Cómo enamorar a Dylan

Capítulo tres

Tarjeta V

Si me preguntaran…

¿Qué es lo peor que me ha pasado en la vida? Pues les diría, que muchas cosas. Contando la vez que me caí desde lo alto de la cama de dos pisos de Lena cuando organizo una piyamada en su casa y luego fuimos a parar en hospital a las 03 AM, o también podría ser cuando recorrí 500km en busca de un libro en edición limitada que solo se vendía en una librería en específico y se vendieron como pan así que no conseguí el mío, eso o cuando tuve que cuidar a mis primos trillizos y uno de ellos me metió un tenedor en el oído. Esos y muchos más casos me pasaron en la vida, pero ninguno fue peor para mí que este castigo que me tocó.

Pero se estarán preguntando ¿Qué fue lo que en realidad me paso?

Bueno, ya les explico. Luego de que el profesor Peluso me mandara a dirección junto al director de la escuela, el Sr García, este me asigno un castigo para que la próxima vez llegue a horario y sea más cuidadosa con los estudios. Como si fuera que pasar vergüenza frente a mi crush y todos mis compañeros no fuera ya de por si un horrendo castigo. Pero esperen, hay algo aún más horrendo y frustrante que ese y todos los demás castigos del mundo.

Y no es la horca, ni tampoco que no te llegue Andrés luego de hacer el ñiqui ñiqui con tu novio. Es algo aun peor, señoras y señores…

Es limpiar el patio de la escuela.

Y no, no, no. No estoy exagerando nada, ya que al oírlo se escucha muy sencillo y no es un gran castigo como acabo de mencionar, algunos de ustedes dirían que es un castigo ridículo, pero no lo es. No hasta que les cuente el verdadero motivo por el cual no quiero ni quieren las demás chicas limpiar el patio de la escuela. Y si, este es el peor castigo para las chicas, ya que si fueran hombres estarían felices, porque tendrían una buena mamadꟷ

Ok, no. Les explico bien el problema.

Cuando te mandan a limpiar el patio de la escuela, justo en donde se ubica el enorme paredón de material están "ellas". Con ellas, me refiero a las chicas de gimnasia, las más populares de toda la escuela. Que aparte de odiosas son unas zorras, que andan detrás de cualquier cosa que tenga dos huevos y una salchicha. Su pequeño grupo de bitches se conforma en cinco integrantes; Julia, María, Carmen, Yesica y Delfina. Esta última es la líder o jefa, como quieran llamarlo, de este singular grupete. Delfina o como suele llamarla Tania, la motosierra porque no deja palo parado, es la peor de todas, anda detrás de cada chica que no le agrade y cuando me refiero a eso serian todas las chicas de la escuela, ya que a esa fea cucaracha todas le caemos mal por el simple hecho de existir. Por ello nos hace la vida un infierno cada vez que vamos a limpiar su "territorio" como les llaman ellas a la esquina del patio, donde van ahí a coger.

Perdón, digo a entrenar.

Aunque en parte si, ya que nunca he oído quejas por parte de los chicos, al contrario, solo halagos o comentarios sexuales referidos a ellas. En cambio, las que sufrimos las consecuencias somos nosotras, las chicas por culpa de esas zarigüeyas. Y por ello considero que el castigo que me ha asignado el director García, es demasiado cruel y malévolo, hasta prefiero limpiar los retretes del baño de los hombres en vez de esto.

Director García, usted tiene un pase gratis al infierno. Se lo aseguro.

Tomo un fuerte suspiro, mientras me dirijo hacia el dichoso patio de la escuela, con un rastrillo en manos y una bolsa de consorcio. Tengo mucho que limpiar así que decido apresurar mis pasos de tortuga, además de que quiero acabar pronto para luego irme a casa y tomarme una ducha. A lo lejos puedo distinguir un pequeño grupo de mujeres sentadas en una banca, mientras toman agua y empiezan a reírse a cargadas.

Y si, son las bitches que acabo de mencionar… 

Mis pasos van aún más rápidos para así poder limpiar todo súper rápido y poder largarme de ese maldito lugar, mientras camino mi mirada va hacia el suelo para no hacer contacto visual con nadie. Luego de unos segundos ya estoy a unos pocos centímetros de ellas, así que comienzo a limpiar el césped. Rastrillo todo súper rápido haciendo el menor ruido posible para no llamar la atención, rápidamente una montaña de hojas y basura se va juntando. Mientras yo sigo en lo mío, las chicas ni se percatan de mi presencia o me ignoran, algo que verdaderamente estoy agradecida. Cuando termino de rastrillar una parte me toca otra y así sucesivamente hasta que llego muy cerca de ellas, tan cerca que hasta puedo oír sus conversaciones.

ꟷ ¿Vieron al nuevo profesor de química? ꟷpregunta Yesicaꟷ ¡Está buenísimo!

ꟷ ¿Enserio? Que suerte la mía porque tengo que rendir química ꟷdice María mientras cruza las piernas y suelta una risita picara.

Zorra…

ꟷ Mmm, lo he visto y es promedio, realmente no es mi tipo ꟷdice Carmen.

ꟷ Eso dices con todos los chicos, pero luego vas y le abres las piernas a cualquiera ꟷdice Julia con un tono de voz burlesca.

ꟷ Mira quien habla, la que se acostó con el mejor amigo de su ex ꟷse defiende Carmen.

ꟷ ¡Chicas, basta! No empiecen ꟷles regaño María.

ꟷ ¿Van en preescolar o qué mierda? Compórtense ambas son bastante adultas y con pelos en la vagina, para andar discutiendo de esa manera ꟷDelfina se hace escuchar y rápidamente las demás chicas dejan de discutir.

Por mi parte yo sigo limpiando mientras escucho como una vieja chusma la conversación, pero con la mirada al piso. Entonces sucede Delfina posa su prostituta mirada en mí, causándome muchos nervios y apresurando mis pasos para seguir limpiando todo rápido e irme de aquí. Cuando las demás se dan cuenta de que su líder me está mirando ellas también lo hacen, todas me miran de pies a cabeza con cierto disgusto.

ꟷ ¿Y ella quién es? ꟷpregunta Yesica con disgusto.



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En el texto hay: novelajuvenil, romace y desamor, odio al amor

Editado: 05.01.2023

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