Prefacio
Toda historia tiene un inicio, nudo y desenlace, aunque algunos escritores suelen jugar con el orden de estos elementos. El punto aquí es saber llevar la historia sin perder la atención del lector. Desafortunadamente, ese es el error que cometen muchos escritores en su primera obra o escritos, error que yo también cometí. El primer párrafo suele ser aburrido o monótono, sin algo que haga desear seguir leyendo la historia. Tienes que encontrar la manera de enamorar al lector a primera vista.
Los primeros tres párrafos (mínimo) deben tener escenas impactantes que dejen al lector con una gran incógnita, narradas de una forma que envuelva al lector dentro de la escena que estás creando. Como dicen coloquialmente: “que deje un buen sabor de boca”.
Es recomendable crear un prefacio interesante. Alguna escena que se conecte con los sucesos del nudo. Recuerdo que en mi primer libro, *Bennu: Fuego en las sombras*, escribí un sueño de la protagonista, donde se encontraba caminando en un bosque y de pronto tenía que luchar con un enemigo en una pelea a muerte. Tiene que ser algo que deje al lector con la boca abierta y el deseo de seguir leyendo. Eso lo dejará queriendo más y más. Debes mantener al lector con grandes incógnitas y misterio. Por ejemplo, en ese prólogo no descubre que es un sueño hasta el inicio del primer capítulo. A continuación, te dejo un fragmento de él:
«Las noches se hacen más oscuras con el paso del tiempo. Puedes ver el cielo a través de los árboles, alzar tu mano como si lo quisieras tocar. Sientes el frescor del ambiente. El mundo se ve más hermoso alrededor de esa bella chica de rizos castaños-rojizos, piel pálida, tan blanca como los destellos de la luna llena. Aunque esta noche es diferente, la luna se ve aterciopelada, como si un manto la cubriera. De pronto, todo cambia; es como si toda la esperanza de la tierra desapareciera en cuestión de unos segundos.
Esa bella mujer de nombre Milena camina por el sendero oscuro y espeso del bosque. Por donde va pasando, deja su aroma peculiar, algo distinto a lo que alguna vez has tenido la dicha de oler; su humor es delicado. Y aunque no es muy alta, se ve majestuosa con su vestido blanco de seda y sus pies descalzos que danzan sobre la hierba húmeda por el sereno». Fragmento de *Bennu: Jinetes de Fénix*, reedición de *Bennu: Fuego en las sombras*, por Selene C. Leal, 2017.
Un ejemplo clásico del uso de un prólogo interesante es el inicio de *1984* de George Orwell. Orwell inicia con una escena intrigante: "Era un día luminoso y frío de abril, y los relojes daban las trece." Esta frase no solo captura la atención del lector de inmediato, sino que también introduce una atmósfera de distopía y anormalidad que persiste a lo largo de la novela.
Otro ejemplo es el comienzo de *Matar a un ruiseñor* de Harper Lee, donde la narración en primera persona de Scout Finch establece de inmediato un tono íntimo y reflexivo: "Cuando tenía casi seis años, mi hermano Jem sufrió una fractura en el brazo a la altura del codo." Esta línea no solo plantea una incógnita (¿cómo se rompió el brazo Jem?), sino que también nos introduce a los personajes y su dinámica familiar.
Nota: Recuerda que todo lo que escribo no es una receta; tú creas tus propias variantes para escribir tu historia.
Después de esto sigue la historia capítulo a capítulo. Yo suelo comparar las historias con una pirámide invertida: comienzan con poco para terminar en algo grande, aunque puede haber variantes. Insisto, esto no es una receta, son recomendaciones para que crees tu propia novela.
En el buscador de Google puedes encontrar un documento que me ha servido mucho en la creación de protagonistas y quizás a ti también te pueda ayudar. Se llama: «100 preguntas para crear un personaje». El autor de este post es Anna; no tengo más datos de ella. Al igual, lo agregué en la parte final del libro como un anexo (véase anexo 1).
Esta sugerencia la encontré gracias a un primo, que también es escritor. Se llama Daziel Gray; te recomiendo que busques su libro, es muy bueno.
Las preguntas te ayudan a armar toda la vida esencial de los personajes principales. Con esto podrás tener las herramientas para crear las historias más geniales que te puedas imaginar; hasta se podría decir que no olvidarás ningún detalle. Úsalo bien, mi estimado colega y amigo(a).
Vuelvo a repetir, siempre ten en claro que las historias tienen inicio, nudo y desenlace. Si crees que tu novela da para más, escribe una segunda parte y deja la anterior inconclusa de una manera amable o muy abrupta. Por ejemplo, puedes dejar cabos sueltos que el lector note de forma perspicaz o puedes ser muy directo y dejarlo en una escena muy angustiante, o sea, un final abierto. Tú decides.
Ahora es el momento indicado de comenzar tu historia, y si ya la tienes lista, pasamos al siguiente punto. Igual, si apenas la escribirás, esto también te servirá.
Si crees que ya está lista al 110% (sí, escribí 110%), eso, por lo general, no pasa. Sin embargo, no te obsesiones tanto; debes aprender a decir “esto ya está bien”. Después de algunos meses, vuelve a tomar la historia y la puedes modificar o pulir un poco más, pero lo mejor es saber decir “ya está lista”. Conozco escritores que han corregido sus historias más de veinte veces y siguen insatisfechos con el desarrollo de la novela, cuando sus obras son geniales y muy llamativas para el público.
Antes de continuar con la siguiente parte, es importante resaltar un aspecto muy importante dentro de la creación de la historia. Muchos escritores, o todos nosotros, tenemos problemas al recordar todo sobre nuestros personajes o lo que está pasando dentro de la novela. Yo siempre comparo una buena historia con un plano de arquitectura: tienes que saber dónde está cada piedra, es decir, tener en cuenta cada mínimo detalle de las escenas y los personajes para que sea realmente bueno. Así que, crea una hoja donde escribas cada aspecto o característica importante de los personajes; es una ficha descriptiva con todo lo que consideres importante. Claro, tú también puedes agregar otros datos. Entre ellos, tengo los más clásicos, como la estatura, el color de los ojos, cabello y más, hasta los tatuajes o poderes, su familia, linaje, gustos, disgustos; todo lo que se te pueda ocurrir y sabes que es importante para tus personajes.