El plan dos
Voy caminando lenta y tranquilamente por el pasillo de la escuela, mientras acomodo mi mochila al hombro. Con pasos de tortuga me dirijo hacia mi salón, que afortunadamente se encuentra al final del pasillo. Pero se estarán preguntando ¿Por qué digo "afortunadamente"? Ya que ir a la escuela es un castigo doloroso y caminar hasta tu salón que se encuentra al otro lado del mundo es aún peor. Pero gracias a este último castigo doloroso se basa mi plan.
Mi segundo plan.
El plan es magníficamente eficaz y desarrollado, con un promedio de 99% de positividad y un 1% de posibilidad de negatividad. Es decir que este plan es infalible y con pocas posibilidades de fallar. Esperen… ¿Qué estoy diciendo? ¡Este plan es perfecto! ¡Es uno de los mejores planes que he estado diseñando en toda esta semana!
Es tan eficaz como el resultado de 1+1= es igual a pez.
Sin contradicciones, es un plan realmente calculado. Realmente no creo que mi capacidad de matemáticas sea baja como asegura Lena, al contrario, es relativamente alta y con este ingenioso plan de conquista se lo demostrare y le hare tragar sus palabras. De repente siento mi celular vibrar en mi bolsillo y rápidamente lo saco para ver quién es. Y como dice el dicho: hablando de roma, la burra se asoma.
Un mensaje de Lena se muestra en la pantalla de mi teléfono.
Lena: ¿Dónde estás? Ya todos están en el salón, solamente faltas tú.
Rápidamente le respondo.
Yo: Casi llego, estoy a dos salones más. ¿Hiciste lo que te pedí?
Lena: Si, lo hice. ¿Y ahora qué mierda estas tramando?
Yo: Ya lo veras.
Mando el último mensaje con un emoji guiñando el ojo y guardo nuevamente el celular. Suelto un suspiro, mientras me quedo parada a unos centímetros de mi salón, estoy algo nerviosa. Pasan unos segundos y los nervios cesan de a poco, así que decido entrar al bendito salón. Con paso lento me adentro y rápidamente las miradas se posan en mi, algo que realmente odio es llamar mucho la atención. De repente una voz gruesa y rasposa pronuncia con algo de indignación mi apellido.
ꟷ Martínez.
ꟷ Profesor Pelusa ꟷpronuncio, rápidamente este se acomoda sus lentes, para mirarme fijamente a los ojos, mientras yo también le sigo la corriente y lo miro fijamente a los ojos. Hasta que me doy cuenta de mi errorꟷ Lo siento, quise decir profesor Peluso.
Todos comienzan a reír, mientras que a mi la vergüenza no me cabe en el cuerpo, siento mis mejillas arder. La verdad esta parte no estaba planificada en mi plan simplemente los nervios que tenía me hicieron una mala jugada.
ꟷ Silencio todos ꟷel profesor Peluso dice en altavoz, rápidamente las risas disminuyen hasta quedar en complemento silencioꟷ ¿Acaso cree que estas son horas de llegar Martínez? Mire la hora son las 8:09 y la hora de entrada son las 8:00, pero los alumnos deben entrar al salón a las 8:02. Ni un minuto menos, ni un minuto más.
ꟷ Disculpe profesor, lo que pasa es que el bus se demoró unos minutos ꟷdigo con los nervios a flor de piel.
ꟷ Debe de levantarse unos minutos antes entonces ꟷpronuncia mientras me mira con disgustoꟷ Los jóvenes de ahora no son capaces de levantarse unos minutos antes y luego vienen con escusas insignificantes.
ꟷ Si profesor, lo hare la próxima vez ꟷbajo la mirada.
ꟷ Okey, porque la próxima vez no tendré compasión de usted y la mandare afuera hasta que termine mi hora ꟷse sienta en su asiento y por fin deja de mirarme para enfocarse en unos papeles que están sobre su escritorioꟷ Busque asiento y siéntese.
Y eso es lo que quería oír, mis ojos vagan por todo el salón buscando asientos disponibles. Puedo ver a los lejos como Lena está sentada en mi lugar junto con Tania, otra amiga que tengo, más bien mis dos únicas amigas en este cruel mundo. Sonrió al ver que Lena hizo lo que le pedí, sentarse con otra persona y no guardarme lugar. Una parte clave de mi plan, rápidamente Lena se da cuenta que la estoy mirando y me hace un gesto con la cabeza, mientras Tania me saluda alegremente con la mano y le devuelvo el saludo. Rápidamente me doy cuenta del gesto de Lena y miro hacia atrás de sus asientos, ahí se encuentra él. El motivo por el cual estoy haciendo esto y me lleve el mayor reto de mi vida, tal vez esto le sonara algo cursi, pero lo vale. Ya que gracias a mi tarde llegada el único asiento disponible es al lado de la persona más solitaria del salón: Dylan Stoll.
Con una sonrisa aún más ancha me dirijo hasta él y como siempre Dylan no presta atención a nada, así que se encuentra hundido en sus propios pensamientos. Mirando a la nada, a veces me gustaría adentrarme en sus pensamientos y saber que piensa la mayor parte del tiempo, quisiera saber cuál es su opinión sobre el mundo que lo rodea. Y sobre mí. Me faltan unos cuantos centímetros para llegar a su mesa, así que prosigo a mirar hacia otro lado, disimulando mi gran interés por él, algo que es verdaderamente imposible. Hasta que llego hasta su mesa y trago saliva.
ꟷ H-hola ꟷtartamudeo un poco ꟷ¿P-puedo sentarme aquí? ꟷseñalo la silla desocupada.
Rápidamente Dylan se da cuenta de mi presencia y me mira fugazmente, para luego desviar la mirada y tomar su mochila que estaba en el asiento de al lado, acomodándolo en el suelo. Me siento en la silla, mientras mi único pensamiento es "he sido ignorada por mi crush", pero tiro esos pensamientos a la basura, cuando recuerdo mi plan. Un plan que esta vez no puede fallar.
¡Vamos Sofía! ¡No te rindas ahora!
Alentándome a mi misma decido seguir enfocándome en el plan, los pasos ahora a seguir son más sencillos, ya pasé por lo más fuerte ahora sigue la parte que me causa mucho miedo. Empezar una conversación con él. Lo sé, sonare muy exagerada pero realmente me cuesta entablar una conversación con un chico y mucho más si ese chico es mi crush. Tomando mucho valor y fuerza decido hablarle, me acomodo en la dirección para poder mirarlo a los ojos, hasta que el profesor me interrumpe con una tos seca para llamar nuestra atención.