Cinco Elementos. El Viaje de Antorique.

36. ¡No aburras al bufón!

—¡Ven, demonio! ¡Muéstrame esa energía demoniaca! —provocó Tori a Castellanos, volviendo a encender ambas manos. Carlino le devolvió una sonrisa macabra.

—Vas a arrepentirte de no haber usado tu jodida palma Yang desde el comienzo, mago —contestó el demonio con renovada energía, y aprovechó el primer bloqueo de Tori para —en lugar de continuar con su ráfaga de golpes— tomar su brazo y levantar el delgado cuerpo del mago, lanzándole por las alturas, y saltando para atraparle en el aire.

—¡Demonio malagradecido! —respondió Tori, sonriente, devolviéndole una patada en las alturas.

Ambos aterrizaron en el suelo al mismo tiempo, e inmediatamente se lanzaron el uno contra el otro.

Castellanos tomó hábilmente del suelo un Cincel de Emérico en medio de su veloz avance y lo arrojó hacia el mago, el que en una demostración de habilidad todavía mayor, lo atrapó del mango en el aire y, girando sobre sí mismo lanzó un corte al demonio. Este, sin embargo, destruyó la hoja del arma cortante activando nuevamente su ya dominado Espiral de Tierra.

El movimiento de la batalla les llevó a la zona donde se encontraba el río, que atravesaba el bosque y al parecer también la barrera de Castellanos. Los cuerpos de los miembros de La Espada de la Fe, y de otras víctimas del demonio adornaban el escenario.

Tori volvió a evadir de forma casi limpia los golpes de Carlino, aprovechando de golpearle de forma externa, cada vez que el demonio agrandaba su barrera metálica, o bien cuando intentaba su recién descubierto truco consistente en expandir el rango de las armas de corte. Ambas acciones debilitaban la cubierta de la defensa, y era en estos momentos, donde el mago, ya sin intención de ocultar sus habilidades, golpeaba sin contenerse, olvidándose de diferenciar el daño interno del externo, entregado a superarle a nivel de artes marciales.

Carlino, por su parte, crecía en frustración al verse superado en el combate cuerpo a cuerpo. Aún, estando consciente de que el daño que recibía —sabiendo ahora que el peligro de Tori era su mano izquierda, poniendo atención en esta— era poco, y con la confianza en la victoria que le daba su enorme reserva energética, no podía evitar la sensación de inferioridad, sintiendo su orgullo herido ante la habilidad superior del vagabundo.

El último intercambio terminó con el demonio haciendo un esfuerzo por no caer, luego de recibir un pesado zurdazo de palma de Tori, justo en el centro del pecho.

—Este Puño Supremo, o Polar… o como sea… te vuelve aún más rápido… —dijo Carlino, componiéndose y retomando su postura. Tori hizo una mueca de desagrado.

—No. Tú eres más lento que antes.

—¿Eh?

—Pensé que esa energía inagotable tuya repondría tus canales, o sustituiría de alguna forma su función pero… Estoy comenzando a temer que no será así.

—¡Oh! ¡Deja de hablar poniéndote como superior! Tienes el costado del vientre abierto, el cuerpo magullado y lleno de cortes ¡No estás ganando! ¡No eres ni serás más fuerte que yo! —Carlino volvió a abrir los brazos y a absorber energía luego de un grito gutural, esta vez con aun mayor intensidad producto de la ira, sin embargo Tori detuvo la siguiente embestida del demonio, rompiéndole la nariz con el puño derecho.

—Bah… Inténtalo otra vez, demonio, con todo lo que tienes… —Para el vagabundo, el deterioro en la potencia del demonio era más que evidente. Sus movimientos eran más torpes y lentos, y su barrera defensiva bajaba por momentos tanto el nivel, que incluso su débil derechazo podía atravesarla.

Castellanos, por su parte, aun estando convencido de que su derrota no era posible, era también consciente de la desventaja con la cual terminaba los intercambios, y de su baja general de rendimiento. Esto comenzaba a transformarse en un círculo vicioso, pues, la rabia que le provocaba el sentimiento de inferioridad, le volvía más errático y el ciclo comenzaba a repetirse.

Así, con un grito de frustración se abalanzó contra Tori, intentando con todas sus fuerzas taclearlo… Movimiento tristemente lineal y predecible, que le llevó a terminar mordiendo el suelo con la inercia de su propio avance.

—Suficiente, demonio. Terminaste de aburrirme, y eso significa que perdiste. No importa cuanta energía tengas por ahí guardada, estás ocupando un cuerpo humano. Y si eres incapaz de reactivar el flujo de qi por los meridianos, ya está. Perdiste —Tori habló levantando los hombros, con genuina decepción en el rostro.

En ese momento, el demonio dentro de Carlino Castellanos, se sintió humillado y miserable como nunca antes.

—¡No estás en condiciones de declarar algo así! ¿¡Estás diciendo que eres más fuerte que yo, humano!? —preguntó furioso.

—No. Estoy diciendo que me aburres y perdiste. Tú se todo lo fuerte que quieras… demonio menor —respondió Tori, sonando inintencionadamente despectivo, dándole la espalda al frustrado Carlino y observando el bosque, en busca de algo que le llamase la atención.

El panorama, plagado de cuerpos, sangre y armas de corte y de fuego, daba cuenta de los combates que habían tenido lugar previamente en el territorio.

Tori pensó por unos segundos en lo mucho que despreciaba, sin una razón aparente, las armas de fuego, a pesar de que, debido a su naturaleza elemental, podrían incluso resultarle de utilidad. Caso similar ocurría con aquellos que se habían dedicado al cultivo de Qi como disciplina. Salvo contadas excepciones, y sin una causa clara, los “magos” y las armas de fuego de proyectil, no tenían precisamente afinidad.

Carlino Castellanos, ya fuese por algún resabio de su personalidad original como ser humano, o bien por el orgullo del demonio, compartía en parte esta aversión. No obstante, la desesperación que le provocaba ser humillado por un humano era tal, que decidió dejar de lado lo que sentía como su propia decencia, y decidió coger un revólver. Así, enceguecido por su creciente sentimiento de inferioridad, avivado por el desprecio del vagabundo, apuntó arma en mano a este, aprovechando que se encontraba distraído. El revólver, fabricado en Serenia para la Espada de la Fe, usaba balas reforzadas, especializadas en eliminar magos y demonios.



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En el texto hay: fantasia, viajes, magia

Editado: 25.04.2024

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