Narra Tehuel
Ana se quejó de nuevo con mi tía mientras mi mamá se despedía de Nati y de mí. Iban a salir un rato juntas y mi prima tenía que cuidarnos. Agarré la mano de Nati, me la llevé al cuarto, saqué algunos juguetes de la caja y se los mostré, ella agarró uno, después se sentó en el piso, me senté al frente y me puse a jugar con ella, no tenía ganas que Ana se enojara por cualquier cosa que hiciéramos o se pusiera a gritar haciendo que mi hermanita llore. Traté de no aburrirme rápido, jugar con sus muñecas no me gustaba, pero era mejor que escuchar a mi prima. Mientras más lejos estuviéramos, menos la íbamos a escuchar.
—Pachu.
—¿Qué?
—¿Puede venir Sofi a jugar?
—Tenemos que preguntarle a mamá para que hable con su mamá.
Asintió y siguió cambiándole el pañal a su muñeca.
—¿Y puede venir Elías?
—¿Querés que venga Elías? —Asintió, yo sonreí—. ¿Por qué?
—Porque a vos te gusta jugar con él y así no estás solo.
Sonreí, Nati estaba concentrada, no me prestaba mucha atención mientras hablaba. Seguro ni siquiera se había dado cuenta de lo que decía, pero me gustaba que pensara en mí también. Iba a ser buena como decía mi mamá. Le pregunté si tenía hambre y le pedí que se quedara ahí, me levanté para ir a la cocina a buscar galletitas. Ana estaba hablando por teléfono, se quejaba con alguien que se llamaba "Ale", seguro era una amiga de la escuela. Agarré una de las sillas, la acerqué a la mesada y me subí para abrir las puertitas de arriba, ahí guardaba las galletitas mi tía. Miré entre las cosas hasta que vi un paquete de Oreos, lo agarré, me bajé de la silla y la llevé a su lugar antes de volver al cuarto. Mi hermanita ya había sacado más muñecas, estaba sentada cambiándoles la ropa. Me senté con ella, abrí el paquete y se lo alcancé para que agarrara una, Nati me sonrió antes de comer. Agarré mi celular y, mientras comíamos, miré mis mensajes, tenía muchos de Lu, se quejaba que no le contestaba como siempre.
—"Lu, tengo cosas para contarte, pero tengo a Nati conmigo".
—"¿No puede escuchar?"
—"No, ya sabés que es chusma con mi mamá".
—"Bueno..."
—"Una compañera me dijo que le gustaba".
—"¿Ya empezaste?" —mandó unos emojis riéndose.
—"Callate. No te conté nada todavía". —Le mandé antes de seguir escribiendo—. "Me pidió un pico, se lo di, pero Elías, Tomás y Matías me vieron".
—"Me acuerdo de Elías nada más".
—"Los amigos de Eli. Bueno, pasa que él después estaba medio raro".
—"¿Y? ¿Le gusta la chica?"
—"Dijo que no, pero me miraba raro. Después me preguntó qué se sentía besar a alguien".
—"¿Y si quería que lo besaras?"
—"¿Por qué iba a querer que lo besara?"
—"No sé, es lo único que se me ocurrió".
—"Somos varones, Lu".
—"¿Qué le dijiste, entonces?"
—"Que no sabía cómo explicarle. ¿Cómo le explico a alguien cómo se siente besar?"
—"Besándolo".
—"Lu, ya te dije que somos varones".
—"Bueno, no sé".
Siguió escribiendo, después paró. Volvió a escribir y paró. No mandó nada más después de eso. Tampoco le mandé nada. No entendía por qué molestaba tanto con eso de besar a Eli. Bloqueé la pantalla de mi celular y miré a Nati, casi se había terminado el paquete entero de galletitas mientras jugaba. Me quedé mirándola, aunque no le prestara mucha atención en realidad. No podía dejar de pensar en lo que había dicho Lu. ¿Por qué iba a querer Eli que lo besara? No creía que quisiera eso, por ahí me mintió y sí le gustaba Romina. Había dicho que no era tan fea, pero también había dicho que le gustaba otra chica. ¿Con cuál me había mentido? ¿Y si Lu tenía razón? Pero éramos dos chicos.
—Pachu, tengo sed.
—¿Vamos a buscar algo para tomar?
Mi hermanita asintió, se levantó haciéndome levantar a mí también, los dos salimos para ir a la cocina, Ana estaba tirada en el sillón, seguro estaba con el celular. Agarré dos vasos de plástico y busqué en la heladera, había una jarra con jugo, la saqué para servir, primero a ella, después a mí. Nati fue con Ana y se sentó en el piso hablándole de algo del jardín, Ana no le prestaba mucha atención, siempre hacía eso cuando estaba con el celular y mi hermanita le quería contar algo. Después, mi prima me llamó, fui con ellas y me di cuenta que la tele estaba prendida, pero no tenía sonido. Mi hermana estaba sentada en una esquina que le había dejado Ana, yo me senté en el piso. Ana buscó una película que pudiéramos ver los tres y que hiciera que la retaran. No presté mucha atención, después de un rato me había aburrido ya, pero me quedé ahí, no tenía nada más que hacer sin que me siguiera Nati, tenía que esperar a mi mamá y a mi tía para que la entretuvieran y yo pudiera hacer lo que quisiera.
***
Estaba sentado en la computadora jugando cuando mi mamá vino al cuarto con mi hermanita dormida. Me preguntó si podía apagar la luz, no le contesté, todos los sábados preguntaba lo mismo, sabía que no me molestaba si Nati estaba durmiendo. No me preguntó de nuevo, acostó a mi hermana, apagó la luz y se quedó ahí. La miré un ratito y volví a mirar la pantalla, no quería perder en el juego, ya había tenido que hacer la misión varias veces, ella me dio un beso en la cabeza pidiéndome que no jugara hasta muy tarde y que no hiciera mucho ruido para no despertar a mi hermana. Asentí, ella se fue cerrando un poco la puerta, aunque no toda para que entrara un poco de luz, a mi hermanita todavía le daba miedo la oscuridad. Cuando se despertaba a la noche y estaba todo oscuro, se ponía a gritar, aunque yo siempre cerraba la puerta después de fijarme que estaba bien dormida. Volví a perder la misión por distraerme con el celular que vibraba arriba de la mesa, eran mensajes. Primero no les presté mucha atención, pero después vi que era de un grupo que me habían agregado, abrí WhatsApp y vi que era de Vicente y su grupo. Tenía varios mensajes sin leer de ellos, pero parecía que no me hablaban, que me habían agregado mientras hablaban de algo. Leí los mensajes, hablaban mal de casi todo el grado y de algunos chicos de otros grados, no me gustaba que fueran así, pero al menos ahora no hablaban mal de Eli, por lo menos ahora. Me di cuenta que no había pensado en él en todo el día, que solamente lo hice cuando le contaba a Lu lo que había pasado. Me sentí raro, no sabía por qué, sentía que me había olvidado de él y me sentía mal por eso, como si me estuviera volviendo como Juanma, Mili y Vicente. Yo no quería ser como ellos, pero ahora me sentía así.