Cómo Estrellas

Cap3: China.

En estos dieciséis años en los que eh vivido, no creo recordar un momento en el que pude haber estado tan cerca de la muerte. Pero creo que ese momento eligió presentarse en este jodido día.

En mí mini delirio, creí que ya estaba cayendo desde el edificio, ya sentía el aire chocar agresivamente contra mí cara y mí cuerpo preparándose para el impacto sobre el suelo. Todo eso antes de que sienta como el dueño de la voz me toma bruscamente de mí brazo y tira de el, haciendo que nuestros cuerpos choquen.

Yo, al sentir una superficie de la cual sostenerme, no tuve mejor idea que abrazarme fuertemente a el para no caer.

Siento su pecho vibrar cuando suelta una carcajada burlona. ¿Cree que es chistoso casi matar a alguien?

—¿Que te pasa maldito idiota? Casi me matas. —Me separo bruscamente de el, viendo quien era. Y solo tengo una pregunta. ¿Enserio la vida me odia tanto?

—En realidad, acabo de salvarte. Dos veces consecutivas en un día, ¿No crees que ahora sí merezco un gracias?

Su maldita sonrisa no se borra, y sus ojos azules brillan con burla. Imbecil maleducado.

—¿Salvarme? Fuiste tu quien casi me tira de un edificio con más de diez pisos.

—¿No que sería el destino?

—idiota. — Paso por su lado, y de reojo puedo seguir viendo su sonrisa. Pero al percatarme de algo, me detengo. —Espera, ¿Que haces tu aquí?

—¿Que?

—¿Que haces en este edificio? ¡¿Me estás siguiendo?!

—¿Espera? ¡¿Que?! Yo no te estoy siguiendo.

—¡Maldito psicópata! Ya decía yo que eras muy raro, ¿Que quieres? ¿Porque me sigues?

—¡Tu eres la maldita loca! ¿Porque te seguiría? Ni que me hubiera obsesionado, apenas te conozco.

—¿Entonces?

—¿Entonces que? — Su cara de desconcertado me desconcierta más a mí.

—Yo vivo aquí, ¿Que haces tu en Mí edificio?

—Yo también vivo aquí, así que no es Tu edificio.—Su dedo índice me señala— Es Nuestro. —Le doy un manotazo a su mano, y el me mira mal.

—No vuelvas a señalarme, es de mal educación.

—¿Cómo?, ¿Así?— y vuelve a señalarme, mientras sonríe.

—¡Dios! — grito exasperada. Estoy arta, de el, y de todo.

—No uses en nombre de Dios en vano.

Lo miro mal, mientras en me mira de arriba con una sonrisa de boca cerrada. No lo había notado, pero es muy alto, para verlo tengo que inclinar mí cabeza hacia atrás.

—¿Que es eso? —apunta hacia mí pecho, en el cual se encuentran colgando mis auriculares. Y vuelva a pegarle un manotazo.

—Que no me señales. Y y son unos auriculares, ¿Tan ciego estás?

—Oh, gracias por la información, pero no me refería a eso.

—¡¿Te referías a a mis tetas?!

—¡A la música!

—Oh.

—¿Tan mal pensada eres? —Sonrie cuando lo fulminó con la mirada. Lo odio.

—Es coreana.

—¿Que? ¿Quien?

—¡La música!, ¿Me preguntaste? Bien, te estoy respondiendo. —Cruzo mis brazos sobre mí pecho mirando hacia otro lado.

—Lo se, solo me gusta hacerte enojar.

—Maldito. —Mi susurro se pierde en el momento que el habla.

—¿Te gustan las canciones chinas?

—No son Chinas, son Coreanas.

—Es lo mismo.

—No, no lo es.

—Si, si lo es.

—Mejor me voy.— Camino hacia el elevador, y me detengo cuando el vuelve hablar.

—Nos vemos mañana China.

—¿Cómo acabas de llamarme? — me doy la vuelta, y aunque esté a unos 7 u 8 metros, puedo ver si sonrisa.

—China, ese es mí apodo para ti.

—No vuelvas a llamarme así.

—¿Que prefieres? ¿China? O ¿Chica suicida? —Dice caminando hacia mí, dejándome con la boca abierta. —eso creí. Hasta mañana. China. — Y se mete dentro del elevador, antes que sus puertas se cierren. Vuelve a sonreír, pero no esa sonrisa burlesca que me dio esta noche. Fue una sonrisa Amigable, y con un toque deseosa.

***

Perdón si no actualizo seguido, y capaz que lleguen a haber algunos errores ortográficos, trataré de arreglarlos.




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