Christmas & Romance

¿Pasado o Presente?

Aunque la cena para mi fue algo incomoda, para mi familia fue divertida. James se sentó a cenar con nosotros, contó cómo la pasó en Boston y que hace unos meses se recibió de ingeniero en informática, estaba muy feliz por él, pero en mi mente aún seguía recordando lo que pasó en aquel pasado.

Terminamos de cenar y James me invitó a dar un paseo por la ciudad. 

—Me alegro mucho de verte—confesó James, caminamos un rato por la peatonal. Las tiendas estaban abiertas y llenas de decoraciones navideñas.

—Yo también me alegro mucho—sonreí.

—¿Qué has estado haciendo estos años?—preguntó James, él tomó mi mano y caminamos. Estaba muy feliz por lo que me estaba pasando.

—Bueno, estuve trabajando de moza en un restaurante a una de aquí, en lo cual hoy me despidieron—agaché mi cabeza al contarle—pero no le digas a mis padres, aún no lo saben.

—Secreto sellado—dijo James, haciendo una seña acercando su mano hacia su boca como si la estuviera cerrando con un cierre de pantalón. Su seña me hizo reír asique largue una pequeña risita—¿Qué? Así era nuestro pacto para ocultar secretos.

—¿Todavía lo recuerdas?—pregunté luego de reírme.

—Por supuesto, eres mi mejor amiga— solté su mano al escuchar esas palabras. Se que me estaba comportando como una niña, pero ya no quería ser su amiga, siempre lo estuve esperando, siempre lo estuve amando y aveces uno se cansa de esperar.

Ya que lo había vuelto a ver, era mi momento para declararme, no podía seguir así ocultando mis sentimientos.

—James—murmuré.

—No puede ser—me interrumpió de mis pensamientos—¿Esa es Fiama?

Alcé la mirada a la chica que él estaba observando—creo que sí—respondí algo frustrada.

—¡Fiama!—exclamó James llamando a la mujer.

—¿James?¿Eres tú?—indagó la chica achinando sus ojos para ver si era él—Hola ¿Cómo has estado?¿Y tú eres Alissa? Vaya si que estas muy linda, antes no te arreglabas mucho, pero ahora si has hecho un gran cambio.

Eso era verdad, no me interesaba estar mucho a la moda, el vestido de mi graduación lo había elegido mi amiga Becky, ya que me dijo que si quería conquistar a mi amigo debía cambiar un poco de ropa y desde ahí comencé a implementar la nuevas tendencias de prendas.

—Gracias—respondí a secas y con una media sonrisa. Ellos siguieron hablando y me había enterado que esa noche ellos habían terminado porque se tenían que distanciar por el tema de la universidad. También ella contó que tiene dos hijos con otro hombre con el cuál se casó y hace tres meses se divorció. Nos despedimos de ella y seguimos caminando.

—¿Y tu amiga Becky como está?—preguntó James mientras seguíamos el paseo.

—Ella se mudó a Italia hace tres años con su novio—contesté.

—Vaya—respondió James algo pensativos.

—La mayoría de los que conocemos se fueron, solo yo he quedado en esta ciudad—conté.

—Pero ahora volví y para quedarme—dijo él y ambos sonreímos—quiero poner una empresa en esta ciudad, primero empezaré de cero hasta poder llegar a mi objetivo.

—Que bueno, me alegro por tí James—respondí y él asintió para darme las gracias.

Al seguir caminando chocamos con un árbol gigante de navidad, estaba hermoso, lleno de adornos y luces de colores. A unos metros de nosotros oí que una señora le contaba a otra que los niños del barrio lo habían decorado.

—James—no sabía si era el momento indicado, pero quería decirle. Él giró a verme, las luces del árbol hacían que iluminaran todo su cuerpo y se viera más guapo— Te amo—confesé— estoy enamorada de tí desde que tengo dieciséis.

—Alissa, creo te ha pegado un poco el alcohol de la cena—respondió él. Tomó mi mano y me llevó a un costado— Lo siento Alissa, pero no siento lo mismos.

Sentí que todo mi mundo se vino abajo, quería llorar, pero me lo aguante.

—Pero, si nos besamos—confesé.

—¿Besarnos? Ja—cuando vió que no estaba bromeando, se puso serio de nuevo—¿Cuándo?

—En la fiesta de Francis—conté—¿No lo recuerdas?

—Oh, sí algo, pero estaba ebrio, recuerdo que estaba mal porque había terminado con Fiama asique empecé a beber hasta quedar totalmente borracho—aseguró James. Me hizo una cara, como si le estaría dando pena—Lo siento Alissa, para mi siempre serás mi mejor amiga, te amo, pero como mi hermana— James me abrazó y mis lágrimas comenzaron a caer—además, estoy casado.

Salí de sus brazos y lo mire algo confundida—¿Qué?—murmuré.

—Lo siento, no quería ponerte mal, pero me casé hace un año y la quiero—confesó— sé que mi madre me matará por no haberla invitado, pero se que la amaran.

—Co…¿Cómo se llama?—titubee.

—Alexandra—confesó. Caminé unos metros de él y me senté en una banca que se ubicaba cerca de la peatonal.

—Siento haberte confesado mis sentimientos, todo en mi vida está mal, no tengo trabajo y acabo de ser rechazada—suspiré.

—Trabaja conmigo—agregó James y se sentó a mi lado— sé que quieres ser modelo, te daré trabajo hasta que puedas cumplir tus sueños.




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