Cinco flores coreanas

Capítulo 3: Fan Sasaeng

Los F.zone se dirigían a casa en un Rodius ahumado de siete plazas cortesía de la agencia. Un empleado de KM conducía. A su lado, el mánager Kwong revisaba las actualizaciones de su teléfono celular mientras los chicos, sentados en la parte trasera, se distraían debatiendo temas tan triviales como el clima, el efusivo recibimiento de las fans y los planes para esta noche, excepto Jungji, quien dormitaba recostado en su asiento junto a la ventanilla.

  Kwong se volvió de pronto, mostrándoles en la pantalla del teléfono la imagen viral del incidente en el aeropuerto. En la foto, la fan había quedado suspendida en el aire justo en el momento en que Kwong la sujetara, mientras Jungji aterrado había puesto sus brazos al frente para protegerse del inminente impacto.

—No llegan a casa y ya son tendencia en todas las redes... otra vez— dijo Kwong con un dejo de ironía.

Los miembros de F.zone corrieron a sus smartphones para ponerse al día sobre el curioso hecho. Habían subido al auto antes que Jungji y todo lo que pudieron apreciar, fue el tumulto que se formó tras ellos.

Kwong volvió a acomodarse en su asiento luciendo una estoica sonrisa. Siempre que ocurría algo como esto el joven mánager no podía evitar pensar en los inicios de la empresa. ¡Cuán difícil era entonces captar la atención de los medios!

— ¡Qué niña tan ocurrente!— murmuró volviendo la vista a la imagen.

El teléfono de Jungji se iluminó y vibró en el bolsillo de su camisa. Jungji ignoró por completo el aparato y en cambio, se distrajo mirando el paisaje a través del cristal con ojos adormilados.  

—¿No vas a contestar?— preguntó Seoksun sentado a su lado.

—No. Es mi madre— se reacomodó y cerró los ojos dispuesto a dormir. 

Seoksun comprendió, así que no insistió, en cambio, amplió la viral imagen en la pantalla de su móvil. 

—Es la primera vez que nos ocurre algo como esto— comentó Seoksun sonriendo divertido.

—Cada vez tienen más seguidoras— explicó el mánager con naturalidad—. Me aseguraré de reforzar la seguridad cuando aparezcan en público.

—No lo sé— dudaba Sooje un tanto preocupado—. ¿Qué hay de nuestra vida privada? Es decir, ¿no sería igual de peligroso...andar por ahí sin protección?

—¿Dices que debemos temer a nuestras fans?— lo interrogó Seoksun, confundido.

—No exactamente "temer"— trató de explicar Sooje.

—¿Por qué nos lastimarían nuestras Sunnys?— cuestionó Mingun—. Ellas se han sacrificado tanto como nosotros para colocarnos donde estamos.

—Lo mismo digo— consensuó Hyohwa.

—El esfuerzo de nuestras fans no es lo que pongo en duda— aclaró Sooje—. Pero piensen, cada vez entran más personas a nuestro fandom y no podemos descartar que algunas de ellas no nos ame en realidad. ¡Alguien puede añadirse a nuestro círculo con intenciones de dañarnos! ¿En serio no lo han considerado posible?

—Siempre han existido los anti–fans— la voz de Hyohwa quebró el aire y todos apoyaron la moción, a excepción de Jungji, quien continuaba en apariencias dormido, a pesar de la discusión que se desarrollaba a su alrededor.

—Sí, así es— argumentó Sooje—. Y sin embargo, nunca habíamos escenificado un incidente con una fanática. Si somos tan vulnerables frente a nuestras fans... ¿no somos igual de vulnerables ante nuestros haters(16)?— terminó de exponer su punto.

El silencio reinó durante unos segundos.

—Jungji sí— dijo Kwong.

Todos se volvieron hacia el mánager, interrogantes.

—Dices que ninguno ha escenificado un incidente con una fanática— Kwong se dirigió a Sooje—, pero olvidas que Jungji ha escenificado dos. ... no sé si este deba contarse como el tercero.

Una ola de comentarios se levantó entre los cuatro miembros de la agrupación. El mánager tenía razón.

—¿No es esta Jini-shí?— dijo Hyohwa mostrando a todos el rostro ampliado de la fan.

—¿Jini–shí? ¿La misma del año pasado?— preguntó Seoksun incrédulo.

—Y la del año anterior a ese— aclaró Mingun divertido.

Sooje observó a Jungji con genuina admiración.

—¡Wow, Jungji! ¡Esta chica está detrás de tus huesos desde nuestro debut! 

—Y tiene... ¿Cuántos? ¿14? ¿15 años?— analizaba Seoksun.

Jungji continuaba ausente.

—¡La sostuviste en tus brazos, Kwong! ¿Cómo no la reconociste?— cuestionó Hyohwa.

—Por supuesto, lo hice— admitió el mánager impasible—. Esta sunny no es una sasaeng cualquiera, es hija única de un reconocido productor de televisión local— explicó.

Los artistas reaccionaron más sorprendidos ante los nuevos datos aportados.

—La investigamos después del segundo incidente— aclaró Kwong.

—¡Wow!— exclamó Sooje volviéndose a Jungji .

—Un "Wow" más y te habrás ganado un pase para el fan club personal de Jiná, Sooje— advirtió Hyohwa.

—Con que hija de un PD , ¿eh?— meditó en voz alta Seoksun—. Eso explicaría cómo logra atravesar la seguridad en los lugares donde te encuentras, Jiná.

—¿Acaso consideraban posible ver llegar el día en el que una fan rompería la línea de seguridad y se nos lanzaría encima? ¿Tienen alguna idea de lo que hubiese ocurrido de no estar el PD Kwong cerca?— retomó Sooje su preocupación.

—Sólo quería tocar a su ídolo— justificó Mingun comprensivo.

—¿Sólo quería eso en verdad?— lo interpeló Sooje—. ¿Cómo podrías asegurarlo?

—Tú puedes estar tranquilo, Sooje. A ti nunca te pasará algo como eso— dijo Hyohwa con marcada sorna.

Un silencio incómodo los invadió.

—No te pases, Hyohwa— lo reprendió Mingun.

—Sooje sabe que es broma— sonrió Hyohwa.

Sooje escondió tras una sonrisa, la vergüenza que le provocara el comentario hecho por su compañero.

—Créeme, Sooje, eres por mucho, el más afortunado de todos nosotros—. dijo Jungji en tono consolador, sin abrir los ojos.

—¿Y qué propones?— recobró Seoksun el hilo de la conversación—¿Deberíamos pagar guardaespaldas 24 horas?




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