Cielo por tu luz

XLI

Tres días después.

—Entonces —Mike asintió con la cabeza—. ¿Te cortaste por ella?

—Sí.

—Estás muy loco.

—Pensé que me regañarías o me dirías que había arruinado mi vida, supongo que siempre si la amo, Mike.

—Me queda claro. ¿Sabes? Yo hubiera hecho lo mismo.

—¿Enserio?

—Sí. Solo hay un verdadero amor en la vida, es el motivo por el que nacemos y lo mejor que podemos hacer es darle sentido a los días por esa persona. Tú le diste sentido a sus días aún cuando eso significara cortarte tus propios días de vida. Si eso no es ser valiente y amar con los cojones y con el corazón, entonces no sé que sea.

—La amo, hermano. La voy a amar hasta que muera.

—Sé que sí.

Nos paramos de los columpios del parque cuando llegaron Luz y Jessica, para entonces, Luz ya sabía de lo de Barbie.

—¿Tomamos algo? —Jess sugirió.

—Me parece buena idea —le dijo Mike y la tomó de la mano—, este lugar me da alergia.

Luz me abrazó y yo a ella. Ninguno de nosotros estaba bien, Barbie hacía mucha falta y no había manera de compensarla. Caminamos un poco hasta los autos y nos detuvimos antes.

—La extraño mucho —me dijo Mike en voz baja.

—Yo también, hermano. —Le di una palmada en la espalda y los dos nos aguantamos las ganas de caer.

—Amor —Mike miró a Jess—, antes de ir, hay algo que quiero decir.

—Venga —Jess lo abrazó.

Mike miró al cielo y con esa personalidad tan extraña que lo caracteriza hizo una mueca y tiró una lágrima al suelo, se aclaró la garganta y como si fuera a dar un discurso empezó:

—Bárbara, siempre serás la más lista de la clase y la más guapa de la generación. La que sabrá sacarnos sonrisas en los peores momentos y la única en poder ser admitida en un lugar como Berkeley­­­­… —calló Mike y me miró.

Asentí un par de veces y miré hacia arriba también, empecé a llorar un poco también. Seguí:

—Siempre serás el combustible de las mejores aventuras y pieza indispensable en los días de todos nosotros, la que sabrá encontrar soluciones antes de darnos cuenta de los problemas…

—Y —siguió Luz—, una de las personas más únicas del mundo, más creativas y con el cielo en sus acciones, no habrá nadie nunca que te supere en nada y siempre serás la más arreglada…

—La de los mejores consejos —Jessica sonrió—, la que nos cuidaba en los malos momentos y la amiga que todos quisieran tener. El cielo se ganó a la mejor persona que podría haber en el mundo.

—Y aún ahí —Mike sonrió también—, sé que vas a estar cuidándonos.

—Dándonos los mejores momentos y consejos —dijo Luz y me tomó de la mano.

—Impulsándonos a seguir al corazón —seguí.

—Nunca te irás —dijo Jess y tomó de la mano a Mike.

Nada iba a ser igual nunca más, en poco tiempo habían sucedido muchas cosas, en poco tiempo todo había cambiado. Todos vamos a morir un día y entonces dejaremos de existir por completo, solo hay un modo de ser infinitos y es en el recuerdo de quienes nos aman. Solo tenemos una vida y si no la vivimos como viene, no habrán recuerdos del amor de la infancia, de los besos con sabor a tabaco o de las locuras que se hacen por amor. Sonreímos aún con las lágrimas bajando por las mejillas.

Barbie, desde el cielo, nos sonrió también.



#37413 en Novela romántica
#9167 en Joven Adulto

En el texto hay: teen, #lgtb, weed

Editado: 27.03.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.