Cicatrices de traición

Capitulo 2

Javier la condujo a su oficina, una habitación amplia y lujosa, con ventanales que ofrecían una vista panorámica del pueblo. Se sentó detrás de su escritorio de caoba, con la misma confianza y autoridad que Valeria recordaba tan bien. Ella se sentó frente a él, su cuaderno y bolígrafo listos para anotar cada palabra.

—Es un placer conocerla, señorita Montenegro —dijo Javier, sonriendo amablemente—. ¿En qué puedo ayudarla?

Valeria mantuvo su sonrisa profesional, ocultando el torbellino de emociones que sentía al estar tan cerca de él.

—Gracias por su tiempo, señor Javier. Estoy escribiendo un artículo sobre empresarios exitosos que han logrado hacer una diferencia significativa en sus comunidades. Su nombre surgió varias veces durante mi investigación, y me gustaría saber más sobre su historia y su visión para el futuro.

Javier asintió, claramente halagado. Comenzó a hablar sobre sus logros, su ascenso en la empresa familiar y su compromiso con el desarrollo del pueblo. Valeria tomaba notas diligentemente, asintiendo y haciendo preguntas que mantenían la conversación fluida y centrada en él.

A medida que hablaba, Valeria lo observaba detenidamente. Javier no había cambiado mucho. Aún tenía el mismo aire de superioridad, la misma manera de manipular las palabras para presentarse como el héroe. Pero ahora, ella sabía la verdad. Sabía lo que había hecho para llegar allí.

Después de casi una hora, Valeria comenzó a dirigir la conversación hacia temas más personales.

—Su éxito es indudable, señor Javier, pero me gustaría saber más sobre los desafíos que ha enfrentado. ¿Hubo algún momento en su carrera en el que sintió que todo estaba en riesgo?

Javier se inclinó hacia atrás en su silla, una sombra de incomodidad cruzando su rostro.

—Bueno, como en cualquier carrera, siempre hay obstáculos. Pero creo que el momento más difícil fue hace diez años. Hubo un incidente que casi destruyó nuestra empresa y nuestra reputación.

Valeria contuvo la respiración, sabiendo exactamente a qué se refería. Se obligó a mantener su expresión neutral.

—¿Podría contarme más sobre ese incidente? Creo que nuestros lectores encontrarían inspirador saber cómo superó esa adversidad.

Javier suspiró, su mirada perdiéndose momentáneamente en el pasado.

—Tuvimos un problema con una empleada que resultó ser deshonesta. Fue una situación complicada y dolorosa para todos los involucrados. Pero al final, tomamos las decisiones correctas y logramos salir adelante.

Valeria sintió una oleada de ira al escuchar sus palabras. La forma en que él distorsionaba los hechos, convirtiéndose en la víctima y el salvador al mismo tiempo, era nauseabunda. Pero no podía permitirse perder la compostura.

—Debe haber sido muy difícil para usted y para su familia —dijo, su voz controlada—. Es admirable cómo pudieron manejar una situación tan delicada.

Javier sonrió, satisfecho con su propia versión de la historia.

—Sí, fue un momento muy difícil. Pero nos hizo más fuertes y más unidos como familia y como empresa.

Valeria asintió, haciendo una última anotación en su cuaderno. Sentía que ya había obtenido suficiente por hoy.

—Le agradezco mucho su tiempo, señor Javier. Ha sido muy inspirador conocer su historia. Estoy segura de que nuestros lectores encontrarán su ejemplo muy motivador.

Javier se levantó y le estrechó la mano.

—El placer ha sido mío, señorita Montenegro. Estoy ansioso por leer su artículo.

Valeria le sonrió por última vez antes de salir de la oficina. Mientras caminaba por los pasillos, sentía una mezcla de triunfo y repulsión. Había comenzado su plan, había entrado en la vida de Javier sin levantar sospechas. Ahora, la verdadera tarea comenzaba.

Salir de la oficina de Javier y regresar al hotel fue un alivio. Cerró la puerta de su habitación y se dejó caer en la cama, sintiendo el peso de la tensión acumulada. Tomó un momento para respirar profundamente, para recordar por qué estaba haciendo esto.

Sacó su cuaderno y revisó sus notas. Había aprendido mucho sobre la vida actual de Javier, pero aún quedaban muchas piezas del rompecabezas por descubrir. Su siguiente objetivo sería acercarse a sus aliados, aquellos que se beneficiaron de su traición.

Valeria sabía que la venganza no sería rápida ni fácil. Pero estaba dispuesta a esperar, a planear cada paso con precisión. Porque al final, todos pagarían por lo que le hicieron.

Y las cicatrices de traición quedarían expuestas para siempre.




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