Como si fuera mío

Capítulo 5.

Eleanor

—¿Y por qué estás tan segura?

—No lo sé, es una intuición — le digo —Algo me dice que no es lo que estoy pensando.

—Bueno, por lo menos sabemos que el tipo ese tiene dinero y que se preocupo porque tú llegaras bien a tu casa.

Claro, no cualquier tipo con quien pases la noche se va a encargar de enviar a su chófer por ti.

A lo mejor si hubiera sido más lista en sacarle información al chófer, ahora mismo sabría de quien estoy embarazada.

—Eleanor, dice el señor Malek que en unos minutos empezará la reunión. Quiere que estés allá antes de que empiece.— Patricia me avisa desde la puerta.

—Vale, gracias.

Ella se retira y luego Celine y yo salimos de la cafetería.

—No te cae muy bien Malek ¿no?

—No tanto, se volvió engreído y amargado.

El otro día le conté a Celine que lo conocí cuando éramos adolescentes.

—Quizá sigue enamorado de ti.

—Por favor — me río —Eso pasó hace más de trece años. ¿Quién ama a alguien por tantos años?

—Él.

—Por Dios Celine, la vida real no se parece a la de los libros. Deja de leer tanto.

—Lo siento. Tan solo quiero que tu encuentres a alguien que te ame.

—No ando tan desesperada, sabes.

—No piensas darle un papá a tu bebé.

—Ni siquiera sé si este bebé va a nacer, Celine. Y por el momento no quiero que nadie se entere que estoy embarazada.

—No le contaré a nadie, tranquila.

Entramos a la sala de reuniones, ya la mayoría de los socios están aquí, solo falta Malek. Me mandó a llamar para nada, ni sus luces en este lugar.

Celine y yo nos ponemos a firmar las carpetas mientras llegan los demás, al hacerlo cinco minutos después la reunión da inicio.

—Buenos días a todos, lamento la tardanza. Como ven, la contabilidad no ha ido muy bien en la empresa. Por eso necesitamos…— mi mente deja de procesar lo que escucho al ver un reloj llamativo en la muñeca de Malek

El corazon me empieza a latir ful, si mal no recuerdo ese reloj es el de la otra noche. El mismo que estaba en aquella habitación.

—Eleanor — me habla Celine. —Te están hablando.

—Lo siento…

Veo todo borroso a mi alrededor, para mi mala suerte lo último que logro ver es la mirada de Malek sobre mí. Con esa última imagen en mi mente, me entrego a los brazos de morfeo.

×××

—Eli?

Huele mucho a alcohol, es fuerte.

—¿Qué pasa? ¿Por qué pones eso sobre mi nariz?

—Te desmayaste, tontita.. ¿no recuerdas? Bueno, cómo te vas a acordar.

—No, no recuerdo nada.

—Pues déjame que te cuente, Malek te trajo hasta acá. No dejo que nadie te tocara un pelo. Clarence se ofreció a ayudar y el le dijo “no, tranquilo, yo me encargo” a Eleanor le gusta dar muchos problemas.

—¿Malek me cargo hasta acá?¡Que vergüenza!

—Mujer, siéntete dichosa. Que no daría yo por estar entre los brazos de un hombre así.

—No conoces a Malek.

—Tú tampoco, crees que lo conoces pero solo es una versión vieja de él, y más joven. No sabes como es su pensamiento ahora.

—Celine, el punto es que me desmayé en plena reunión importante.

—¿Y qué? Es normal en una mujer embarazada.

—Shhh, silencio. No lo grites a los cuatro vientos.

Rueda los ojos y bufa.

—Por favor, yo quiero ser tía.

—Y yo no quiero ser madre.

—Es tu decisión, pero piénsalo muy bien. Yo te apoyo en cualquier decisión que tomes.

—Gracias, Celine. Esto me asusta mucho, eres la única persona que lo sabe, no quiero que nadie más ¿me escuchas? Nadie más, se entere de esto.

—Lo prometo.

—Ahora, dime ¿en dónde están todos?

—Malek te dejo aquí y se fue a tomar algo, dijo que tenía que salir y Clarence esta con su esposa, supongo que no quiere que te venga a ver.

Bueno, al final de todo no sabe quien soy yo.

Ni que lastimosamente, fui amante de un hombre casado. Ni en mis peores sueños me lo hubiera imaginado.

Es vergonzosamente humillante.

—No quiero saber de Clarence.

—Lo importante aquí es que aclares quien es el papá de tu hijo. ¿No crees?

Sí, lo sé.

Me levanto del sofá, ya me siento mejor. No tardan en empezar las náuseas, la barriga me va a crecer como un globo muy pronto y yo todavía no sé de quién es este bebé.

—Iré a tomar aire fresco.

Salgo ligeramente de la empresa, no me subo al auto si no voy directamente por la banqueta para poder llegar al parque más cercano. Recuerdo que antes de desmayarme había encontrado algo, pero ahora no entiendo qué es eso que recordé.

Por ir distraída en mis pensamientos y caminando sobre una calle en donde transitan más autos que personas, al cruzar no me doy cuenta que un auto viene con todas las intenciones de seguir su camino sin respetar el paso peatonal, y mi mismo miedo me paraliza, sin embargo, y para mi suerte o Dios mismo, alguien me jala rápidamente de la cintura y el auto pasa echando humo a mi costado. Gracias a Dios sin arrollarme.

—Eso estuvo tan cerca.

—Sigues siendo una tonta para cruzar las calles ¿no?

Esa voz… la encuentro hasta en la sopa últimamente.

—Malek…

—Si, el mismo— no me había dado cuenta que todavía me tenía tomada de la cadera, hasta que me suelta. —¿Estás bien?

—Si…

—Okey, ten buen día.

Se gira dejando a mi vista su ancha espalda, Dios, que sexy que es.

《¿NO SE TE OLVIDA ALGO?

—Malek…gracias.

—Ve a casa, Eleanor. —habla despectivo.

—Oye, gracias por ayudarme después de mi desmayó.

Se gira y sacude un poco su cabello, algo que logra captar toda mi atención.

El reloj…el mismo reloj que estaba en el cajón de aquella habitación oscura en la que desperté. Es…Malek.

—¿Fuiste tú con quién me acosté aquella noche?

Sonríe de lado.

—Me estás confundiendo, Eleanor.

—No, estoy segura de que eres tu. Tu fuiste el que me dejó la nota y mandó a su chófer a llevarme a casa.

—No sé de qué me hablas.




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