Con cariño: P.J. Blackbird

Capítulo 7

Usualmente iría a un estreno con algo sumamente discreto, quizá unos jeans y una chaqueta, sin embargo por la mañana Damián se encargó de enfatizar por mensaje que quería que estuviera presentable para una fiesta como a la que me habían invitado. Al fin y al cabo iría en representación de su marca, su revista, si él quería que lo hiciera así sería. Fue así que desempolvé el vestido azul que compré hace un par de meses para la cena de año nuevo, era discreto, elegante y precioso. Supe que no había desatinado en mi atuendo cuando me felicitó por mi aspecto y, por un día ‘no lucir como una caricatura’.

Siempre es agradable trabajar con Mike, el chico al que siempre recurrimos cuando necesitamos un fotógrafo, es atento, activo, rápido y, sobre todo, bueno en lo que hace. Tiene esa magia con la cámara, ayuda divina quizá, pero nadie que sea fotografiado por él podría salir mal. Cuando he ocupado que fotografíe actores en eventos como el de hoy, apenas ha sido necesario recurrir al retoque.

Llegamos antes al lugar donde será la alfombra roja y a pesar de eso ―como ya suponíamos― está repleto de periodistas, cámaras, fotógrafos y, sobre todo, fans. El staff ya se encuentra dando lo mejor de sí para que nadie se salga de control, en especial todos aquellos que llevan puesto todo tipo de mercancía de la película, muchas personas han esperado este día tanto como yo. Como podemos, Mike y yo conseguimos hacernos un espacio hasta el frente en una de las áreas designadas para medios, y yo me recargo sobre la barandilla metálica mientras espero a que pase el tiempo. Mi compañero, por otro lado, se pone a revisar el celular mientras comienza lo bueno.

Si antes todo ya se encontraba abarrotado, conforme los minutos transcurren y la hora de llegada del equipo de la película se acerca, más y más personas comienzan a llegar. Adolescentes, adultos de mediana edad, más medios. Siempre que veo tanto movimiento en los estrenos me alegro, pues sé que aquello garantiza un completo éxito al menos en taquilla y eso es fantástico. Si la cinta triunfa, todos tendremos Battlecry para rato, pues cuando James Childs creó aquel mundo, no fue precisamente conciso o breve.

Está a punto de oscurecer cuando una oleada de agudos chillidos me sacan de mis pensamientos y me impulsan a levantar la mirada; al inicio de la calle estacionan tres automóviles completamente polarizados. Entonces un elemento de seguridad abre la puerta de uno de los autos y del mismo baja una mujer alta, de porte elegante y largo cabello rojo: Elizabeth Scully, con la que parece ser su asistente detrás de ella, asegurándose que su largo vestido de gala plateado se vea perfecto en todo momento.

Los fanáticos se vuelven locos y yo solo atino a llamar la atención de Mike con dos pequeños golpes en su hombro, él se da cuenta de que ya ha comenzado y levanta la cámara, no tengo ni que darle indicaciones pues sabe bien lo que debe hacer, las cosas que tiene que capturar. Poco después de que ella desciende, del siguiente automóvil salen Peter y dos muchachos más del elenco, gemelos, Angus y Max Dott. Son más altos que el protagonista de la película, pero igual son más delgaditos y de apariencia incluso frágil, me sorprende lo diferente que son a sus personajes en Battlecry. La caracterización hace al mercenario, parece ser.

Del último aparece Hugh Deering, el director de la película, un hombre de unos cuarenta años vistiendo un traje negro que contrasta con su largo cabello gris. Él luce sonriente y es el primero en acercarse hasta los fans, acción que imita rápidamente Peter mientras que Angus, Max y Elizabeth se acercan hasta los periodistas, caminan por la alfombra para dejar que les tomen unas cuantas fotos antes de intercambiar unas cuantas palabras con los medios. Aquella es la dinámica por unos cuantos minutos, los gemelos y la actriz no se detienen mucho tiempo con nadie, incluso yo no tengo la oportunidad de hacer aunque sea una pregunta pues luego de unas quince personas, continúan su camino hasta dentro de la sala de cine donde habrá una pequeña conferencia de prensa. Peter se les une al cabo de un rato y el último en avanzar es el director.

La noche después de eso se desenvuelve de una manera extremadamente normal, hay una pequeña sesión de preguntas y respuestas con los fans antes de la conferencia con los medios, que se alarga un poco más entre preguntas al elenco sobre sus papeles, al director sobre los retos que habría representado rodar una película que ya cargaba consigo unas altas expectativas. Grabo con mi celular toda la sesión, pues sé que después me ayudará a complementar mucho mejor el artículo sobre el estreno que eventualmente tendré que redactar, y no quiero perderme ningún detalle si me confío a solo escribir.

Cuando termina la rueda de prensa lo que sigue es la proyección de la película pues, aunque yo he tenido la oportunidad de verla junto con más personas, definitivamente en esta sala hay unas seis veces más medios de los que fuimos invitados por la productora días antes.




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