Ceresa (en proceso)

Capítulo 12 : ¿Te quedas?

Teresa 

Terminaba de organizar mis apuntes de la universidad, mañana tenia examen y me gustaba repasar todo de manera organizada la noche antes.

 Se me hizo extraño que Celine todavía no me haya llamado así que tomé mi celular y le escribí yo.

¿Estás? Visto

Escribiendo.

Estoy.

¿Haremos videollamada hoy?

Creo que hoy no, no me siento bien.

¿Qué tienes? ¿Te duele algo?

Peleé con una de mis amigas.

¿Por qué?

Me cansé de que criticará las cosas que me agradan.

Pero aún así te sientes mal.

Sí, no me gusto las cosas que dijo y el hecho de que es mi amiga empeora las cosas.

Miré la hora de mi celular 7: 00 pm, me da tiempo. 

 

Celine

Ahora vuelvo, escribió Teresa.

Está bien.

Puse mi celular aún lado y seguí acostada con mi cabeza encima de la almohada.

¿Qué cosas conozco de Teresa?, digo: estudia psiquiatría en una de las mejores universidades del país, me lleva 4 años, trabajaba de tutora después de la universidad, su mamá es su mejor amiga y la última vez que le pregunté tenia novio; sé varías cosas básicas, pero ¿quién es realmente Teresa?

—Hija, alguien vino a verte—dijo Papá sentándose en el borde de la cama, estaba de espalda a la puerta así que no lo veía.

—Dile que se vaya, no estoy por hablar con nadie.

—Entonces me dejarás comer todo este helado sola—Esa voz. Volteé.

—Teresa.

—Hola Celine.

Sonreí y me senté— ¿Qué haces aquí?

—Como te sentías mal y tenía tiempo libre vine a traerte helado.

—Gracias.

—Bien, las dejo solas—dijo Papá poniéndose de pie—Teresa, como siempre estás en tu casa.

—Muchas gracias —le respondió Teresa. Cerró la puerta y ella se sentó a mi lado—Toma—dijo mientras me pasaba el helado—Traje dos cucharas, ¿quieres la azul o la verde?

—No tenías que hacerlo Tere.

—El helado calma los malos pensamientos—sonreí.

—Me alegra que estés aquí.

Nos sentamos frente a frente a compartir el helado mientras hablábamos, le conté lo todo lo que había pasado, Teresa me escuchó atentamente y paso su mano por mi espalda cuando sentía ganas de llorar, no me interrumpió hasta que suspiré y dije:

— ¿Crees que hice bien?

—Guao, primero discúlpame inmensamente, lamento que hayas peleado con tu amiga por mi culpa.

—No, no,  no fue tu culpa, solo fue su obsesión y el hecho de no creer que puedo tener más amigas.

—Pero por otro lado lo que hiciste estuvo bien, no tienes porque estar con personas que menosprecien a los demás o que no traten de entenderte.

—Sí…

Teresa se llevó la última cucharada de helado a la boca—Por cierto, sí me gustan las chicas, pero tuve novio.

—Oh.

—Sí, es complicado.

— ¿Me cuentas?

—Obvio.

Nos terminamos de comer el helado mientras Teresa me contaba como decidió ser novia falsa de uno de sus amigos para ayudarlo a salir del closet, siendo de cuartada para ocultar la verdadera relación que el chico tenia con otro chico.

—Al principio no lo vi como una carga, porque solo era un juego, él y yo sabíamos que no era real, pero las visitas a casa de sus padres se hacían más frecuentes, un beso cuando nos veíamos en la universidad, caminar tomados de la mano, el juego de ser novios iba en serio aunque ninguno de los dos sintiera nada y me di cuenta que él no tenía la intención de decir la verdad.

—Entonces lo terminaste.

—Sí, ahora me siento un poco más liberada, antes de él tuve una novia, pero también ella estaba en el closet, ya no quiero esconderme, ¿sabes? Quiero estar con alguien que me ame y lo grite a los cuatros vientos sin temor a los demás—Volteó su cara hacia mí, Teresa es linda por dentro y por fuera, sus ojos son brillantes y profundos y cuando sonríe ilumina todo— ¿Tu qué quieres? —preguntó.

—Yo creo que todos queremos un amor que nos revolucione.

— ¿Te has enamorado?

—Me han gustado varias personas, pero nunca he sentido una conexión.

—No te preocupes, el amor llega cuando uno menos lo espera.

— ¿Cómo te diste cuenta que te gustaban las chicas?

—Porque al verla sentía amor, no amistad, el querer tomar su mano, besar sus labios, estar horas solo viendo la manera en que se le achicaban los ojitos cuando sonreía, querer ser la persona que provoca esa sonrisa, no sientes eso de manera tan intensa por tus amigos, es otro tipo de amor. Ahí me di cuenta que me gustaba ella, una chica, ya luego me di cuenta que no sentía atracción sexual o romántica hacia los chicos, así que no soy bisexual, soy lesbiana.

— ¿Y cómo se lo tomaron tus padres?

—Bien, yo creo no es algo que la gente se tenga que tomar o algo así, porque estén a favor o en contra no me dejaran de gustar las chicas mágicamente. Yo tengo la suerte de tener la familia más linda, además no soy la única en el círculo familiar que no es hetero.

—Yo nunca me había detenido a pensar en que soy, o sea quienes me  atraen.

—No tienes que pensarlo, te darás cuenta sola, el amor es algo que simplemente sucede.

— ¿Siempre eres tan sabia?

—No siempre, tú me enseñaste el color avellana—Reí.

Ya me sentía mejor, estas horas con Teresa me reiniciaron la existencia, no me importaba ni un poco Larissa ni lo que me fuera decir al día siguiente, reír al lado de una buena amiga era lo que necesitaba, no me había equivocado con ella, es un sol.




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