Codo a Codo ©

Capítulo 14: Baile de Bienvenida

Canción 1: https://youtu.be/udLuRz9nP6A (Confident - Demi Lovato)

1

Sus pies, sobre unos tacos negros bastante altos, tocaron el suelo al bajar del auto de su padre, Mackenzie estaba nerviosa, demasiado nerviosa. Pero tenía que hacerlo, era hora de terminar con toda la injusticia que estaba azotando su vida y la de sus amigos.

Ella salió del auto con un vestido rojo fuego hasta las rodillas, el cabello completamente planchado, y un maquillaje que la estaba haciendo sentir incómoda.

Empezó a caminar después de saludar a su padre; los tacos le dolían al principio, pero comenzó a acostumbrarse, y en cuanto cruzó la puerta del gimnasio —aquella, cubierta con una tela color azul marino—, todo el mundo, se giró a verla.

—Muy bien... Hagamos esto —Se dijo a sí misma. 

Y entre todas esas personas que la observaban asombrados, estaba Ian, con una expresión de completo enamorado que no podía quitarse aunque quisiese.

Por otro lado, cerca de la segunda puerta que llevaba al campo de Fútbol Americano, estaba Noah junto a Sophie y Chloe. El asiático no pudo evitarlo, su mirada se clavó en la chica morena con mechas rojas, y la siguió con lentitud —pues, esos tacos que ya no le dolían, seguían siendo difíciles de manejar— hasta Julian, a quien, ella, le sonreía.

—Hola... —Saludó el chico de cabello marrón oscuro, él llevaba una camisa blanca y un pantalón de jean negro.

Noah estiró el cuello, pero aunque quisiera, era biológicamente imposible que pudiera escuchar la conversación entre los dos adolescentes.

—Hola... —Respondió con una sonrisa.

La mano de Sophie tocó el hombro del chico, y él, no tuvo más opción que volver a la conversación del grupo de Populares.

—Te ves... Fantástica —Dijo con sinceridad, desviando su mirada color verde hacia otra parte.

—También te ves bien, tontuelo —Rió con delicadeza.

—Bueno, bueno, pero miren a quien tenemos aquí... —Julian apareció en la escena.

—¡Enano! Viniste —Ian saludó al menor de ellos.

—Claro que vine, no podía perderme a Mack vestida como princesa —Se burló él.

—Ja, ja —La chica rodó los ojos y se alejó con lentitud.

—Hey, ¿A dónde vas? —Cuestionó Ian.

—A un lugar donde no hayan idiotas —Respondió sin darse la vuelta.

Mackenzie suspiró, todo esto iba en contra de sus principios, en contra de su moral: ¿Vestirse bonita para llamar la atención? Ella no podía estar haciendo eso, era de las personas que pensaban que lo que más importa es tu interior, y no, el maldito exterior.

Caminó hacia la salida, iba a irse a su casa, todo el plan, ese estúpido plan, era inútil sin Peyton, y el hecho de recibir cumplidos por su "cambio de look", no valía la pena.

Sin embargo, no cruzó la puerta, no pudo hacerlo, sus ojos grises acababan de ver a Scott, parado junto a la mesa del ponche, como si esperara a alguien.

Ella se dio la vuelta, y se dirigió al joven.

—Hola... —Saludó con timidez.

—Mack, estás...

—Por favor, no lo digas —Lo interrumpió ella. —¿Qué haces aquí? Me refiero a... Aquí, aquí.

—No lo sé... —Scott rascó su nuca. —Ni siquiera entiendo por qué vine, después de todo...

—Peyton no vendrá —Completó la frase del joven, provocando que él, bajara la cabeza. —Pero, hey, estamos nosotros aquí, no está tan mal —Añadió mostrando una media sonrisa.

—Supongo que tienes razón —Bufó desilusionado.

—Siempre la tengo —Presumió. —Ahora ven, vamos a bailar... —Animó la chica, extendiendo su mano.

—Jamás pensé que dirías algo así... —Comentó tomándola de la mano.

—Lo sé, hasta yo estoy aterrada.

Los dos lanzaron una carcajada y caminaron hacia el centro del gimnasio, exactamente donde Julian e Ian se encontraban.

El volumen de la música subió de manera incomprensible, y los cuatro, empezaron a bailar como mejor podían, era su primer baile, y en verdad se notaba.

De todas formas, no bailaron durante mucho tiempo, ni siquiera, llegaron a terminar la canción, pues, sus oídos no tardaron en escuchar murmuros a su alrededor, que, inconscientemente, los hicieron detenerse en seco.

Los ojos de los cuatro miraron en cada dirección posible, hasta que Scott, siendo el primero, clavó la mirada en la entrada, desde donde Peyton, con un elegante vestido azul oscuro, unas zapatillas cómodas, y el pelo recogido, se estaba acercando.

Scott sonrió como idiota, igual que Ian hacía un par de minutos, pero aquella sonrisa, se desvaneció al instante al ver a Dean, el antiguo capitán del equipo de la escuela, entrando del brazo con ella.

—Manten la calma —Le susurró Dean a la joven, quien en verdad estaba nerviosa. —Recuerda: No importa lo que los demás piensen, eres la reina de este lugar.




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