Cicatrices de traición

Capitulo 3

Valeria se levantó temprano al día siguiente, sintiéndose más determinada que nunca. Después de su encuentro con Javier, sabía que su próxima jugada sería acercarse a sus aliados más cercanos. Cada uno de ellos había jugado un papel en su traición, y era hora de desenmascararlos uno por uno.

Su primer objetivo era Laura, la mano derecha de Javier en la empresa. Laura había sido la amiga íntima de Valeria, y su traición había sido la más dolorosa. Fue ella quien proporcionó las pruebas falsas que condenaron a Valeria, asegurando su propia posición de poder.

Valeria se enteró de que Laura daba clases de yoga en su tiempo libre. Decidió asistir a una de sus clases, una oportunidad perfecta para observarla de cerca y comenzar a tejer su red. Se vistió con ropa deportiva y se dirigió al estudio de yoga local.

El estudio estaba lleno de luz natural y decorado con tonos suaves y relajantes. Valeria se inscribió en la clase y encontró un lugar en la parte trasera del salón, donde podía observar sin ser observada. Laura llegó unos minutos después, luciendo serena y en control, como si no tuviera ningún peso sobre sus hombros.

La clase comenzó, y Valeria siguió las instrucciones de Laura, sus movimientos fluidos y precisos. Pero en su mente, Valeria no podía dejar de pensar en las mentiras y engaños que Laura había tejido. Cuando la clase terminó, Valeria esperó hasta que todos hubieran salido antes de acercarse a Laura.

—Hola, Laura. La clase fue maravillosa. Me encantaría saber más sobre tus sesiones privadas —dijo Valeria con una sonrisa genuina.

Laura levantó la vista, sorprendida pero halagada por el cumplido.

—Gracias. Siempre me alegra conocer a nuevos estudiantes. ¿Estás interesada en clases privadas?

—Sí, me gustaría mejorar mi práctica y creo que una atención más personalizada me ayudaría mucho —respondió Valeria.

Laura sonrió y sacó una tarjeta de su bolso.

—Aquí tienes mi información. Podemos coordinar una sesión cuando te venga bien.

Valeria tomó la tarjeta, sintiéndose satisfecha con el primer paso de su plan.

—Perfecto, te llamaré pronto. Gracias, Laura.

Cuando salió del estudio, Valeria guardó la tarjeta en su bolso, sabiendo que pronto tendría la oportunidad de acercarse más a Laura y obtener la información que necesitaba. Pero primero, tenía otra visita que hacer.

Su siguiente destino era la casa de Alejandro, el segundo aliado de Javier y el hombre que había falsificado los documentos que la incriminaron. Alejandro era ahora un abogado prominente, conocido por su habilidad para manejar casos difíciles. Valeria había escuchado que organizaba reuniones sociales en su casa, reuniendo a la élite del pueblo.

Esa noche, Valeria se arregló con esmero, eligiendo un vestido elegante pero discreto que le permitiera mezclarse con los invitados. Se dirigió a la casa de Alejandro, un lugar imponente y bien cuidado. La puerta estaba abierta, y una cálida luz se derramaba sobre el jardín delantero, invitándola a entrar.

Valeria tomó una copa de vino de una bandeja que llevaba un camarero y se unió a la multitud. Observó a Alejandro desde la distancia, notando cómo se movía con confianza entre los invitados, asegurándose de que todos se sintieran bienvenidos. Finalmente, encontró una oportunidad para acercarse.

—Alejandro, es un placer verte. Me llamo Valeria Montenegro, soy periodista —dijo, extendiendo la mano.

Alejandro le devolvió el saludo con una sonrisa encantadora.

—El placer es mío, Valeria. ¿Qué te trae por aquí esta noche?

—Estoy trabajando en un artículo sobre las figuras influyentes de nuestro pueblo, y me encantaría hablar contigo sobre tu carrera y tu impacto en la comunidad —respondió Valeria.

Alejandro parecía complacido con la idea.

—Me encantaría ayudarte. ¿Te gustaría hablar ahora o prefieres que nos reunamos en mi oficina?

—Si tienes tiempo ahora, sería perfecto —dijo Valeria, aprovechando la oportunidad.

Alejandro la condujo a una sala más tranquila, lejos del bullicio de la fiesta. Se sentaron y comenzaron a hablar sobre su carrera y sus logros. Valeria tomó notas y lo escuchó atentamente, pero en su mente, estaba planeando su próximo movimiento.

Después de la entrevista, Alejandro se ofreció a presentarle a algunos de sus colegas y amigos, lo que Valeria aceptó con gratitud. Mientras se mezclaba con los invitados, recogió información valiosa sobre las conexiones y relaciones que sostenían el poder de Alejandro y Javier en el pueblo.

Cuando la noche llegó a su fin, Valeria regresó a su hotel sintiéndose satisfecha. Había logrado acercarse tanto a Laura como a Alejandro, y había comenzado a desentrañar la red de mentiras y corrupción que los protegía. Sabía que el camino hacia la venganza sería largo y peligroso, pero estaba preparada para enfrentarlo.




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