Ch 01 - Solo un poco Retorcido [yewook]

Capítulo Quince

Ryeowook estaba caminando a su última clase del día cuando vio a Yesung caminar hacia el lado contrario.

Sus pasos vacilaron por un momento antes de que él desviara la mirada y continuara caminando, determinado a ignóralo.

Excepto que Yesung no se lo permitió.

Él agarró el brazo de Ryeowook mientras se estaban pasando uno al otro. “Una palabra, señor Kim.”

Ryeowook se humedeció los labios, su corazón acelerado. Miró directamente frente a él. “No creo que tengamos nada de qué hablar, Profesor”.

El agarre de su mano se apretó. “Una palabra.”

Ryeowook miró a su alrededor. “Déjame ir. Estás llamando la atención”.

Yesung quitó la mano y espetó: “Sígueme”.

“Tengo una clase en unos pocos minutos.”

“Te voy a escribir una nota,” Yesung dijo por encima del hombro antes de alejarse.

“Eso es abuso de poder”, Ryeowook se quejó, pero lo siguió.

Yesung lo guió hasta un salón de clases al final del pasillo. Estaba vacío.

Ryeowook cerró la puerta. “Mira, esto es-”

Yesung lo estrelló contra la pared y aplastó sus labios juntos.

Maldita sea, no esto otra vez. Pero él ya estaba devolviendo el beso y jadeando en la boca de Yesung.

El beso fue desordenado y necesitado, Yesung presionando contra él como si estuviera tratando de empotrarlo en la pared.

Ryeowook se quejó cuando el beso terminó tan repentinamente como había empezado.

Yesung enterró su cara contra el lado de la garganta de Ryeowook, aspirando profundamente, su cuerpo tenso como infierno. “Quiero follarte.” Yesung chupó con fuerza a un lado de su cuello, sus manos amasando el culo de Ryeowook y empujando sus penes juntos. “Necesito follarte de nuevo.”

Ryeowook cerró los ojos, tratando de pensar, tratando de recordar cómo respirar porque no parecía como si estuviera recibiendo ningún oxígeno en su cerebro y toda su sangre parecía haber sido drenada hacia su pene y su cabeza estaba felizmente vacía. No podía, ni por su propia vida, recordar por qué era una tan mala idea-

“¿Por qué Ryeowook estaría aquí -Oh.”

Ryeowook se congeló. Yesung se quedó muy quieto, con los labios todavía en el cuello de Ryeowook.

Luego ambos volvieron las cabezas.

Sungmin estaba en la entreabierta puerta, con la boca abierta.

“Él no está aquí“, dijo en voz alta, dio un paso atrás y cerró la puerta.

Con su rostro caliente, Ryeowook suspiró. “Yo debería irme.”

Pero él no se movió.

Yesung apoyó su frente contra la pared al lado de la cabeza de Ryeowook. Sus manos estaban todavía agarrando las caderas de Ryeowook, sus pulgares sobre la piel desnuda del bajo estómago de Ryeowook. “Esto es todo tu culpa,” él dijo, su voz lacónica.

Ryeowook resopló, hundió la mano en el pelo de Yesung y tiró. “¿Cómo es esto culpa mía?”

“No deberías haber decidido terminar temprano”, dijo Yesung irritado, colocando codiciosos, besos húmedos en el cuello de Ryeowook. “Si no hubieras hecho eso, te habría jodido unas cuantas veces más hasta que se tornara lo suficientemente aburrido”.

“Encantador”, dijo Ryeowook secamente -o más bien, lo intentó, pero su voz salió un poco entrecortada.

Yesung levantó la cabeza de su cuello. Sus pupilas estaban completamente dilatadas mientras su mirada alternaba entre los ojos y la boca de Ryeowook. “Voy a ir a tu casa esta noche y vamos follar.” Eso no fue una pregunta.

Ryeowook se humedeció los labios. “¿Ya te olvidaste de las gemelas?”

Respuesta equivocada. Debería haberse negado rotundamente.

Yesung se quedó mirando sus labios, sus pulgares acariciando el vientre desnudo de Ryeowook. “¿No se supone que los niños deben irse a dormir temprano?”

“Yo- No puedo dejarlas solas. ¿Qué pasa si se despiertan?”

“Seremos silenciosos.”

Ryeowook no estaba seguro de poder ser silencioso. No cuando él ya tenía que tragarse sus gemidos sólo por tener las manos de Yesung sobre su estómago.

“Pero-”

“Voy a ir esta noche”, dijo Yesung firmeza. “Y vamos a follar.”

Comenzó a inclinarse para besar a Ryeowook otra vez, pero se detuvo, miró hacia otro lado y salió de la habitación.

Ryeowook golpeó su cabeza contra el muro y tuvo que esperar un tiempo hasta que su excitación se desvaneció y él pudo pensar -y moverse –de nuevo.

“Es usted muy amable de dignarnos con su presencia, señor Kim,” la profesora Jung dijo cuando entró en el salón de clases. “Sólo veinte minutos tarde.”

“Lo siento, profesora,” dijo Ryeowook, tratando de no retorcerse bajo su aguda mirada. A la Profesora Jung nunca le había agradado particularmente, pero en su clase era en realidad uno de los mejores, por lo que por lo general no tenía razón para criticarlo. Hasta ahora.



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En el texto hay: amor confusion gay retorcido

Editado: 03.09.2023

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