Capítulo 11

Atlas está de nuestro lado y lo mejor de todo nos devolvió a Angelo y ahora esperemos que recuerde información vital para entrar sin problemas al castillo.

— Angelo, recuerdas dónde está Ari— digo.

— Debe de estar en el cuarto subterráneo. Allá es dónde se llevará a cabo la ceremonia para abrir el portal— dice.

— Vamos— digo.

— Esperen— dice Atlas.

En ese momento abre un portal donde caen Bolgan y Neo. 

— Ataca— dicen.

— Angelo es de los nuestros— digo.

Ambos se quedan sorprendidos.

— Bromeas— dice Neo.

— No, estaba poseído por un demonio— dice.

— Está bien— dice Neo y Bolgan sin ningún rencor.

— Aker es un escurridizo, así que larguémonos— dice Atlas.

Corremos a una de las puertas que llevan al hogar del rey Ike, sin duda hay guardias esperándonos.

— Aguarden, tenemos visitas— dice Atlas.

Al abrir la puerta podemos ver el primer círculo de guardias con ballestas y el segundo con espadas. 

— En serio me están cansando— dice Arthur.

— Iremos por Ari, pase lo que pase no provoques nuestra furia— digo.

— La señorita estará con nosotros hasta que podamos ponerle fin a nuestro plan— dice Arthur.

— Maldito hijo de perra, pagarás por lo que le harán a ella— dice Atlas.

— Tu hija estará bien, después de que la matemos— dice Arthur.

Todos los guardias lanzan las flechas pero Atlas crea un campo de protección. Es momento de actuar.

— Angelo— digo.

— Topos tierra— dice.

La habilidad de los topos de tierra es que atacan debajo del suelo y es una gran ventaja para nosotros. Al derribar a todos los guardias debemos encontrar una salida.

— Esperen— dice Angelo.

Todos quedamos silenciados.

— Poder acro— dice.

Crea un gran hueco en el suelo que descubre una parte de los túneles secretos, todos nos lanzamos sin pensarlo y logramos aterrizar gracias a la magia de Atlas.

— Pueden sentir su presencia mágica— digo.

— No, pero empecemos a buscar — dice Atlas.

Buscamos en las distintas cárceles, pero sin resultado.

— Angelo, recuerdas algo— digo.

— No, solo recuerdo que querían a toda costa a Ari, pero nunca supe la ubicación concreta como tal— dice Angelo.

— Vean esto— dice Bolgan.

Entramos a un cuarto y vemos una ubicación extraña. 

— Reconoces eso— dice Neo.

— Una isla, donde no hay nadie y solo pilares— digo.

— La isla, donde Bolgan recuperó su arco  — dice Buster.

— ¿ Por qué la llevaría ahí? — digo.

— Porque necesitan la fuerza de cinco guerreros y sobre todo mi cetro mágico. Es una trampa  — dice Atlas.

— ¿Por qué necesita tu cetro?— dice Buster.

— Porque es una de las piezas que le falta para abrir el portal y me necesitan a mí como descendiente directa, Ari es la carnada y nosotros el blanco  — dice Atlas.

Sin duda es un buen plan, así que debemos reaccionar o tener algo que nos respalde. 

— Angelo, necesitaremos que uses tu amuleto y luego nosotros podremos rescatarla — digo.

Todos se me quedan viendo sorprendidos. 

— Atlas crea un portal y Angelo ve por los refuerzos y me refiero a Ludos y encuentro. Bolgan te dará la ubicación externa. El resto me seguirá— digo.

— Entren— dice Atlas.

Al salir del portal podemos ver que Ari se encuentra esposada y en la piedra dónde estuvo una vez el arco de Bolgan. 

— Ari— digo.

En ese momento Elías me lanza una espada cerca, imponiendo respeto.

— Alejate— dice.

— Es un gusto conocer a los cinco guerreros prohibidos. Después de muchos años ustedes han sido un maldito problema— dice el rey Ike.

— Veo que aún sigues con tu idea de querer matarlos— digo.

— Solo necesitaré un poco de ayuda— dice.

En ese momento muestra su espada de meteorito. Cuenta la leyenda que hace muchos años cayó un meteorito con el cual el rey pidió que se le forjará una armadura y espada con la cual pudiera pelear y hoy es el día en que lo enfrentaremos. Tenemos mucha desventaja.

— Pelearé contigo padre— dice Elías.

— Buena suerte o buena muerte— dice Buster.