Ceresa (en proceso)

Capítulo 8 : Parche

Teresa

—Entonces me sentí muy mal y por eso te llamé—terminé de contarle la historia del porqué me fui de la fiesta a mamá.

—Nunca me agradó.

—No es cierto mamá, te caía bien.

—Porque a ti te gustaba, te hirió y automáticamente deja de ser bienvenida en nuestra familia.

—Sigo pensando que no lo dijo en serio y solo tiene miedo de aceptar la realidad.

—Sea lo que sea no te merece y no voy a permitir que te amargue la noche.

— ¿A qué te refieres?

—Tú y yo nos vamos a bailar, rigth now.

— ¿Y papá?

—Discutimos otra vez.

— ¿Y ahora por qué?

—Cosas estúpidas, lo amo pero a veces no lo soporto.

—Están discutiendo demasiado Ma.

—Es un idiota, pero es mi idiota, es mi otra mitad, ¿entiendes? —dijo viendo el anillo con los manos en el volante, luego movió la cabeza y siguió hablando—Solo que ahora estamos pasando por algunas cosas y es normal, lo resolveremos, no te preocupes. Ahora tú y yo vamos a bailar, vamos a beber y si es posible te vamos a conseguir a alguien.

— ¿Te vamos? —Mamá sonrió y le subió a la música.

—Ya verás.

Llegamos a un lugar que no reconocía, era un estacionamiento,  bajamos del auto y Teté, Annie la amiga mamá, Tabo y Emma nos estaban esperando. 

— ¿Lo tenias planeado?

—Tenía planeado salir, no voy a dejarte sola en la casa para que te amargues, saliste para divertirte y eso vamos a hacer.

—Pero miren a quien traen —dijo Teté, sonreí.

Saludé a todos y luego me di cuenta donde estábamos, íbamos a entrar a una de las discobar más exclusiva de la ciudad.

Diversity, drink and love, era unos de los discobar más reconocidos para ligar, su diseño era elegante, dos niveles, con vidrios ahumados, abajo se encontraba el bar con música más relajada, donde las personas podían hablar y compartir momentos tranquilos, arriba era un mundo diferente, incluso las bebidas eran diferentes, luces, música, baile, también podías subir a sentarte y jugar con tus amigos, pero todos sabían que si alguien te invitaba a bailar era porque querían algo más, por eso habían esquinas diseñadas precisamente para no verse.

Ese lugar se había vuelto tan famoso, que tenias que  pasar por un detector de metales y hacer reservaciones previas para poder pasar o en dando caso, llegar temprano y tener suerte.

Al menos que fueras Terry y conocieras a los encargados de todas las discotecas de la ciudad.

— ¡Terrence volviste! —dijo el encargado de la entrada.

—Hola Justin, si y traje a todas estas personas hermosas a divertirse.

—Vengan pasen.

Después de dar tu identificación y pasar por el detector de metales,  te ponían a elegir una pulsera de acuerdo a tu orientación sexual o estado civil.

Casados o en una relación era blanco.

Soltero tenía varios colores:

Hetero: rojo

Gay: rosa

Bisexual: morado

Y un plus que eran las pulseras azules que significaban.

Solo vine a hablar y ver.

Obvio todos eligieron blancos, yo iba a elegir azul, pero Teté habló por mí.

—Rosa para ella—el encargado me puso la pulsera rosa.

—Disfruten la noche.

Teté puso su brazo alrededor de mis hombros y el otro en el de Sofía.

—Hoy te vamos a enseñar a divertirte Tesa, tenemos aquí la experta—dijo mirando a Sofía.

—La vamos a pasar bien Tere, no te preocupes—dijo Sofí.

—Por cierto, ¿por qué estás aquí? No estabas en una fiesta con tu noviecito falso—dijo Teté.

—Te cuento en la casa. 

Mamá se quedó abajo con sus amigos, y yo subí al segundo nivel con Teté y Sofí.

Nos sentamos en uno de los asientos libres.

—Cuéntanos sobrinita, ¿Cómo te gustan las chicas? —preguntó Sofía.

—No sé.

— ¿Cómo que no sabes? 

—Solo sé que me gustan las chicas y ya.

Teté nos trajo unas bebidas—Aquí tienen my ladies.   

—Me acaba de decir que no tiene un tipo de chica.

—Teresa es así de simple, es más de sentimientos no es como nosotros—dijo Teté—Llevo meses tratando de convencerla de experimentar  y no quiere.

— ¿Por qué no? —preguntó Sofía.

—Me mantengo ocupada con la universidad y las tutorías y no me quede tiempo de pensar en eso.

— ¿Y no extrañas intimar con alguien? O no sé sentirte deseada y dejarte llevar un rato.

—No—Sí.

—Ella tiene a su noviecito falso, yo sigo diciendo que el solo la utiliza pero ella no me cree—dijo Teté mientras le daba un sorbo a su bebida. 

—Bueno no venimos aquí a hablar de novios, vamos a disfrutar el ambiente las bebidas y a bailar, un brindis por eso—dijo Sofía, chocamos los vasos.

—Salud.

Mientras bailaba y me reía con las ocurrencias de Sofí y Terry me sentía muy bien, no sé si era el alcohol, la música o el ambiente, pero todo dejó de importar por un momento, me encanta salir con mi familia, a pesar de ser hija única, mi mamá es mi mejor amiga, mi tío mi mejor amigo y sus amigos son como mis tíos fiesteros que siempre se mantienen jóvenes, quizás por eso los de mi edad me consideran demasiado madura y aburrida, pero disfruto esto.  

—Mira Tere, hay un chica que tiene en la mira, tú sabrás que hacer, me llevaré a tu tío, si se te da —me puso su reloj, mandas una vibración para estar pendientes.

Miré disimuladamente a donde me decía, sentada en la barra, alta, cabello castaño, esbelta, un que vestido se pega perfectamente a cada parte de su cuerpo, notó mi mirada y sonrió.

Me giré hacia Sofía—Es muy linda, pero no sé coquetear.

—Créeme, si sabes, suerte—Sofí se llevó a Teté y me dejó sola, volví a mirar hacia la chica, ella se puso de pie y se puso a mi lado.

—Hola.

—Hola.

— ¿Quieres bailar?

—Seguro.

Fuimos a la pista de baile a perdernos entre la multitud y la música.




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