Como lo conocí a Él

Capitulo:5 Una cita desastrosa

Si eres mujer has tenido una relación amor y odio con tu periodo. Cuando estábas en la pubertad querías que te tocará para sentirte adulta y cuando finalmente te llegó te diste cuenta que no era tan genial como parecia, si eres hombre probablemente fibrilaste cuando te enteraste del retraso de tu pareja y lloraste de alegría cuando le llegó de nuevo, si no has pasado por ninguna de las dos pues entonces solo has sufrido con los cambios de humores de las mujeres a tu alrededor, de cualquier manera el querido ciclo menstrual se las arregla para involucranos a todos la muy desgraciada.

A ver, todas las mujeres a lo largo su vida probablemente hayan tenido un sueño en el que van caminando por la calle muy concurrida con un pantalón blanco y que de pronto se te mancha de rojo y todos en la calle te miran, si no lo has tenido quizás lo tengas ahora, pues bien algo así me pasó, como dije antes Spencer me invitó al cine después de clases en un día de semana, fuimos a la primera tanda que iniciaba a las 7:30pm  y decidimos ir caminando las 3 esquinas de distancia, me alcanzó el tiempo de salir de mi última clases para ir a casa a arreglarme, yo tenía un pantalón gris, blusa roja vino y chaqueta negra, botines negros, él estaba guapísimo con sus vaqueros negro, polo azul, chaqueta negra y botas Timberland. Todo el trayecto de ida fue muy divertido compartiendo bromas mientras nos conocíamos mejor.
Ya ni se que pelicula era pero seguro fue muy entretenida porque me la estaba pasando bien hasta que sentí mis pantalones muy fríos, como nunca me había pasado ningún accidente lo atribui al frío del aire acondicionado del cine, pero al salir de la sala me percaté que tal vez era un error, el baño tenía una fila interminable y yo no me despegaba de una pared preorcupada por lo que podría ser, siempre he sido de las chicas afortunadas que no sufren con el periodo, no dolor, no exceso, no cambios emocionales y hasta este instante no insisdentes publicos.      Spencer finalmente se dió cuenta de mi comportamiento extraño, me vi obligada a decirle con toda la vergüenza de mi alma, se ofreció al antiguo truco de camina delante y yo te digo si o no,  pero carajo quien lo haria en mi lugar, finalmente pude entrar a un baño  y mis peores temores fueron confirmado, tomé mi chaqueta y la amarre a mi cintura, solo quería llegar a casa y olvidar mi embarazosa cituación, salí del baño y camine esas tres esquina con naturalidad, en mi experiencia cuando tratas de ocultar algo es  donde más se va el foco de atención, cuando finalmente llegué a casa, me despedí y corrí a mi habitación, pude quitarme los pantalones arruinados y ducharme tratando de olvidar está pesadilla, 20 mints después me llamaron a la puerta para decirme que alguien estaba esperándome en el frente de la casa, fue una sorpresa encontrar a Spencer con una bolsa en las manos, en silencio me la entregó, besó mi mejilla y se fue. Aún sorprendida abro la bolsa y encuentro una caja de chocolates, un oso de peluche, un tarron de helados, un paquete de tampones y otro de tuallas sanitarias.
No sabría decir que sentimiento me domanaba más si la vergüenza o la ternura.
 



#8064 en Joven Adulto

En el texto hay: humor, romance, amor

Editado: 15.05.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.