Ch 01 - Solo un poco Retorcido [yewook]

Capítulo Seis

Resultó, que los besos no eran una cosa de solo una vez. Yesung parecía pensar que ahora que lo había hecho una vez, tenía el derecho de meter su lengua en la boca de Ryeowook cuando quisiera -y él parecía quererlo muy a menudo.

Como resultado, Ryeowook había estado pasando un montón de tiempo en el regazo de Yesung, con la lengua de Yesung en su boca y las manos de Yesung en su culo. Lo último le hizo sentir un poco incómodo, pero Yesung no parecía querer otra cosa. Ryeowook pensó que el chico no podía evitarlo, así que no hizo un escándalo sobre ello.

Por lo general, después de unos diez minutos de besarse duro, Yesung le ordenaba que se lo chuparo, pero hoy se estaba tomando su tiempo, besándolo una y otra vez, profundo y muy sucio, hasta que Ryeowook apenas podía respirar. La sensación familiar de estar completamente abrumado estaba de vuelta, y Ryeowook se encontró a sí mismo jadeando y haciendo pequeños ruiditos -ni siquiera estaba seguro de por qué. Era simplemente demasiado. Él no estaba seguro de si le gustaba este sentimiento, el sentimiento de estar completamente abrumado -o lo odiaba.

Por fin, Yesung rompió el beso, pero en lugar de simplemente ordenarle que se lo chupara, como generalmente hacía, él comenzó a bajar besando por el cuello de Ryeowook.

“Err, estoy bastante seguro de que esto no era parte del trato”, dijo Ryeowook.

Yesung lo ignoró, por supuesto.

Ryeowook puso los ojos. Desde que todo empezó, había descubierto que en realidad Yesung se mantuvo a sí mismo bajo control en clases y no demostró el alcance de su... personalidad. Cuando estaban solos, Yesung no se contenía: era completamente dominante. Todo tenía que hacerse del modo en que Yesung quería.

Ryeowook fue arrancado de sus pensamientos cuando sintió la gran mano de Yesung deslizarse bajo su camisa para acariciar su espalda desnuda.

“Cómo que estás cruzando la línea, hombre,” Ryeowook murmuró, aunque si era honesto consigo mismo, no le molestaba tanto que Yesung lo tocara. Se preguntó si debía hacerlo.

No era la primera vez que se le había ocurrido a Ryeowook, que él no estaba ni cerca de estar tan asustado por todo el asunto como probablemente debería haberlo estado. Pero, de nuevo, él tenía el pene del tipo en su boca todos los días. Esto no era nada.

Yesung continuó mordisqueando su cuello agresivamente. “Sácamela y mastúrbame.”

Antes de que Ryeowook pudiera hacerlo, el teléfono celular de Yesung empezó a vibrar en el escritorio.

Maldiciendo entre dientes, Yesung levantó la cabeza del cuello de Ryeowook y extendió la mano por su teléfono.

“¿Sí?“, espetó sin mirar el identificador de llamadas.

Ryeowook observó con interés como la cara de Yesung se convirtió en una máscara de piedra. Obviamente, no le gustaba lo que sea que quien fuera que llamara le decía, porque su voz se volvió dura. “No me interesa, Yoona.” Una pausa. “Me importa un bledo lo que quiere. Guarda tu aliento. No estoy yendo.”

Despertada su curiosidad, Ryeowook se acercó al teléfono, tratando de escuchar lo que estaban diciendo.

“...padre está muy enfermo, Yesung,” la mujer Yoona -dijo. “Te juro que no estoy mintiendo. Él nunca lo admitiría, pero yo sé que él quiere verte antes de -antes... Por favor. Por mí.”

La mandíbula de Yesung se apretó. “Yo no voy a hacer lo que él quiere que haga. Yo no me voy a casar con esa niña tonta”.

“Jandi es una joven agradable”, dijo Yoona. “Sí, su padre es amigo de nuestro padre, pero ella no es su padre. Ella es amable y -”

“Yoona” Yesung la interrumpió, clavando la vista en su escritorio.

“Te estás olvidando de algo. No me interesan las mujeres. E incluso si lo hicieran, nunca me habría casado con la mujer que él eligió para mí“.

Yoona suspiró. “sólo ven a casa este fin de semana. Eso es lo único que te pido”.

Yesung se pellizcó el puente de la nariz. “Bien,” escupió. Colgó bruscamente y tiró el teléfono sobre su escritorio.

“¿Tu hermana?“, dijo Ryeowook. Pensando que Yesung ya no estaría de humor para sexo, estaba a punto de deslizarse de su regazo cuando Yesung lo agarró y lo tiró en un beso.

El beso fue cruel, duro y castigador. Se terminó tan rápido como empezó.

Yesung le agarró de la barbilla y lo miró fijamente, la ira aun rodando fuera de él en oleadas. “Tú vas a acompañarme.”

Ryeowook se rió entre dientes. “¿Lo haré? Gracias por informarme”.

“Te voy a pagar”, dijo Yesung, en absoluto inmutado. “Otros tres mil por el fin de semana.”

Ryeowook se le quedó mirando. “No puedes estar hablando en serio.

¿Estás dispuesto a pagarme tres mil wons sólo para molestar a tu padre?”

La mirada que Yesung le dirigió le habría hecho estremecerse algunas semanas atrás. “Eso no es asunto tuyo.” Echó un vistazo a su reloj.

“Son casi las dos. Vete a casa y empaca para el fin de semana. Voy a recogerte en dos horas”.

Ryeowook puso las manos sobre los hombros de Yesung. “Whoa, espera un segundo. Yo no voy a ir a ningún lado. Lo digo en serio. No puedo”.



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En el texto hay: amor confusion gay retorcido

Editado: 03.09.2023

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