Los días pasaron con la misma rutina de siempre, de hecho ya estaba empezando a acostumbrarme y verlo normal.
Amber me molestaba y yo no le hacía caso, esa niña en verdad necesita atención o algo, estoy segura de que se siente sola, aparte de que es una cría con la hormonas revueltas y ojo mis hormonas también se revuelven pero a pesar de mi edad, tengo una madures de admirar.
Bea tampoco cambia, es la misma de siempre he descubierto que es genial. La verdad me recordaba mucho a Lara y es a veces dolía mucho.
En parte tengo miedo de volvernos inseparables y por otra deseo que eso suceda. Sé que puedo confiar en ella a pesar de que no la investigue.
Cuando llegue aquí me prometí no hacer nada de lo que hacía en mi vida pasada y debía mantener esa promesa, a como diera lugar.
Por otro lado esta Ben, hemos bailado muchas veces y no voy a negarlo; me encanta, la forma en la que se mueve y se unen nuestros cuerpos es increíble.
No me canso de esto, siempre terminamos muy juntos y viéndonos a los ojos, no soy tonta sé que le gusta y disfruta mi compañía. Tampoco puedo negar que me encanta estar cerca de él.
Durante todo este tiempo lo he observado detalladamente, guapo aunque eso es más que obvio. Pertenece a los chicos populares y más guapos de la escuela pero no es mala persona, es amistoso y trata a todos bien, sus compañeros suelen molestar a los más débiles pero él no y en ocasiones los defiende.
A las chicas las trata con caballerosidad y respeto, esa es una de las razones por las que tiene tantas admiradoras. Y siendo honesta creo que su futura novia se ganara la lotería con ese chico.
Yo no estoy en el círculo de populares, no populares, nerds y fans de él. Digamos que no me interesa nada de eso y soy feliz con mi vida así.
Antes cuando trabajaba para la organización y mantenía mi nombre tenía que andarme con cuidado para que criminales no me cazaran pero aquí todo es diferente, es divertido.
Incluso tengo una enemiga que viéndolo bien no tengo nada contra ella, soy una persona con una carácter malo y cundo me hacen enojar soy horrible, pero por alguna razón Amber no saca ese instinto asesino que tengo.
Si me molesta pero no me afecta tanto como para darle una lección y que no se vuelva acercar a mí. ¿No sé por qué me pasa eso? En otros casos ya los habría golpeado pero en ella... no me nace hacerlo.
Estoy volviéndome loca, ¿por qué será? Tal vez porque tiene mi nombre.
Me tocará investigarla para ver quién es ella en realidad.
—Oye vamos a desayunar algo, muero de hambre—me tomo del brazo y comenzó a correr hacia la cafetería.
Revise el menú y una vez con nuestras charolas nos sentamos a comer. Algo de los que siempre me daba asco es ese bendito jugo de naranja con el que acompaña su comida. De hecho toda la escuela lo toma, que horror.
Cuando estábamos por salir nos interceptan; Amber y su grupo de idiotas, ¿por qué ella se junta con estos imbéciles? Digo, ella es bonita y si se pusieran lista no necesitaría a basura como los que dicen llamarse sus amigos.
¿Qué mierda me pasa?
—Hola tonta— dijo con una sonrisa.
—No tengo tiempo para tus cosas, Elizabeth—hasta parezco mi padre cuando me regaña.
—¿Qué te da el derecho de llamarme así, estúpida? —dijo y sus amigos se empezaron a reír.
—No sé porque tres a tus perritos falderos—apenas si lo dije se callaron—¿no puedes hacerlo sola?
—Escúchame muy bien niñita— puso su asqueroso dedo en mi frente. Si algo me caga es que me toquen y ese idiota de Daivid está colmando mi paciencia— cuida tus asquerosas palabras, no quieras hacerte la fuerte cuando eres nadie.
—No me toques— le dije.
—¿O sino qué? — me reto. Di media vuelta y comencé a alejarme, no voy a caer en provocaciones, él no tiene idea de con quién se mete.
Sentí como alguien me aventó tan fuerte y caí de frente golpeando mi pecho con el suelo. Te lo buscaste, sabrás quién es Kate Laforêt.
—¿Qué les pasa?, ¿por qué hiciste eso? —la voz preocupada de Ben llegó a mi oídos pero antes de que siguiera hablando yo estalle en carcajadas.
Me senté y en un movimiento rápido pasé mi mano derecha encima de mi cabeza, alce la pierna derecha y curve mi espalda para hacer una marometa y quedar parada otra vez.
En otro movimiento velos le di una patada tan fuerte a ese idiota que lo hizo retroceder y caer al piso pegándose en la cabeza. Rápido me subí encima de él quedando a horcajadas y con mi mano derecha tome su mandíbula para clavarle otra vez su puta cabeza en el suelo. Acerque mi cara a su oreja para susurrarle algo.
—No tengo miedo de romperle los huesos a un hijo de puta como tú—mi voz salió macabra— no temo ser suspendida y mucho menos expulsada por darte una lección, al fin y al cabo no estoy aquí porque lo desee—pase mi lengua por su oreja— pregúntate si en verdad quieres meterte conmigo—dije y lo solté de inmediato, su cara mostraba miedo.
Me pare de inmediato para retirarme, al parecer atraje las miradas de toda la cafetería, genial ahora seré el centro de atención.