Con la baraja en la mano

Capitulo 1

En medio de un bosque, un grupo de quince hombres rodeaba a una muchacha a la que habían maltratado y torturado ya varios días. Y es que a pesar de que lo único que les faltaba era mutilarla, el espíritu de la joven chica simplemente no perdía su fuerza; era magnífico y atemorizante pero no quedaba mucho tiempo, si no actuaban rápido las cosas terminarían mal para muchos.

-Henos aquí -hablo la gruesa voz de un hombre, canoso, arrugado, encorvado y aunque golpeado por la vida, teniendo en su hablar esa imponencia típica de los más crueles hombres.

- No tenemos más tiempo para jugar cariño, llenó de odio y cinismo esta última palabra.

- Une tus fuerzas conmigo y salva tu vida o...

Se escuchó una gran carcajada, - ¿o qué? ¿Vas a matarme? Por favor viejo no me creas tan estúpida como para caer en tus trucos baratos. Solo digamos que ha sido divertido llegar hasta este punto con ustedes, pero ya que decidiste ponerte serio no puedo hacer más que lo mismo. Levanto sus ojos, estos no eran grandes, ni mucho menos brillantes, eran oscuros, muy oscuros y lo que más los aterraba; no había ni un pequeño rastro de temor o duda en ellos.

-Vamos a hacer esto de la forma rápida, ya que ustedes tienen tanta prisa..., todos dieron un paso hacia atrás, todos, excepto el hombre viejo

-Pero no porque ustedes no quieran jugar más significa que yo haya dejado de jugar, es más, esta es mi parte preferida.

-Eres tan estúpida ¿qué aun crees que eres tú la que manda querida?, mira a tu alrededor no hay nadie cerca que pueda defenderte y aunque lo hubiera solo sería un muerto más en mi lista. Te lo voy a repetir una vez más, únete a mí y esta vez me ahorro el "o", sería demasiado fácil matarte y como tú misma has dicho el juego no termina, pero sin importar las palabras del viejo la chica mantenía su sonrisa.

-Cómo iba diciendo. Les doy trescientos treinta y tres segundos para que se alejen de mí y huyan por sus vidas.

- ¿O?

-No querido, no hay opción, pero no pierdas el tiempo porque sin importar que hable o me golpees, el tiempo límite ya fue puesto.

Mucho viento empezó a recorrer la zona en la que estaban y a pesar del temor que tenían los guardianes del viejo, eran incrédulos. ¿Cómo era posible si quiera concebir que ella lograría tocar a alguno de ellos? Pero, sin percatarse de que ya no quedaban los mismos; cuando el viejo se giró para dar una orden, se encontró rodeado de un montón de extraños.

-El tiempo en realidad era para ti, pero eres demasiado terco, no te preocupes que de ti me encargo yo. Antes de que el viejo si quiera lo notara, ella ya estaba detrás de él, propinándole una patada que lo desequilibro inmediatamente

-Si fueras tan amable querido, dime nuevamente porque debería unirme a ti y tu grupo de inútiles, mientras esperaba una respuesta, la chica pisaba sin ninguna clase de misericordia la nuca del viejo.

-Sin mí, nunca podrás encontrar una vida normal. Logro articular entrecortadamente, ya que la presión en su nuca aumentaba.

- ¡Vamos viejo puedes hacerlo mejor que eso!

- ¡Tú tienes la maldita vida que yo siempre desee!

La presión disminuyo poco a poco, la chica se notaba interesada en conocer al verdadero anciano. Siempre había pensado que una persona antes de morir se desinhibía completamente, era un ser perfecto, pues ya no importaba agradar, gustar o causar temor; en esos cortos instantes hablaba el verdadero ser.

-Hasta donde recuerdo, no hay comparación de ninguna clase entre tú y yo. Es más, vamos en rumbos muy, muy, muy distintos.

- ¡Crees que no lo sé! Llevo más de cuarenta años en este mundo de porquería y aun así, aun así... Empezó a sollozar con ira el anciano.

-Tú apareciste hace cinco años y al mes, ya eras mejor que cualquiera. Lo que termino de colmar mi ira fue cuando me entere que querías dejar esta vida. ¡La maldita desgraciada que me quito todo! Abandonaba, por una vida común y corriente. Al principio dude de mis fuentes, pero al vigilarte note tu interés hacia el pobre bastardo que estaba a tu lado en tu farsa de vida, ¡por eso las mujeres son pisoteadas! ¡Yo te admiraba! Pero tú fuiste tan..., la presión en su nuca reapareció para recordarle a quien le hablaba.

-Aun no me lo creo, dejar la perfección de nuestro mundo por un simple don nadie que luego de usarte te botara, escupió con asco e ira cada palabra el viejo.

-Ahora dime porque debería unirme a ti, eres solo uno más, un simple matón con aduladores a su lado; un don nadie que nunca logro ni lograra nada. Aun si yo estuviera sola, créeme sabría cómo defenderme, pero tú al ver que ya no estabas respaldado bajaste tu gran muestra de gallardía e imponencia, demostraste al final ser solo otro tipo senil con conflictos por lo que nunca hizo.

-Me necesitas, puedo ser tu fachada. Seré un viejo senil, pero déjame decirte algo, sin importar cuánto dinero tengas, que tan lejos te vayas o a cuantos mates, nunca podrás lograr que esta vida se aleje de ti, aun si olvidaras todo, jamás lograrías que este mundo te olvide a ti y menos cuando lograste ser la cúspide de lo que todos siempre quisimos.

Ya sea yo u otros, siempre serás perseguida por lograrlo y abandonarlo. Pero si te unes a mí, podemos hallar una forma de que estés en ambos mundos y que al final escapes de esta prisión. Claro que la nueva cúspide seria yo, pero eso a ti no te incumbiría más.

Al mirar a la chica noto que por fin había borrado esa cínica sonrisa que tenía, había ganado, estaba completamente seguro, se sentía victorioso, era poderoso nuevamente, él tenía el control de la situación; estaba a punto de sonreír hasta que vio como la chica lo amarraba a un árbol y le ponía una granada en el cuello con cinta.

-Este será tu premio por hacerme perder el tiempo por varios días y por creer que me conoces. En serio no puedo creer que este juego terminaría en una respuesta tan aburrida. Pero te agradezco la diversión y el entrenamiento para mis hombres, estoy segura de que disfrutaron acabando uno por uno de la peor forma a todos los que te seguían.



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En el texto hay: romance, drama, suspenso

Editado: 13.07.2019

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