ¿Conoces a alguien de esa mesa?

—No, bueno si, ahí está mi tutora.

—La que te ayudo a sacar buena nota en el examen.

—Sí.

—Opa—Nana se puso de pie y me cogió del brazo.

—Nana, ¿Qué estás haciendo?

—Ven, hay que agradecerle.

—Nana, no—Nana me haló del brazo, y me arrastró hacia su mesa.

— ¡Hey!

Todas dejaron su conversación y nos miraron. Teresa sonrió.

—Hola—dijo Teresa.

—Soy Nadia, tía de Celine y venimos a darte las gracias.

— ¿A mí? —dijo Teresa.

Nana me dio un peñizco.

—GRacias Teresa, me fue muy bien en el examen.

—Genial, me alegro mucho Celine.

Sonreí.

—Bueno, muchas gracias, lamentamos la interrupción.

—No hay problema.

Volvimos a nuestra mesa y apoyé mi cabeza en ella.

—Qué vergüenza, Nana nunca vuelvas a hacer.

—No prometo nada.

Luego de comer, fuimos a las tiendas y pasamos un día lindo.

— ¿Te divertirte con Nadia hoy?

—Mucho.

Ver televisión con Papá era mi momento favorito del día.

—Pa.

—Dime.

— ¿Crees que puedas contratar a la tutora otra vez?

—Claro que sí, todo lo que necesites siempre lo voy a conseguir.

—Gracias, papi.