Capítulo Diecisiete

Ryeowook despertó lentamente, y lo primero que registró fue un cuerpo muy desnudo y muy caliente contra su espalda. Yesung.

Estaban haciendo cucharita. Yesung le estaba haciendo cucharita.

Diciéndose a sí mismo que no fuera tonto -la cama era muy estrecha, y simplemente no había mucho espacio -Ryeowook abrió los ojos, parpadeando aturdido.

Y se encontró mirando a dos pequeñas niñas observándolos con curiosidad.

“Ryeowook está despierto,” susurró Bee, chupando su pulgar. “¿Puedo ser ruidosa ahora?”

Yerin negó con la cabeza. “El Sr. Yesung todavía está durmiendo”.

Un pequeño surco apareció entre las cejas de Bee. “Pero qué está haciendo el señor Yesung en la cama de Ryeowook?”

“¡Está durmiendo, tonta!“, dijo Yerin, olvidándose de susurrar.

Ryeowook sintió que el hombre detrás de él se movió un poco y apretó su agarre suelto alrededor de la cintura de Ryeowook. Yesung murmuró algo ininteligible, sus labios rozaron la oreja de Ryeowook.

Ryeowook hizo una mueca y tiró de las sábanas más alto, asegurándose de que las niñas no podían ver nada que no deberían ver.

Bee señaló a Yesung. “Tú me dijiste que me callara, pero ves, ¡le despertaste!” Ella sonrió. “Buenos días, Sr. Yesung!”

“Buenos días”, dijo Yesung con voz ronca justo dentro del oído de Ryeowook.

Piel de pollo cubría la piel de Ryeowook. Él cerró los ojos y se mordió el labio. Contrólate.

“Buen día,” dijo al fin, volviendo la cabeza.

Era raro ver el pelo de Yesung tan desordenado, pero eso, junto con la barba oscura y toda la piel desnuda, hizo cosas extrañas en las entrañas de Ryeowook. Los ojos oscuros de Yesung vagaban sobre su rostro.

Ryeowook no estaba seguro de cómo actuar. No estaba seguro de donde se encontraban.

“¿Por qué el Sr. Yesung durmió en tu cama?“, preguntó Bee. “¿Él no tiene una cama?”

Los labios de Yesung retorcidos. “Algo así, enana”, dijo, sin dejar de mirar a Ryeowook.

“No la llames enana.”

“No me importa”, dijo Bee. “¡Soy bajita!”

“A ella no le importa”, dijo Yesung.

Resoplando, Ryeowook buscó sus shorts y se los puso, haciendo una mueca con algo de malestar.

“¿Duele?” Yesung murmuró, sentándose también.

Ryeowook saltó de la cama y le lanzó una mirada con los ojos entornados.

El rostro de Yesung era sobre todo inescrutable, pero había un atisbo de algo en sus ojos...

“Deja esa mirada de suficiencia”, dijo Ryeowook y echó un vistazo al reloj de la pared. “¿No tienes una clase que dar pronto?”

“Sí“, dijo Yesung, levantándose de la cama. Se veía tan fuera de lugar en la pequeña habitación en mal estado de Ryeowook, que no era siquiera es gracioso.

Ryeowook se volvió, agarró a las niñas y las sacó de la habitación.

No seas ridículo, se dijo a sí mismo. Sólo fue sexo. Sí, sexo con otro hombre -sexo con su profesor -pero sólo sexo. No tenía motivos para sentirse nervioso. Eran adultos, se habían deseado el uno al otro y habían follado para rascarse la picazón. Sencillo. Nada complicado al respecto. No tenía por qué ser complicado.

Ryeowook seguía diciéndose a sí mismo eso mientras preparaba el desayuno para las niñas cuando el timbre sonó.

Fue a abrir la puerta.

“¡Buenos días!“, dijo la señora Bang, empujando más allá de él.

“Buen día, chicas.”

“Buenos días, señora Halcon”, las gemelas dijeron al unísono. “¿Han comido ya?” La señora Bang preguntó a Ryeowook.

“No, yo estaba a punto de alimentarlas, pero se me está haciendo un poco tarde y realmente apreciaría si usted-”

Ella lo despidió. “Por supuesto, ve a tomar una ducha. Lo haré-”

Yesung salió de la habitación de Ryeowook, deslizándose en su chaqueta. Tenía el pelo aún mojado después de una ducha.

La señora Bang se lo quedó viendo. Luego su mirada se trasladó a Ryeowook.

Ryeowook sentía el rubor subiendo por su rostro. Uno no tenía que ser un genio para adivinar lo que habían estado haciendo la noche anterior.

Los labios de la señora Bang se fruncieron en una línea. Sin decir una palabra, ella asintió con rigidez en la dirección de Yesung, tomó a las niñas y las apresuró hacia la cocina.

Ryeowook parpadeó a su espalda. Hace apenas unas semanas, la señora Bang le dijo que viviera un poco y se consiguiera una novia, pero al parecer esto era un problema para ella. Qué demonios. Su vida sexual no era su asunto.

“Encuentra otra niñera para las niñas si no quieres que crezcan estrechas de mente”. Yesung se dirigió a la puerta. “Me tengo que ir.

Necesito cambiarme antes del trabajo”.

Ryeowook dudó antes de seguirlo hasta la puerta. ¿Era su imaginación o Yesung realmente estaba evitando mirarlo?