Ya sé el corazón sumido y callado al ver tu boca de fuego arder, en otros labios.
Se extendieron tus alas al alba temprano, ibas cubierta de rosas blancas, como si llevaras el cielo en tus manos.
Te miré dormida y obscura como si hubieses ardido en llamas, te miré triste y sollosa como si te hubieran partido el alma.
Habrá quién pueda entenderte, habrá quién pueda abrazarte, habrá quien pueda quererte, sin que su amor te desbarate.
No te rindas, no quedez marchita, que lo que un día muere jamás torna pero de apoco se olvida.
Besa y abraza de nuevo a la vida, tomate un te en una tarde acompañada de poesía....
Deja ya de caminar sobre brasas, mejor pisa la arena del mar con espuma blanca.