Apenas acabo de cumplir catorce, hace un mes para ser exactos. Y estoy aquí en medio del pueblo andando con mi mejor amiga comprando cosas para su fiesta de cumpleaños. Si, ella tendrá una fiesta y yo, pues la economía de mi padre no ha estado en su mejor momento aunque para ser sinceros nunca lo ha sido. Bueno ese no es el tema, la cuestión es que mi mejor amiga hará una fiesta y yo me siento feliz por ella. Como entenderán a esta edad yo no sé lo que es una fiesta. Pues como les decía andábamos en una tienda buscando cosas para la fiesta, al salir de la tienda en la calle de en frente, mi amiga vio un chico.
-Mira ese bombon amiga!!!! - me dijo, con lo ojos como platos. Cuando volteo no puedo explicar con palabras lo que vi. Así como en una escena de novela la protagonista ve por primera vez al tipo con el que tendrá su final feliz, esobfue exactamente lo que sentí.
-Dios mío, pero que hermoso es ese hombre o será un ángel caído del cielo.- le respondí a mi amiga. Ella me toma del brazo y seguimos al chico en la calle paralela. Las hormonas de la pubertad nos pueden hacer cosas locas creanme. Hasta que llegamos a un parque en el que nos cruzamos los tres.
-Hola- Dijo mi amiga.
-Hola chicas- contesto él. Él con sus ojos de un color madera claro hermoso, su pelo, su boca. Él estaba hecho a mano definitivamente. Nos sonreímos y tomamos caminos opuestos. Cuando íbamos a tomar la calle que no llevaría a otra tienda a comprar más. Adivinen quien iba en la misma dirección.
-¿Ustedes me están persiguiendo?- Nos dijo con una hermosa sonrisa.
-Creo que tú nos sigues- Comento mi amiga, yo como sabrán estoy medio muda porque este chico me ha dejado clavada.
-¿Hacia dónde vas?- hable por fin
-Voy tres cuadras más adelante a visitar un primo.- respondió.
- Bueno ya que vamos en la misma dirección podemos ir juntos.- dijo mi amiga muy pícara.
Y así fué, conversamos en el camino, hasta entro a la tienda con nosotros, nos reímos muchísimo. Nos comentó que no era del pueblo sino, del norte del país y que estaba pasando unas vacaciones. Con razón era tan hermoso, yo nunca lo había visto, decían que las personas del norte eran más elegantes y definitivamente ahí estaba la fábrica de los bombones. Yo me pase todo el rato babeando, nerviosa y maravillada con aquel chico de sonrisa hermosa. Cuando llegamos a la esquina en la que nos separábamos, ya despidiéndonos y comentando el rato agradable que habíamos pasado. Mi amiga dijo:
-¿Te gustaría venir a mi fiesta?- Ella era así de imperativa. Aunque en realidad quería que yo fuera feliz.
-Me encantaría. ¿Dónde será?- respondió con un tremendo brillo en los ojos.
Tratamos de explicarle, pero como no era del pueblo fue un poco complicado, hasta que al final decidimos que lo recomendable seria que lo pasáramos a recoger. Y así fue, ahí estaba, más hermoso que el día anterior.
Fuimos a la fiesta, mi amiga estuvo compartiendo con todos como debía de ser. Y yo me pase la fiesta hablando con él toda la noche. Les cuento que en la fiesta estaba el chico que me estaba tirando los perros, pero que nuca me convenció. Me miraba súper molesto preguntando quien era el extraño, pero yo ni caso. Estaba ahí en mi burbuja, en un mundo pintado de azul (MI COLOR FAVORITO). Luego del tremendo fiestón, como todo un niño educado se ofreció a llevarme a casa. Hicimos una parada cerca y ahí me tomo de las manos me miro a los ojos y me beso. ¡Si! mi primer beso, uno mágico con una persona especial. Un chico lindo, educado, atento, romántico. Se preguntaran como puedo decir tanto de una persona que solo conozco hace apenas un día. Pues es que cuando las personas son así de puras se ve, se siente. No hay que buscar un extracto delictivo para saber quién es. Mi mágico y primer beso. Desde ese día supe que él no sería solamente el chico que me dio mi primer beso, el sería mi príncipe azul.
Nuestra historia de amor fue de película, yo con catorce y el cumpliendo veinte. Fue una historia sincera, honesta, sin maldad y con mucha inocencia. Fuimos novios en la distancia, porque él estaba al norte del país estudiando y siempre que le era posible iba a mi pueblo a visitarme. Éramos novios de verdad. Nunca olvidare una carta de amor que me hizo, fue tan hermoso con cada palabra que utilizó describió nuestro beso como algo sublime. Aun lo recuerdo perfectamente, dijo que cuando estuviera por ahí en una montaña en un lugar hermoso siempre me recordaría y pensaría que yo estaba ahí con él.
Y como toda historia también tuvimos nuestra parte oscura. Luego de dos años en una de sus visitas acostumbradas tuvimos esa conversación que marcó un antes y un después.
-Quiero que vengas a vivir conmigo- me dijo.
Yo me quede de piedra, apenas iba a cumplir diecisiete, eso no estaba en mis planes. Quería estudiar, tener un buen trabajo. Era muy joven, me sentía una niña aun. No tengo que explicarles lo que paso esa noche, esa noche mi corazón se quebró. No llegamos a estar de acuerdo, según él me amaba demasiado para estar lejos de mí. Según yo no me amaba lo suficiente para esperar y así fue como mi mundo junto a él se puso de color gris. Fueron días, semanas y meses muy difíciles para mí. Porque él era mi príncipe azul, el protagonista de mi novela. Lloré mucho, cuánto lloré, hasta deje de comer que es mucho que decir de mi persona, lo había perdido mi corazón estaba destrozado.