Ciudad de Nobles

Cap. 3 "¿Vecinos?"

Regresaba por el pasillo pensando en el misterioso chico fantasma y su conexión con Aphrodite... Quizás sean conocidos, amigos, o tal vez...

—Ellen, te estaba buscando —dijo Arabelle tomando mi mano —Regresemos, las clases van a continuar en breve.

 El olor a libros mezclado con refinados perfumes llenaba el Salón. Todos los estudiantes en él estaban sumidos en sus mundos, algunos conversaban, otros leían y algunos se limitaban a observar su alrededor. La profesora de Biología entró por la puerta causando que todos se centraran en ella, con un vestido rojo, sencillo pero hermoso.

—Bien, quiero que me elaboren un informe sobre la clase que dimos hoy, lo harán en equipo y quiero que me lo entreguen en una semana, ahora quiero que las damas vayan viniendo una a una.

 Me levanté de mi puesto y me dirigí hacia la profesora la cual me hizo escoger entre algunos pedazos de papel. Tomé el que estaba más alejado de los demás...

 Al abrirlo pude apreciar el nombre de Arian escrito con una caligrafía hermosa.

—Arian Antonio... —mencionó la profesora —Tu compañera será Ellen Anastasia, espero que hagan un buen trabajo juntos.

 La mirada de Arabelle, rebosante de emoción y alegría al ver mi pareja me estaba poniendo nerviosa.

—Ellen... —dijo el chico de ojos más verdes que el fresco pasto de la mañana —Donde prefieres que nos reunamos para hacer el informe?

—En la mansión Hochadel tengo muchos libros sobre este tema... ¿Te parece bien reunirnos ahí mañana?

—De acuerdo... Estoy allá a las 9:00 am.

 Él era chico poco hablador por lo que pude observar. Me preguntaba si eso no sería un problema para poder hacer el informe sin retrasos. Regresé a mi asiento junto a Arabelle quien me esperaba con ansias.

—Ellen... Me parece que el destino trata de unirlos a ustedes dos —dijo.

—No digas eso... Es más que notable que Arian no quiere relacionarse con nadie...

 El reloj marcó la hora de regresar a nuestras casas. Esta vez regresé observando por la otra ventana del carruaje.

 Otro coche estaba entrando a la propiedad más cercana a la mansión de los Hochadel. Muchos recuerdos de mi infancia recorrieron mi mente en ese instante.

 El chico de cabellos café y ojos verdes como esmeraldas bajaba del coche en aquel momento.

 Cómo pude olvidar a mi primer y único amigo de mi infancia...

 Cuando no tienes la edad necesaria para asistir a las fiestas de la nobleza te ves obligada a quedarte en casa... Aunque en aquella época era muy pequeña como para pensar en salir de la mansión Hochadel.

 Sin embargo un día la familia Neuenthurm vino de visita a nuestra mansión. Y fue entonces cuando conocí a aquel pequeño niño cuyos cabellos eran casi más hermosos y delicados que los de la propia Reina Agatha Irene von Karajan, que cuyos ojos eran más verdes que las piedras preciosas de la corona del rey.

 Aquel niño de mirada curiosa se acercó a mí y con una voz suave pronunció.

—Hola, soy Arian Antonio zum Neuenthurm ¿y tú cómo te llamas? —me dedicó una cálida sonrisa.

—Yo soy Ellen Anastasia von Hochadel...

 Después de aquel momento vino muchas veces a jugar conmigo, era mi gran y único amigo... Incluso llegué a pensar que no necesitaba a nadie más que a él para ser felíz.

 Hasta que un día dejó de visitarme... jamás volví a saber de aquel chico de sonrisa gentil hasta hoy.

 Por fin mi carruaje llegó a la mansión Hochadel. La espera me hizo recordar cada vez más; y me hacia sentir más avergonzada, él me había reconocido desde la primera vez que me vió... Yo fuí la que no se dio cuenta de nada.

 Me dirigí hacia las puertas y las abrí dejando ver a mi madre del otro lado quien iba de partida.

—¿Vas a algún lado madre?

—Voy a una de mis salas de concierto voy a dar uno especial para la Reina... —miró cómo estaba vestida y luego de un gesto de aprobación continuó —¿Quiéres venir?

—¿Qué obra vas a interpretar?

—Toccata y Fuga en Re menor de Johann Sebastian Bach —me respondió.

—¿Otra vez? A la Reina Agatha le debe gustar mucho esa obra... Esta bien iré contigo.

 En la Sala de conciertos estaba justamente la Reina Agatha Irene, el Rey Bruno Clemens y su único hijo Athan Andrew. Ni una sola alma más aparte de mí.

 Se abrieron las cortinas y mi madre salió al escenario; el gran órgano en medio le daba un toque tenebroso al lugar. Antes de la obra empezar la Reina notó mí presencia y me invitó a sentarme junto a ellos.

—Señorita Ellen, he escuchado de mi hijo que ustedes están en el mismo salón de clases, eso me da mucha alegría, espero que sean amigos...

—Por supuesto, lo que usted desee su Majestad —le hice una reverencia.

—Y si las cosas van bien podrían comprometerse —sonrió.

 ¡¿Que?! ¿Yo? ¿Comprometerme con ese príncipe? ¿Ese astuto, mentiroso y cruel príncipe? ¡¡¡Ni por el propio rey yo haría tal cosa!!!

—Si me disculpa, yo no soy la indicada para su hijo... —fuí salvada por mí madre quien comenzó a tocar su obra.

  Todo eso fue en presencia del Rey y el Príncipe los cuales se limitaron a oir nuestra conversación y a no dar opiniones, de cual palo tal astilla.

 Durante el resto de la presentación me centré en la obra para no necesitar hablar de cosas innecesarias. Mi madre se levantó y saludó con una reverencia; a su paso también emprendi mi partida dando un último saludo a la Reina y su familia.

—Madre... Mañana recibiremos visitas a las 9:00 de la mañana.

—¿Charlotte viene otra vez? Ya vino 10 veces esta semana...

—No madre —solté una risita —Esta vez no es Charlotte.

—¿Entonces a quien veremos mañana?

—Al hijo de la familia Neuenthurm.

—¿Arian Antonio? —dijo con una expresión de sorpresa en su rostro —¿Y a que se debe tan repentina visita?

—Tendremos que hacer un informe para Biología... —tomé un respiro —¿Tú también recuerdas que venía a mi casa cuando era pequeño?



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En el texto hay: epoca antigua, misterios de sociedad

Editado: 02.11.2021

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