Coincidir

Capitulo 1

Click Clock

Click Clock.

Gánale al tiempo.

"Cuando dos almas están destinadas a estar unidas, sin importar que tan lejos estén una de la otra, terminarán como deben estar... juntas, aún sin importar que eso, signifique desastre.

Una mañana de marzo, por las calles de un mercado de pulgas de nombre que ignoro, camina una joven, de apenas 21 años, cabello al hombro de tonos cafés y brillos dorados. Va por el sendero de terracería de la plaza mirando todo lo que los vendedores ofrecían en sus puestos; de vez en cuando se agachaba a ver los objetos que le llamaban la atención, preguntaba el precio, pero no compraba nada. Ese era uno de sus pasatiempos favoritos; ir a la plaza ver y no comprar nada (sólo compraba lo que para su codo es un precio justo); se ha llegado a encontrar tesoros increíbles (basura que se ve mística o cosas que parecen ser "antiguas" aunque en realidad solo están maltratadas). Le gusta soñar, imaginar ¿Qué fue lo que vivieron los objetos que consigue? ¿Cómo era la casa en la que estuvo aquel objeto? ¿Quiénes fueron sus dueños? ¿Por qué te gusta tanto vivir en el pasado? ¿Será que hay algo en tu presente que estás evitando? ¿Por qué preguntas tanto? dice para sus adentros.

- ¿Cuánto cuesta este anillo?- Dijo mostrándole la alhaja a una señora mal encarada de unos 47 años.

-Dame 20 pesos- dijo ella con una cara de pocos amigos viendo el anillo con desinterés

-Mmm... bueno, gracias- contesta bajando de nueva cuenta el objeto al puesto de aquella mujer, el cual consiste en una tela (algo desgastada) extendida sobre el suelo de terracería. Cada que va a comprar algo, en su cabeza comienzan a rodar algunos pensamientos cómo: "ni siquiera me lo voy a poner" "ya que lo veo bien, ni está tan bonito" "está bien caro, vieja ratera" "mejor no me compro eso y me compro una pizza". Cada que va a la plaza, va a ver solamente, no a comprar, y eso le gusta, es feliz, su vida es tranquila y llevadera, nunca le ha pasado algo que la descoloque o la saque de su zona de confort, bueno lo normal, pero al fin y al cabo todo tiene solución, menos la muerte claro está, como un día que escuchó decir de una persona "Hay más tiempo que vida", pero; ¿y si llega el tiempo idóneo y para ese punto ya no tenemos vida?, No, deja de lado los pensamientos fatalistas y concéntrate en tu camino.

Por estarse deteniendo cada 2 segundos en cada puestecito que ve, está a nada de llegar tarde a la parada del transporte público, le pidió permiso a su mamá de que la dejará ir a la plaza con la condición de que llegaría a tiempo para la comida, el reloj marcaba las 2 de la tarde y ella seguía ahí, esta vez no compró casi nada; solo una blusa de mangas bombachas y largas color salmón, una paleta de hielo y unas ligas para el cabello. El objetivo principal de su recorrido por la plaza aún no era encontrado (algún objeto lo suficiente mente grandioso y lo suficientemente barato para que fueran la dupla perfecta para su tacaño codo).

-Me estoy quemando horrible, yo sabía que me tenía que poner bloqueador o de perdido una sombrilla- piensa con molestia mientras que ilusamente intenta taparse el sol con la mano, recordando que su mamá antes de salir le advirtió sobre el sol pero, cómo toda joven imprudente, la ignoró, ahora arrepintiéndose de no hacerle caso a su madre. Caminando más a prisa, casi corriendo, huyendo del sol e intentando ganarle al tiempo.

A decir verdad, no es una persona nada atlética, eso se hace notar, pues se cansó a los minutos de empezar a "correr" en su intento de recuperar el aliento, se inclina tocándose las rodillas y ahí lo ve.

Una esfera del tamaño de una lima (ya algo vieja y desgastada, cubierta de un plástico verde marmoleado, de brillos finos del mismo color e imágenes del Ying Yang rodeando el objeto) la ya vieja capa de pintura estaba algo craquelada, en los espacios sin esa capa de color se apreciaba el verdadero material de la pelota, metal.

-Tin, Tin, Tin- ¿Y ese sonidito? ¿Proviene de la pelota? ¡Es hueca por dentro! Y algo pesada, aparte parece tener otra pelota adentro, seguro eso provoca el ruido.

Él dueño de ese objeto peculiar es un hombre, ya bastante mayor, el cual sólo la mira sin expresión; pero al pendiente para que no robe nada, su puesto es bastante simple: una bolsa negra tendida en el suelo, hay una gran variedad de objetos sobre el puesto, (parece más, un montón de basura en desorden). El viejo hombre, sentado en una piedra cubriéndose del engorroso sol a la sombra de un arbolillo que no cubre más allá de sus propias hojas, siendo esta; la única sombra que tiene cerca.

Sus ojos se ven tan... ¿tristes?, ¿Qué habrá visto? ¿Qué habrá vivido?, ¿Vale la pena vivir tan miserable y monótonamente? ¡Claro que lo vale!, Deja ya los pensamientos negativos, mejor agradece lo que tienes.

-Buenas, disculpe ¿Qué es esto? - interrogó mostrándole la pelotilla al hombre.

-No sé, me lo encontré en la calle y pues se ve bonito- dijo desinteresadamente subiendo y bajando los hombros.

Si estaba en la basura es por que alguien lo tiró, pero se le cayó o simplemente perdió algo que puede que sea un tesoro enormemente valioso, no lo sabemos si no lo compra.

- Y ¿Cuánto cuesta?

- Dame 5 pesos- Alba solo lo mira, su mirada indescifrable, analizando cada palabra que el vagabundo le decía, un silencio indescifrable se instala en tres los dos, la castaña con la última palabra, la que dará fin a esta gran odisea. ¿Cuál será su veredicto después de aver analizado tanto?

-...

Lo compro, ¡era una oferta irresistible!




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