Código del Empoderamiento

Atrapada en la ilusión machista

Son las 5 de la mañana, "Ahora tengo que levantarme para empezar otro día, que emoción..", piensa Amelia en ese momento cuando el despertador suena, se levanta de la total comodidad de su cama para por fin apagar ese aparato tan molesto y decide levantarse, Amelia Elizabeth Genevieve Montoya, tiene 27 años actualmente, está casada  y con dos niños, su personalidad es amable , comprensiva y sumisa, siempre tuvo una fascinación con el mundo de la tecnología, llegando a descubrir más gracias a libros e internet a escondidas de su esposo.

Alejandro Javier Montoya González, esposo de Amelia, con 29 años, su actitud es machista y misógina, su carácter fuerte, explosivo, indeleblemente malo, pero así han funcionado varios años, agua para apagar ese fuego... o para avivarlo quizás. Adam Montoya Genevieve, hijo mayor de la familia Montoya, con 9 años, sus pasiones son los deportes, no importa que tipo de deporte sea, es bueno o el mejor en ese, su carácter es serio pero sereno, una combinación tan perfecta de ambos padres, dando así esa aura tan misteriosa al querido chico. Deleyn Montoya Genevieve, una pequeña tímida amante de los libros, de tan solo 8 años, es buena en los juegos de mentalidad, su personalidad es dulce, tranquila, amable y sincera. Podría decirse que esta familia es bastante perfecta, pero... claramente nada es perfecto.

Al pasar un par de horas, ya son las 7 de la mañana y vemos al Sr. Alejandro apresurado por no poder encontrar su corbata, todavía quedan una hora para que empiece su turno, pero siempre tiene la costumbre de llegar media hora temprano por cualquier cosa, ese día tal vez seria la excepción, su esposa como siempre preparada para todo, habla con un tono algo fuerte para que su esposo escuchara.

- ¡Cariño, tu corbata esta en la esquina de la cama, tráela para ayudarte a ponértela! – Esta terminando de servir el desayuno de su esposo en un tóper para que pueda tener algo que comer y que no gastara dinero, lo mismo para sus hijos que entran a la escuela a las 7:40 AM.

- ¡Mama!, ya estamos listos para la escuela, ¿esta lista la comida? – Pregunta Adam con una voz serena, de naturaleza y no solo por el sueño que tiene, a su vez, Deleyn esta atrás de el con una sonrisa leve, sentándose en una silla para recibir el desayuno.

- Ye quedo perfecto corazón, ¡suerte en tu día! – Planta un dulce beso de la suerte en la mejilla de su amado mientras este lo agradece con un “¡uhm!”, expresando que no necesita esa suerte. Sin despedirse de su esposa, se dirige a su hijo e hija que estaban sentados comiendo su desayuno y a cada uno les da un beso en la cabeza.

- Adiós familia, cuídense. – Toma las llaves de su auto y sale de la casa con rapidez, para este momento ya son las 7:20 AM.

- ¿Terminaron de comer? Para llevarlos de una vez a la escuela niños. – Suspira un poco mientras se desata los hilos de su delantal de cocina, seguido de eso, va por las llaves que están colgadas en la entrada, son las llaves del segundo carro que tiene esa familia, por cualquier cosa.

- Terminamos mami, solo ten cuidado al manejar, va el proyecto de Adam y el mío en la parte de atrás, queremos que lleguen completos. – Ríe un poco ante su broma, Adam suelta un suspiro pesado, “no invoques a la mala suerte”, piensa el chico en ese momento, Amelia suelta una risita ante ambas actitudes, sale de la casa con ambos niños, subiendo a la camioneta y quitando el seguro a las puertas, Adam y Deleyn ya están adentro de la camioneta, encendiendo esta.

Son las 7:40 AM, Amelia deja a sus hijos en la escuela, con despedidas continuas, volviendo a la casa nuevamente para empezar con su trabajo de ama de casa, una vez ahí, toma el delantal que dejo en la mesa anteriormente, para volver a ponérselo y empezar con el trabajo – Tin, pon música en las bocinas de la casa por favor, la lista de reproducción de “Casa”. – En eso, suena una voz, “Enseguida Amelia, reproduciendo la lista de reproducción de ‘Casa’”, respondió Tin, la IA de Amelia. Comienza a sonar música por toda la casa mientras Amelia empezaba la limpieza de todos los días.

Pasan un par de horas y media, ahora son las 9:00 de la mañana, Amelia ya había terminado la limpieza hace unos 10 minutos, pero ahora no sabe que hacer, el esposo esta trabajando y los niños en la escuela... en eso se le ocurre aprovechar el resto del día para irse a poner bonita para su esposo, hace mucho que no hacia eso y podría darle una sorpresa cuando llegara, si, eso haría.

Amelia, vuelve a su casa después de unas horas para empezar a arreglarse, cierra la puerta de su casa y se dirige a su cuarto, ya en este, saca la ropa, accesorios que compro para arreglarse ese día y empieza su rutina, quitándose la ropa para cubrirse con una bata de baño, son las 11:00 de la mañana, mientras se calentaba el agua para bañarse, prepara todo lo que se pondrá, en la cama, para ir a tomar un baño. Veinte minutos después, Amelia sale del baño para dirigirse a su cuarto con una sonrisa de relajación, el baño le sentó de forma maravillosa, empezando a arreglarse.

Dando las 12:00 de la tarde, llega Alejandro de su trabajo para descansar esas dos horas que se le tenían de descanso en todos los trabajos, entrando a la casa no ve por ningún lado a su esposa, por lo que decide alzar la voz un poco – ¡Amelia, ¿Dónde estás?! – En eso baja su esposa por las escaleras de la casa con unos tacones negros bajos de tal vez 5 cm, un vestido blanco pegado con olanes, que resalta su figura tan atractiva, unas pulseras rojas con azul, unos aretes dorados, sin olvidarnos de su hermoso cabello ondulado de color rojizo.

- ¿Que es todo este espectáculo?, Si tienes un compromiso puedes irte ya, solo sírveme de comer antes de que te vayas por favor. – Esta serio y enfadado, se le hace una decisión un poco infantil por parte de su esposa que decida arreglarse tanto, si tiene motivos no son de su incumbencia, pero si es solo porque si, se le hace un poco molesto esa decisión. Camina hacia el sofá en la sala de estar, sentándose y soltando un suspiro de cansancio, no quería ser molestado.




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