Cliché.

03.

Grett habló esos dos días enteros con Ale, bromeando y charlando como si no hubiesen pasado 2 años.

Las clases de lectura, Grettel las hubiera amado si no fuera por el bobo profesor que cambiaba de tema para hablar de política y sobre que el país era una basura formada por gobernadores tan estúpidos.

—Ya deberíamos irnos.— Le susurró Melissa.

—Aguanta, solo 10 minutos más.

Melissa hizo una cara de horror y se quejó mientras se frotaba la cara con las manos. Grettel hacía lo mismo de siempre, jugar con su celular un juego de pizzas.

Alex: ¿Te parece si estamos juntos en el receso?

Ella lo pensó un poco. No sabía si estaría comoda.

Grettel: Está bien :D.

Alex fue por ella a su salón, le dió un abrazo y comenzaron a merodear por toda la preparatoria.

Mientras caminaban juntos hacia el patio, Grettel no pudo evitar sentirse observada. Levantó la vista y, efectivamente, allí estaba él, el chico que siempre la miraba.
Estaba parado frente a la fuente, rodeado de sus amigos, pero sus ojos estaban fijos en ella. Su mirada era intensa, curiosa y un tanto coqueta, como si le asombrara verla fuera de su habitual refugio.

Grettel sintió un cosquilleo en el estómago, una mezcla de nervios y emoción. ¿Por qué la miraba tanto? ¿Qué era lo que veía en ella? Alejandro seguía hablando, contando historias sobre lo que había estado haciendo desde la última vez que se vieron, pero Grettel apenas podía concentrarse. Cada vez que miraba hacia donde se encontraba el chico, el estaba mirándola con esa misma expresión intrigada y juguetona.

Trató de evadir sus pensamientos, sólo quería disfrutar de la compañía de su viejo amigo. Grettel se sentía en confianza con el y no tenía ningún miedo, tal vez eso era lo que ella necesitaba.
Sin embargo algo en el había cambiado.

—Ya no hablas tanto Grettel— Dijo entre risas.

—Las personas cambian.

El asintió.

Y si, él había cambiado mucho. A cualquier lugar que al que iban lo saludaban, había dejado de ser el chico tímido que algún día Grettel conoció, y ahora, estar a su lado era como estar al lado de alguien famoso.

Presentaba a Gretel a todo el mundo. Literalmente ella parecía un pequeño patito siguiéndolo a todos lados.

Finalmente la llevó a su salón, el famoso 203.

Famoso porque varias chicas de su salón (entre ellas Melissa) habían hablado sobre los chicos tan guapos que estaban en aquel salón, claro, eran de turismo.

En el aula, había un grupo de varios chicos y chicas. Alejandro obviamente los saludó. Ellos rieron y la incomodidad se estaba apoderando de Grettel, quien estaba al lado de Alex.

Dios, sácame de aquí.

—¡Alex!

Grett alzó la vista y pudo verlo, esta vez de cerca.
Aquel chico entró a la habitación acompañado de dos chicas más. Los tres se acercaron hacia ellos.

—Hola Alex.— Dijo con un tono jugueton.

—¡Que onda!

—Lamento interrumpirte, hermano.

El chico le rodeó los hombros con su brazo a Alejandro y comenzaron a hablar, hablaron sobre algo a lo que Grett ni siquiera le puso atención, quería hacerse pequeñita en ese momento. Ella mantenía la mirada en el suelo, no quería que fuera tarde para ella.

—Por cierto, mi amiga quiere decirte algo.

Ale dirigió la mirada hacia una chica de lentes y cabello castaño, la cual estaba completamente ruborizada.

—Disculpa, ¿Tienes facebook? ¿Cómo apareces?— Preguntó la chica extendiéndole su celular a Alejandro, el lo tomó y comenzó a buscarse.

El chico y Grett quedaron de frente, ¿Grett? Aún más incómoda.
Sin embargo no podía mas, ella alzó la mirada y se encontró con el mirándola fijamente. Estaba temblando y no sabía porqué, o bueno si sabía, lamentablemente ya era demasiado tarde para ella.

—Hola.— Dijo el chico sonriéndole mientras hacía un ademán con su mano.

—Hola.— Respondió mirándolo.

AAAA.

Él estaba tan cerca que pudo lograr verlo mejor, pero había un detalle. No le quitaba los ojos de encima.
Grett nunca había visto unos ojos tan lindos, eran color miel, sus pestañas y sus cejas adornaban perfectamente su rostro.

Noo, ¿Qué estás pensando Grettel?

—Yo a Alex lo conocí ¿Ayer?.— Soltó de repente.

—¿Ayer?— Preguntó una chica rubia.

—Si, en clase de Rojo, me salí del salón y el igual estaba afuera, nos pasamos toda la clase juntos en las canchas. No sabía que te gustaba el básquet.

—Amo el básquet— Respondió Alex.

—Estábamos jugando bastante bien hasta que llego el tonto de Uriel.

Alex soltó una risa. —Sólo llegó a las canchas, lanzó el balón y ¡Zaz! despedazó por completo el ventanal de dirección.

—¿En serio?, entonces es por eso que no vino hoy el inútil— Dijo la rubia.

—Toma— Respondió Ale regresando su celular a la chica.

Grettel permanecía inmóvil.

—Muchas gracias. Hasta luego, te mando mensaje— Dijo ella, la otra chica la siguió.

—Hasta luego.— Dijo el chico sonriendo, luego se dio la vuelta y siguió a las chicas.

Alex se despidió solo con un ademan, Grettel seguía sin palabras.

Minutos después salieron del salón, y acabó el tiempo del descanso. Alex llevó hasta su salón a Grett.

—Me gusto pasar tiempo contigo.

—Igual a mi Ale. Gracias por todo.

—Espero sigamos pasando mas tiempo juntos. Ya sabes, como antes.

—Verás que si.— Respondió con una sonrisa.

—Está bien, me voy. Nos vemos.

Dile, dile.

—Oye, Alejandro...— Dijo en voz baja.

—¿Qué pasa?

—¿Puedo preguntarte algo?

—Mhm...— Respondió el con las manos en los bolsillos.

—¿Quiénes eran?— Preguntó nerviosa.

—¿Quiénes?

—Los chicos de antes.

—¿Cuáles?

—Los que te pidieron tu Facebook.

—¿Por qué?

—Solo quiero saber.

—Son chicos del ¿209?, creo.

—¿Cómo se llaman?




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