Cinco flores coreanas

Capítulo 12: La entrevista

Luego de la entrevista, Ana se reunió con Domi en la habitual cafetería del campus.

El lugar, lucía menos concurrido , habían llegado las vacaciones de verano y con ella, la población estudiantil había aminorado drásticamente.

Domi estaba bajo los efectos de la alegría y la impaciencia, el pecho agitado, las manos inquietas y una permanente sonrisa nerviosa. Sentía que iba a explotar si tenía que esperar por Ana un segundo más. Sin embargo, debió esperar que la latina se acomodara y pidiera algo de tomar.

—Cuéntamelo todo. No te saltes nada— rogó tomando solemnemente las manos de la latina entre las suyas.

—Bien— Ana inició su relato—. Cuando llegué a la recepción esta mañana...

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"...ya esperaban por mí."

La primera en percatarse de la presencia de Ana fue Mia. La vio atravesar el lobby y dirigirse hacia el mostrador con pasos firmes, sin embargo pretendió no verla.  Todo lo contrario ocurrió con Lia, quien al verla, no sólo quedó pasmada sino que de inmediato, llamó la atención de Luna quien estaba de espaldas.

Cuando Luna advirtió a Ana,  ya estaba frente a ella.

—H-hola ¿Podemos ayudarla?— saludó cordial.

—Me llamaron de Recursos Humanos . Tengo una cita hoy.

—¿Cita? Debe haber algún error... el proceso de reclutamiento terminó hace más de dos semanas.

—Podría llamar y confirmar, por favor— pidió Ana con determinación.

La recepcionista no lograba conectar las palabras de la extranjera. Ella más que nadie sabía que no existía posibilidad alguna de que alguien de la empresa se comunicara con la latina. Estaba completamente segura de que Ana mentía; así que marcó la extensión observándola con recelo, lista para llamar a seguridad y hacer que la echen a patadas de ser necesario.

—Hola, ¿señora Lee? ¿Han citado a alguien para...? Un segundo, ... ¿Cuál es su nombre?— se dirigió a Ana.

—Rivas Ana

—Es Rivas Ana— volvió al teléfono—. ¿S–sí? ... ¿Está segura? ... ¿C–con el señor Song? ...No, no. Claro. Está bien, muchas gracias— colgó.

Las recepcionistas no pudieron disimular su sorpresa.

"Más tarde supe que el señor Song del que hablaban era el director de la KSMB. Y aunque la cita ya estaba confirmada, tuve que esperar que su asistente llamara de vuelta para que en recepción me permitieran el paso."

Sin más excusas que alegar, Luna no tuvo más remedio que entregarle un gafete de invitada a Ana y dejarla pasar.

Luna no paraba de atormentarse en silencio. ¿Qué pudo haber pasado?— "¿Cómo habrá logrado entrar?"

—¿Ustedes saben algo de esto?— preguntó a sus compañeras. Ambas negaron, parecían igual de sorprendidas y consternadas que Luna. No había más remedio que esperar.

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"Dos hombres me recibieron en aquel pequeño salón. El señor Song en persona y el otro,  se presentó a sí mismo como el productor Jo... no recuerdo su nombre completo... ¡estaba muy nerviosa!".

Ana entró a la sala saludando a los dos hombres con la reverencia habitual. La belleza de la extranjera no pasó desapercibida por los caballeros, siguieron el escultural paso de Ana hasta que esta tomó asiento. Se habían puesto de pie para recibir a la señorita, así que retornaron a sus butacas.

Sobre la mesa frente a ellos, estaba abierta una copia del expediente de la solicitante. El presidente Song era un hombre muy perceptivo, fuera de lo elegante que la mujer pudiera lucir, estaba consciente de que la solicitante no poseía el perfil para trabajar como productora en su empresa. Sus estudios sobre audiovisual se remontaban a más de 15 años atrás, de los cuales, llevaba más de 10 retirada. Su experiencia y actualización pesaban más como maestra que como PD y con sólo ver su porte y madurez, Song consideró imposible que la mujer mostrara interés por lo único que la compañía le podría ofrecer.

El presidente lanzó una mirada suspicaz al CP. ¿Qué rayos le hacía pensar a Jo que esta señora podría ser una pieza importante en los nuevos designios de la firma? Puede que sea extranjera y bonita, pero con estas cualidades no bastaba para ser parte de una organización como aquella.

La curiosidad generada por los comentarios de Jo lo habían llevado a aprobar esta reunión, pero , todas sus dudas habían sido aclaradas en 10 segundos, y de inmediato, cerró el expediente de Ana.

"Pude sentir el rechazo del director en cuanto me senté. Me miró y me desaprobó sin más. Parecía que en cualquier momento se pondría en pie y abandonaría la habitación. Hice de tripas corazón para no dejarme arropar por la decepción. Sé que el señor Jo también lo notó, sin embargo, por alguna razón, decidió continuar con el proceso."

—Tu expediente muestra que te titulaste en Producción Audiovisual en tu país natal y que trabajaste en algunas pequeñas producciones antes de convertirte en maestra— inició Jo—. Cuéntanos un poco sobre esta transición.

" Le expliqué al señor Jo sobre mi experiencia como asistente de producción, productora de cortometrajes y webseries. Pocas producciones... poca experiencia. Le hablé de cómo la inestabilidad de la industria en mi país me llevó a convertirme en maestra."

—Ha solicitado ser considerada para un puesto en nuestra empresa, pero las vacantes disponibles requieren más experiencia de las que usted posee— intervino Song—. No obstante, el señor Jo cree que usted puede servir a nuestros propósitos, ¿qué opina usted?

–Yo... Entiendo que mi falta de experiencia puede ser un inconveniente, pero no espero obtener un alto cargo de entrada. Estoy dispuesta a empezar desde cero y aprender de ustedes. Aprendo rápido, señor.

–Pero señorita, debe entender que esto no es un instituto, por eso exigimos a nuestros aplicantes un título profesional— externó el señor Song desinteresado ya en la mujer.




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