Cien cartas perdidas

Carta 3

Oh mi Paraíso, que las llegadas tardes no se te hagan costumbre. Tuviste suerte ¿crees que ha sido obra del destino que ese lugar justo no haya sido ocupado? Te preguntaras como es que sé que todo eso sucedería, simplemente lo deduje. Al observarte he podido notar y destacar cosas sobre ti.

Cuando estas triste tienes una leve mueca que suele pasar desapercibida para algunos, pero para mí no. Cuando estas enojada tienes el cuerpo entero muy tenso, la molestia es notable y no te dejas acercar a nadie. Como he podido notar tus emociones, también pude notar que llegas tarde a todos lados y no lo haces apropósito, siempre hay algo que te interrumpe. ¿Sabes que no he podido descubrir? Tu felicidad, sé que esta, pero no la demuestras ¿Por qué? ¿Qué te lo impide?

También noté que te gusta la música clásica, en algún lado leí que proporciona ciertos beneficios. Dicen que influye en nuestros estados de ánimo, yo creo que eso aplica para toda la música ¿tú que piensas? Para mi es depende las personas, porque a mí también me gusta escuchar música clásica y no me ayudo en mi insomnio, estrés y mi capacidad de retención. Sé que tampoco es mágica, que tal vez debo poner parte de mi para que funcione, simplemente no es lo mío.

Otra cosa que leí es que olvidarse de las cosas no era normal, digo de los recuerdos del pasado. Puede deberse algún trauma que sufrimos ¿Tu recuerdas el pasado? Yo no, a veces, mi mente le gusta hacerme sufrir e inventa recuerdos y no se diferenciar la realidad, de la fantasía. A veces, sufro ataques de ansiedad en los que me siento irreal y mi mente me habla, dice que cometa actos que no son aceptados moralmente. Mi mente dice que, al no ser real, nada me sucederá, y admitiré que algunas veces he caído.

¿Qué han sido esos actos inmorales? Todavía no puedo contarte sobre ello, causaría cierto rechazo en ti que podría alejarte, así que solo abre tu mente perversa e imagínate todos los escenarios posibles. Espera ¿tu seguirías a mi lado si te dijera todo? Quiero que pienses y te respondas a ti misma.

Yo tenía un amigo que había cometido un crimen, cuando lo supe causo cierto rechazo, pero luego...luego lo pensé más a fondo y no parecía tan mal después de todo ¿Quién cataloga las cosas como bien o mal? A pesar de que la culpa carcomía a mi amigo, yo estaba allí para levantarle el ánimo y convencerlo de que nada estaba mal, creo que en mi existía cierta perversidad. Él con el tiempo lo supero y fue por mi culpa que volvió a caer, mi cabeza me habia jugado una mala pasada y moví las piezas del tablero mal, pobre de mi amigo por como termino.

Como veras, esta vez te di dos cartas al mismo tiempo, espero que hayas leído esta primero. Recuerda no mostrarlas públicamente y esconderlas bien, porque si no habrá consecuencias.

E.R-




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