Cofre de Relatos - Antología de Historias Breves

El Camino

En el húmedo bosque de pinos y abetos, vivían dos ardillas llamadas Clara y Mateo. Eran una pareja amorosa que no esperaba que de pronto su familia creciera, aun así, recibieron la noticia con gran alegría.

En una hermosa y nublada mañana llegó el nacimiento de su hijo, un pequeño y vivaz ardillito.

Clara y Mateo se dieron cuenta de que su pequeño era un espíritu libre desde el momento en que abrió los ojos. Su risa era contagiosa y sus constantes aleteos llenaban el bosque de alegría. Ellos quedaron enamorados de su hijo desde el primer momento y soñaban con un futuro lleno de aventuras juntos. Pero, a medida que el pequeño crecía, comenzaron a darse cuenta de que algo era diferente en él. No jugaba con los demás animalitos del bosque de la misma manera y a menudo se alejaba de quien quisiera conocerlo más, tampoco le interesaba comer bellotas o escarbar en la tierra como a las otras ardillitas.

Preocupados, Clara y Mateo decidieron consultar a la sabia lechuza del bosque, que era conocida por su enorme comprensión.

Después de una serie de revisiones, la lechuza les dio a los preocupados padres la noticia que no esperaban: su amado hijo siempre sería diferente a los demás.

Las palabras resonaron en el aire del bosque como un eco ominoso, y Clara y Mateo se encontraron inmersos en un mar de emociones abrumadoras. Decenas de preguntas se apoderaron de ellos como una sombra oscura. Se sentían perdidos y desorientados, como si el suelo debajo de ellos se estuviera desmoronando. Se preguntaban por qué les tocó a ellos esta difícil prueba, y los inevitables sentimientos de culpa y desesperanza llegaron.

Noche tras noche, Clara y Mateo lloraban juntos en su nido, abrazados en la oscuridad del bosque. Lloraban por los sueños que tenían para su hijo, por las expectativas que se desvanecían y por el dolor de verlo luchar en un mundo que parecía no entenderlo.

A medida que el tiempo pasaba, Clara y Mateo comenzaron a encontrar consuelo entre los dos. Se dieron cuenta de que, aunque su camino sería difícil, no estaban solos. Poco a poco fueron encontrando fuerza en el amor inquebrantable que sentían por su hijo y en la determinación de hacer todo lo posible para ayudarlo a florecer.

Clara y Mateo tuvieron que aprender pacientes a ver el mundo a través de los ojos de su hijo, y encontrando belleza en cada paso del distinto camino que les tocó recorrer.



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En el texto hay: relatos cortos, oneshot, generos varios

Editado: 03.09.2024

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