Capítulo Único

―¡Joder, sino duele!

Siempre me había preguntado cómo sería recibir un disparo en el brazo. Sé que suena extraño, pero ya sabes lo que quiero decir, ¿no? Como en una película de Hollywood. Tuve visiones de aferrar la herida, sujetando los trozos sangrantes de piel juntos, mis ojos mostrando dolor pero sin dejar de observar el peligro, los dientes apretados y una expresión dura en la cara. Arrastré mi cuerpo magníficamente atlético y masculino por pasillos oscuros, sin ningún sonido, excepto el ruido de mis botas sobre el duro suelo y el áspero jadeo de mi aliento contra el silencioso zumbido de maquinaria distante, extrañamente malévola.

Pero siempre encontrando la salida al final y saliendo a la luz del sol y en los brazos de las fuerzas de rescate. Cínicos policías animarían; mi co-protagonista jadearía, habiendo sido la última persona en mantener la más débil esperanza por mi supervivencia, y exclamando por mi increíble e indomable capacidad para vencer las probabilidades.

Mi compañero de reparto. Claro…

Todo lo que sabía era que, en realidad, duele como el infierno, y yo no era capaz de detener la hemorragia. Me senté, y me desplomé contra la pared, y no me parece que tuviera mucha energía en mis piernas magníficamente atléticas y masculinas para levantarme y correr otra vez. Y realmente creo que debería estar haciendo eso. Salir corriendo. Incluso en las peores películas, el villano no se detiene con un solo tiro, ¿verdad? Lo que es peor, no sabía como el resto del equipo se desenvolvía, hay que reconocerlo, no sabía si estaba en el final de la historia o simplemente abriendo la lata entera de gusanos. Yo no había reflexionado lo suficiente en primer lugar.

―Pero eres tan valiente ―diría mi compañero

―Dios, Donghae, ¡te habíamos dado por muerto! Nunca pensé que te hablaría de nuevo, ni pensé que saldrías antes de que él hubiera soltado todo el maldito arsenal y volara el banco.

―Es mi trabajo ―diría yo modestamente ―como negociador, he sido entrenado para entrar en situaciones potencialmente peligrosas. ¡Por los cielos, no hagas un escándalo! Vamos a ponernos en camino para casa con tu pañuelo como un vendaje, y tal vez puedas cenar conmigo más tarde...

Claro.

Casi me reí en voz alta, pero por suerte me lo pensé mejor. Parecía que estaba alucinando ahora. Muy bien, así que la negociación era mi trabajo, pero era bastante nuevo en todo esto. Me faltaban unos cuantos meses más para completar la formación, incluso en la vía rápida —como era— yo sólo estaba destinado a ser el respaldo para el principal negociador, el famoso e impresionante Eunhyuk Lee.

No estaba seguro de lo que me había hecho seguirlo, contra el consejo del cordón policial fuera del Banco. Pensé que el tipo de dentro no se veía tan peligroso. Para mí, parecía loco y hambriento, y recordé una vez que me sentí de esa manera. Pensé que probablemente podría encontrar algo común con él, y hablarle un rato.

Eunhyuk había dirigido su estilo único de mirada de muerte en mí cuando me presenté en su hombro. Hmmm... El pensamiento de esa mirada me dio escalofríos, a pesar de que todo mi lado izquierdo se sentía bastante frío justo ahora. No sería así en la película, ¿verdad?

―Gracias a Dios que estás aquí, Donghae ―él murmuró, sin aliento…― Sólo tú puedes encontrar el camino en su torturada y trenzada mente. Puedes tomar la iniciativa en esta misión, deja que te respalde. Salva a los aterrorizados rehenes, Donghae.

Bien, para ser honesto, no había rehenes. Eunhyuk ya había negociado su liberación. Él había ido a hablar con el tipo loco en el Banco —por su cuenta— y también logró que entregara sus armas. Que consistía en una caja de armas de fuego antiguas que tenía paja atascada en las bisagras y parecía que había sido rescatada del granero de un granjero, pero había sido puesto fuera de peligro por ahora. El tipo Loco, seguía gimiendo por sus millones de dólares y su helicóptero personal fuera del país, pero yo sabía que los francotiradores de la policía ya estaban cercándole. Parecía que Eunhyuk tenía todo cubierto.

A continuación, las cámaras de la policía habían capturado la cara del pobre loco, incluso a través de la calidad borrosa había notado un brillo en sus ojos que era bastante familiar, el brillo de la locura, el destello de la volatilidad. Supongo que me moví en aquellos círculos una vez. Llámalo mi juventud desperdiciada. Sentí náuseas era todo demasiado real, y algún interruptor dentro de mi cuerpo decidió cambiar la sangre en mis venas por agua helada. Fue entonces cuando me tambaleé hacia delante y empecé mi muy rápido e imprudente enfoque hacia el Banco. Por supuesto Eunhyuk era consciente de cualquier peligro residual, pensé. Por supuesto que estaría alerta sobre el hecho de que este tipo podría aún ser impredecible. Pero seguí caminando a pesar de los gritos del equipo detrás de mí y el crepitar furioso de la radio de dos vías. Eunhyuk, pensé. Por supuesto, él sabría todo lo que había que saber acerca de estas situaciones...

No sé por qué dudé en primer lugar. Eunhyuk, después de todo, era un maestro. Él era mi mentor. Escribió el libro sobre procedimientos proactivos, y dormía y respiraba tácticas de negociación. Él podía hablarle a un pájaro y hacerle bajar del árbol; podría vender hielo a un esquimal. Él había asumido el problema con el Primer Ministro, había cruzado espadas con el MI5. Y ahora entrenaba reclutas como yo, para entrar después de él y recoger las cosas.

Bueno, está bien, pero por eso entré, en primer lugar, ¿no? A causa de él. Eunhyuk. Sí, escribió el libro, pero yo lo he vivido. Algún instinto me hizo pensar que podría necesitar ayuda, y no había ningún capítulo en el manual de capacitación sobre el tema.