Solo una semana más. Una semana para que dé inicio al baile de mi familia. No es que no quiera asistir o algo parecido, en realidad me da exactamente igual lo que pasen en esas fiestas, que, si no fuera porque me aburro demasiado estando solo, no asistiría a ninguna de ellas. Aunque en realidad, mis hermanas habían insistido bastante que asistiera a esta, lo cual lo hace irritante para mí, ya que justo para esta fiesta quería salir a otro lado para despejarme un poco de todo el ajetreo del instituto. Pero algo me dice que no tengo más opción que ir.
—¡ATENTO JASPER! —el grito de Kira me hizo volver de mis pensamientos. Rodando por el suelo esquivé sus ataques.
Por la tarde después de las clases, Kira y yo decidimos que podría ser buena idea entrenar juntos en algún sitio alejado. Estábamos entrenando en una zona restringida, alejada de cualquier sitio local, para no lastimar a nadie por accidente.
Últimamente me he distraído más de lo normal. No sé qué me pasa, pero me cuesta mucho concentrarme. En especial después de la horrible conversación que tuve con el profesor Gavin.
—Lo siento… —balbuceé poniéndome en pie.
El profesor me dijo que, la razón por la que le había pedido ayuda a Michel para que entrara a su equipo, era porque manejaba bien su elemento.
¡De que hablaba!
Ese bueno para nada solo sabe presumir lo que ni siquiera maneja ¡Ese fue el mismo idiota que se lastimó con su propio ataque! ¡¿Y dice que tiene talento?! ¡Eso es una mentira! No lo diría de otra persona, pero de él… No creo tener algo bueno que decir sobre ese imbécil mujeriego.
—¡Debes estar atento! ¡¿En qué estabas pensando?! —gritó furiosa, haciéndome espabilar— ¿Crees que no te puedo vencer? —Caminó de un lado a otro sin quitarme la vista de encima.
—¿De qué hablas? —fruncí el ceño— Sabes que no es así… —repuse. Sin saber que decir, porque parecía que cada cosa que decía o hacía, más la hacía enfadar— Kira… —suspiré— Esto solo es un entrenamiento, no te lo tomes personal. Solo me distraje un momento, pero tú sabes que suele pasarme a veces…, no es porque no estimara tu fuerza —aclaré— ¿De dónde vino eso?
Ella no respondió, solo levantó su pie, y de una sola pisada. Un montículo de tierra que estaba a mi lado se alzó con fuerza y rapidez hacia mi costado, golpeándome en mis costillas. Me quedé sin aire, y el golpe fue tan fuerte que me lanzó unos metros sobre el suelo, solo para dejarme caer con mi propio peso sobre mi hombro izquierdo. Gruñí del dolor mientras intentaba ponerme en pie.
¡¿Por qué hizo eso?! Solo me distraje un segundo y pareciera que me quiere matar, además ¿Qué le está pasando? Su comportamiento no es el de siempre, digo, no creo que se haya tomado nuestra última conversación de buena forma, pero parece más resentida de lo normal.
No tuve mucho tiempo para meditar lo que sea que le pasara a Kira cuando ella golpeó el suelo, esta vez con su puño, levantando un muro de piedra a mí alrededor, dejándome encerrado dentro. Intenté golpear el muro, tanto con mis manos, como con la misma piedra que yo podía manipular. Estaba todavía muy exhausto por los golpes en mi cuerpo, que, sin darme cuenta, me estaban cobrando muy pronto la cuenta. De hecho, me sentía más agotado de lo que normalmente me siento en cualquier entrenamiento.
Escuché la risa histérica de Kira fuera de este domo hecho de piedra que me impedía salir. Sentí un horrible escalofrío en mi espalda por culpa de ella, quien, por lo que escuchaba, se estaba acercando hasta lo que parecía estar frente a mí, solo siendo divididos por el muro.
—¿Kira? ¿Qué estás haciendo? —Pregunté una vez que oí que calló su risa— Golpeaste muy fuerte en mi costado… —No oí respuesta— Ya me ganaste… definitivamente —susurré lo último— ¿Ya me vas a dejar salir? Quiero descansar un momento antes de seguir… —
Todavía nada.
Seguí intentando empujar las piedras, con la esperanza de que alguna estuviera lo suficientemente suelta para poder salir, pero no podía, sentía mis brazos muy débiles y mi respiración comenzaba a ralentizarse demasiado. No sabía que estaba pasando y mi cabeza daba muchas vueltas. Mis oídos zumbaban, y de pronto, mis rodillas ya no me pudieron sostener y cedieron al peso de mi cuerpo. Me golpeé en la espalda al caer al suelo, que estaba lleno de rocas de diferentes tamaños, pero mi cerebro no estaba en las mejores condiciones para detenerse a preocuparse por el dolor.
¿Qué me está pasando? No… puedo respirar bien ¿Dónde está Kira? ¿Qué le sucede? Siento que se me entumecen las piernas ¿Qué es todo esto? Por favor…, necesito ayuda.
Mi cabeza se inclinó hacia un lado, en un vano intento de querer levantarse, pero ni siquiera sé cómo explicar lo que vi. De entre las pequeñas aberturas en las juntas de las piedras, comenzaban a crecer, de una forma muy lenta y casi desapercibida, unas plantas trepadoras, que crecían pegadas a las rocas que me rodeaban.
No lo creí posible. No porque tal vez Kira no tenga talento o habilidad con su magia, pero tal vez… Solo tal vez, hizo un conjuro para hacerme algo. Ya sabía que me estaba debilitando, mi cuerpo entero lo gritaba. Pero ¿Qué es lo que quería hacerme? ¿Matarme? ¿Solo me quiere dar un susto?
Pero de cualquier forma… ¿Cómo es posible que sepa algún hechizo o conjuro? Eso no debería ser posible, a menos que…
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magia de los elementos naturales, entrenamiento adolescente, peligro y muerte al acecho
Editado: 28.12.2024