Con espias y civiles

Capítulo 5

—¿Ese era Benjamín Morris? —dijo alguien a mi lado y veía atentamente por donde se habían ido Ben— él jamás se acerca voluntariamente a una chica.

Observe de reojo a la chaparrita de ojos verdes y me veía curiosa. ¿Yo no entiendo que tienen conmigo? he sido específica al decir que no quería amigos ni nada.

—Lamento incomodar, ¿puedo sentarme a hacer mi tarea? te prometo que no te interrumpiré ni nada— ¿por qué sentía que estaba sola? Igual que yo.

Hice señas de que no me importaba y escuché como se sentaba y hacia mucho ruido al sacar sus cosas y ponerlas en la mesa.

Después de veinte minutos de lectura y sentir a través del libro la desesperación que sentía decidí ver un poco que hacía. Tiene el ceño fruncido y mordía el lápiz desesperada.

Logre ver la hoja que nos dieron para la tarea de francés y se ve que estaba batallando mucho, saque mi hoja de la tarea y la deslice hasta ella.

—Ten puedes guiarte de esta, puedes copiar algunas palabras— me observo confundida.

—Ya la hiciste, ¿a qué hora si has estado aquí leyendo dese hace rato? — confeso sin darse cuenta, ¿así que me observaba? Interesante.

—La hice en clases— confesé mientras reanudaba la lectura. La historia de este país es muy interesante y quiero leer mucho más hasta terminarlo.

—¿Tu sabes francés verdad? —casi parecía afirmación y no pregunta. No conteste y me centré en el libro.

Después de diez minutos de escucharla escribir paro de repente y sentí su mirada en mi así que baje el libro, la vi confundida y posiblemente estresada, ve la hoja atentamente.

Cerré el libro rendida y fui a sentarme a su lado, no pasa nada su la ayudo un poco en esto.

—A ver, déjame ver que has escrito— tome su hoja y la leí— si pones esta palabra cambia tu oración, la correcta es esta—se la escribí— no es tan difícil si te estresa no podrás aprenderlo de la forma correcta.

Asentía mientras le explicaba y escribía algunas palabras que no sabía, hasta que logramos terminar su tarea y la veía fascinada. Volteo a verme y soltó la bomba.

—¿Por qué les la historia de Estados Unidos? ¿No eres de aquí? — ¿y que le respondo?

—Si lo soy pero de un pueblo muy pequeño y no estoy muy familiarizada, historia es la única materia que me presenta dificultar por eso estoy estudiando—mentí.

—Oh ya, si quieres puedo ayudarte un poco—dijo amable.

—No te preocupes, solo es un repaso y ese libro me está ayudando mucho— le apunte.

Platicamos durante un buen raro más y resulto ser muy divertida, la verdad me cae muy bien y podía platicar de muchas cosas.

La semana se fue muy rápido, mi rutina es la misma, de mi departamento a la escuela y viceversa. Durante estos días me gané más el odio de Amber y el cariño de Bea, disfruto mucho su compañía y en clases logramos sentarnos juntas.

Yo le ayudaba mucho en francés y gracias a eso ha mejorado un poco. En el fin de semana no hice mucho, hable con Nick y Cindi y les conté un poco de cómo me iba en la escuela, claramente me sentenciaron en cuanto al tema de Amber, no puedo romperle ningún hueso o tendré problemas mayores.

La siguiente semana igual se pasó volando, íbamos de clase en clase, me sentaba junto a Bea e íbamos a la cafetería, ¿cómo podría decirlo? A sí. Juntas. Literal no nos separamos para nada o al menos ella no.

Todos los días veía como toma jugo de naranja y me da pánico y asco al mismo tiempo, soy enemiga de ese jugo.

Por otro lado yo decidí llevar mi propia bebida por lo que tomo jugo de uva o manzana pero no de naranja. Benjamín en algunas ocasiones se acercaba a nosotras para tratar de platicar y siempre cuando se alejaba Bea me molestaba con que le gusto y cosas así.

Según internet, eso hacen las amigas y me consta ya que Lara hacía lo mismo.

Amber se ve igual que siempre y trata de hacerme sentir mal u molestarme, claramente la ignoraba, no me interesa pelear con ella. Ni siquiera sé que le pasa.

A la semana siguiente llego nuestra hermosísima maestra de danza y nos tocaban dos horas de baile.

—Yo tengo dos pies izquierdos— se quejó entes de entrar.

La campana sonó y dejo ver a una mujer algo mayor, con unos zapatos de baile, mallon y blusa negra debo admitirlo, tiene buen cuerpo para la edad.

—Bien clase, yo soy la profesora Rodríguez-- todos estábamos en medio círculo escuchando todo lo que decía— el baile no es un juego y tienen que tomárselo en serio.

No sé porque me la imaginé torturándonos a todos hasta sangrar de los pies.

—Veremos el arte de la danza en pareja: el tango. Aquel baile que demuestra sensualidad entre la pareja y verdadero amor— se veía que trae metido el tango en las venas porque hablaba con pasión y determinación— ¿antes que nada quiero saber si alguien lo sabe bailar? Y no se atrevan a mentirme, los pies no mienten.

Lentamente levante la mano y me di cuenta de que era la única que lo había hecho, mis compañeros de enfrente no la habían levantado.

—Tenemos una pareja entonces—dijo emocionada y yo volteó a ver quién es esa otra persona, atrás de mi esta Ben con una sonrisa en la cara y la mano levantada.



#3504 en Otros
#618 en Acción
#355 en Aventura

En el texto hay: familia, amor, acion

Editado: 20.08.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.